Tomado de IL RESTO DEL CARLINO.
El papa Francisco lo definió como un «perseguido» y se levantó sin hesitación en defensa del obispo de Piazza Armerina, Rosario Gisana. Pero las declaraciones del pontífice parecen destinadas a reavivar las polémicas frente a presuntos casos de violencia sexual por parte de exponentes del clero en la diócesis guiada por monseñor Gisana. La toma de posición del papa llega precisamente en la víspera de la requisitoria del proceso, ante el tribunal de Enna, frente al padre Giuseppe Rugolo, arrestado en abril del 2021 en Ferrara con la acusación de violencia sexual agravada contra menores. Hoy [7 de Noviembre], en el curso de la audiencia presidida por Francesco Pitarresi, la fiscal Stefania Leonte presentará sus investigaciones. «Encuentro grave, más que inoportuno, que el día antes de la requisitoria de la fiscalía y de la discusión de las partes civiles, ocurra la intervención del papa Francisco, que habla de situaciones procesales de las que ciertamente poco o nada conoce», dijo la abogada Eleanna Parasiliti Molica, apoderada del joven Antonio Messina, hoy de treinta años, que ha denunciado los abusos que habría sufrido cuando era aún menor de edad. «Este obispo –dice el treintañero refiriéndose a Gisana– es el mismo interceptado mientras habla con Rugolo y dice haberlo sabido todo». La presunta víctima se dirige después directamente al papa Francisco para reiterarle la solicitud de un encuentro: «quisiera hablarle y contarle, actas en mano, qué está sucediendo en la diócesis de Piazza Armerina».
El papa, en la audiencia de ayer [6 de Noviembre] con la asociación “Pequeña Casa de la Misericordia” de Gela (Caltanissetta), en cambio ha elogiado al obispo de Piazza Armerina Rosario Gisana: «Bueno, este obispo, bueno. Fue perseguido, calumniado y él sigue firme, siempre, justo, hombre justo. Por esto, aquel día en que fui a Palermo, quise hacer una parada antes en Piazza Armerina, para saludarlo; es un buen obispo», dijo el pontífice. El pasado mes de julio fue enviado a juicio también un catequista de la iglesia madre de Gela por presuntos abusos a un menor. Según las indagaciones, coordinadas por la fiscalía y conducidas por el escuadrón móvil de Caltanissetta y por el comisariado de Gela, realizadas en 2022, la presunta víctima había puesto al corriente al obispo de los abusos padecidos. Afirmación que siempre fue rechazada por monseñor Gisana. El hecho, que se entrelaza con los del proceso Rugolo, emergió en el curso de la pasada audiencia en el tribunal de Enna. También la víctima, antes de la denuncia, sostiene haberse dirigido al obispo, que le habría ofrecido 25 mil euros a cambio de una cláusula de confidencialidad.
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