ESLOVENIA: GOBIERNO ASUME PODER PLENO, LA IZQUIERDA TEMEROSA

Traducción del artículo publicado en RADIO SPADA.

   

   

No solo Hungría, valga decir. También en Esiovenia la emergencia coronavirus ha determinado alguna fibrilación política. Es la izquierda la que lanza las alarmas. Titula el diario L’Espresso:

«ESLOVENIA, PLENOS PODERES PARA EL PRIMER MINISTRO: UN GOLPE DE ESTADO TRAS BAMBALINAS DE LA PANDEMIA.
La Constitución puesta a un lado, partidarios de la extrema derecha en altos puestos, ataques a periodistas e intelectuales. Entre tanto, el gobierno quiere permitir a los agentes el hacer seguimiento a los ciudadanos, interceptar las llamadas y pesquisar los apartamentos».

Y prosigue:

«En los días en los que también la Eslovenia debe afrontar la pandemia global, el primer ministro Janez Janša ha purgado a la más importante institución sanitaria del país, encargada de prevenir el contagio. Jansa ha constituido una unidad de crisis y tomado la presidencia del comando para gestionar la emergencia, incluso si la Constitución eslovena no tiene nada previsto sobre todo esto, mientras que muchos periodistas, objeto de intimidaciones y de amenazas por los medios bajo control del gobierno, tienen grandes dificultades para acceder a las informaciones.

   

Janša, ahora presidente del Partido demócrata esloveno (Slovenska demokratska stranka, SDS), era ministro de Defensa en Liubliana durante la guerra en Yugoslavia. En 2014 fue condenado por la irregularidad de un maxicompra de armas y finalmente absuelto luego de seis meses de cárcel por intervención del Tribunal Constitucional. En febrero de este año, tras la dimisión del entonces primer ministro Marjan Šarec, Janša fue nombrado su sucesor a la cabeza de una nueva coalición de gobierno.

   

Desde entonces todas las iniciativas del nuevo jefe de gobierno se han sucedido a gran velocidad, y en cuestión de pocas horas, fueron cambiados los jefes de las principales estructuras de la seguridad eslovena para nombrar a simpatizantes o partidarios del partido SDS de extrema derecha. El Jefe del estado mayor del ejército fue sustituido, y también los servicios de inteligencia OVS (en esloveno Obveščevalno-varnostna služba) y de la Defensa y Seguridad tienen un nuevo director general.

    

En la noche de los cuchillos largos, el gobierno ha instituido también la unidad de crisis, encargándole el tomar las decisiones al más alto nivel sin vínculo legal alguno y ha por tanto apartado al Consejo para la seguridad nacional y sus divisiones organizativas, creado precisamente para activarse en tiempos de crisis. La estructura apenas creada por el gobierno ha comenzado a atacar a los intelectuales críticos hacia el gobierno, entre ellos el filósofo Slavoj Žižek, usando su cuenta oficial de Twitter. Pero de improviso, el 24 de marzo, la unidad de crisis fue disuelta y sus “grupos de trabajo ad hoc” fueron transferidos en el gobierno.

    

Como nuevo consejero de seguridad nacional fue nombrado Žan Mahnič (30), ex parlamentario del partido SDS. Mahnič no tiene ninguna experiencia en el campo de la inteligencia o de la seguridad, y es simpatizante del Movimento identitario, vigilado por algunas agencias de seguridad de países de Europa occidental por sus posiciones de extrema derecha.

    

El gobierno proyecta también extender los poderes de la policía, para permitir a los agentes poder hacer seguimiento a los ciudadanos que se presume sean contagiosos, interceptar también las llamadas y hacer pesquisas en los apartamentos sin necesidad de orden del tribunal.

  

Tras las bambalinas de la pandemia, se está verificando un golpe de estado. Cuando haya concluido la cuarentena, es muy probable que los eslovenos tendrán dificultad para reconocer a su mismo país».

  

Entre tanto la Agenzia Nova refuerza la noticia según la cual el gobierno esloveno no intentaría renunciar al reforzamiento de las competencias del ejército para defender la frontera con Croacia. El anuncio es del portavoz del gobierno Jelko Kacin en relación a la frontera meridional. Las polémicas internas derivan del hecho que la Asamblea nacional ha votado a favor de la propuesta, pero sin la mayoría de tres cuartos, necesaria para asignar al ejército competencias mayores a las actuales, en base al artículo 37 de la ley sobre la defensa.

  

COMENTARIO: Cuando un izquierdista habla de “dictaduras”, la desconfianza es la primera reacción. A las izquierdas en Eslovenia e Italia se les “olvida” que por menos cosa Josip Broz, «Tito» (hijo del croata Franjo Broz y de la eslovena Marija Javeršek), gobernaba con puño de hierro el “paraíso de los trabajadores en la Tierra” que era la antigua Yugoslavia, donde se arrojaban en las foibe (simas cársicas) cerca a Trieste y la frontera entre Italia y la actual Eslovenia a millares de italianos con el silencio cómplice de los Aliados y su títere democristiano en los años posteriores a la guerra, se mataba a los suabos del Danubio (alemanes étnicos) en Vojvodina, hubo una fuerte persecución religiosa contra la Iglesia Católica (a pesar que fue criado en ella por sus padres) y había un culto exacerbado a su personalidad que aún sobrevive en nuestros días (la historiadora croata Marijana Belaj escribió en su libro de 2008 “I’m not religious, but Tito is a God”: Tito, Kumrovec, and the New Pilgrims. Shrines and Pilgrimage in the Modern World: New Itineraries into the Sacred [“No soy religioso, pero Tito es un Dios”: Tito, Kumrovec, y los nuevos peregrinos. Santuarios y peregrinaciones en el mundo moderno: Nuevos itinerarios hacia lo sagrado] en Croacia y otras regiones de la ex-Yugoslavia, algunos mantienen el retrato de Tito junto a las imágenes de los santos católicos y le escriben cartas contándole sus problemas personales; y su estatua sita en su casa natal en Kumrovec, Croacia, es meta de peregrinaciones cada 25 de mayo).