El Boletín de prensa de la Santa Sede informó el pasado miércoles 15 de Abril lo siguiente:
«Renuncia del obispo del Callao (Perú) y nombramiento del administrador apostólico “sede vacante”
El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis del Callao (Perú), presentada por S.E. Mons. José Luis del Palacio y Pérez-Medel.
El Santo Padre ha nombrado como administrador apostólico “sede vacante” de la diócesis del Callao a S.E. Mons. Robert Francis Prevost, O.S.A., obispo de Chiclayo».
Nos
ha sido informado que más que renunciar, RENUNCIARON a José Luis del
Palacio y Pérez-Medel (70 años), miembro del Camino Neocatecumenal casi
desde su fundación, e instalado kikopresbítero por Karol Wojtyła / JP2
el 3 de Febrero de 1985, y obispo por el cardenal Antonio María Rouco
Varela el 7 de Enero de 2012. El Sábado Santo 11 de Abril, lo citaron a
la Nunciatura Apostólica en Lima, donde le pidieron la renuncia a la
sede chalaca.
La
causa de su renuncia, según dijera Marco Tosatti en su sitio STILUM
CURIAE, era que Del Palacio era cercano al anterior arzobispo opusino de
Lima Juan Luis Cipriani Thorne, y últimamente se estaba oponiendo “a la
comunión para los divorciados vueltos a casar”. Pero de otra arista, se
sabe su renuncia se debe a otras razones menos “tradicionalistas” y más
terrenales. Hace algún tiempo, enviaron al Callao un visitador
apostólico por causa de las denuncias que durante años habían elevado
contra José Luis Del Palacio por malos manejos en la diócesis y por
conflictos con el clero y los fieles a causa de su preferencia por el
Camino Neocatecumenal. Preferencia que se ha manifestado en formas
lamentables, como son:
- Quiso hacer una diócesis según el Camino Neocatecumenal, nombrando presbíteros del dicho movimiento en las parroquias, quienes llegaban para imponer su voluntad (varios agentes de pastoral fueron retirados porque no aceptaban al Camino, y templos como la parroquia María Auxiliadora de La Perla o la Basílica de la Virgen del Carmen de la Legua fueron “refaccionados” para adaptarse a dicha secta).
- Persiguió a varias órdenes religiosas para quitarle sus bienes (por ejemplo, removió a los Misioneros de la Reconciliación del Señor de los Milagros de la parroquia en el AAHH José Olaya Balandra, y quiso quitarle a los padres franciscanos la parroquia de El Faro).
- Despreció la religiosidad popular (persiguió a varias hermandades que no habían caído en sus manos; incluso en su vídeo de despedida, llegó a exhibir desnudo al Señor del Mar -imagen hallada en 1756 y atribuida al imaginero español Juan Martínez Montañés-, patrono de la ciudad).
- Interrumpió la Pastoral afro-peruana, como quiera que expulsó a Víctor Manuel Torres Vásquez de tal dicasterio -y de la diócesis- para remplazarlo con el kikopresbítero ruandés Christophe Ntaganzwa (OJO: El tema no es de xenofobia o “racismo”, sino de capacidad de acción y conocimiento del entorno y la población local).
- Encubrió a varios presbíteros abusadores (como Víctor Guerrero Timaná) y propició situaciones revictimizantes, como la presencia del presbítero Silverio Nieto Núñez, Director del Servicio Jurídico de la Conferencia Episcopal Española (señalado de obstaculizar en los tribunales diocesanos las denuncias de abuso) en un congreso internacional que hubo del 25 al 27 de Junio próximo pasado.
- Desde 2015, siete sacerdotes críticos al Camino y que denunciaron la corrupción en la diócesis -le endilgan varias casas y terrenos en el sector de La Punta- fueron amenazados de muerte, y cuando ellos acudían al prelado, éste les respondía: “Pues deja que te maten, serás mártir de la fe”. Ni las monjas se han salvado de las agresiones.
- Atropellos y malos tratos contra la población local, incluyendo palabras soeces, tanto por parte de él como de sus kikopresbíteros.
- Desmejoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores en las escuelas diocesanas.
- Viajes a pedir donativos a España, que lejos de redundar en beneficio de su diócesis, terminaban dirigiéndose para el seminario “Redemptóris Mater” local.
A
diferencia de su antecesor Miguel Irízar Campos CP (quien renunciara
por la edad y, dicho sea de paso, fue el primero en favorecer a los neocatecumenales en el Callao),
a José Luis del Palacio, ni lo felicitaron, ni le hicieron
Misa de acción de gracias ni los saludos protocolarios (y por su
expresión corporal, se traduce que la noticia “le aguó la Pascua”). Y
aunque hay quienes, dentro y fuera del Camino lo califiquen de “mártir”,
es claro que en El Callao, ni a él ni al kikismo los quieren ver ni en
pintura. A menos, claro, que sean tan kikos que no acepten la evidencia.
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