miércoles, 15 de noviembre de 2023

DEL SIGNIFICADO DE «APACIENTA MIS OVEJAS»

Por Recusant Catholic (Twitter/X).
   

«Apacienta mis ovejas» (San Juan XXI, 16).
   
A continuación, un breve resumen de la exposición de San Roberto Belarmino sobre este verso, y cómo prueba la jurisdicción universal del Papa.
   
En primer lugar, se muestra que solo a Simón Pedro le fue dicho «Apacienta mis ovejas». Porque Nuestro Señor pregunta directamente: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» inmediatamente antes de dar el divino mandato. En la Vulgata de San Jerónimo, es “Simon Joánnis”, en el caso dativo.
   
Además, los Padres de la Iglesia comentan que la tristeza de San Pedro al negar a Nuestro Señor (solo Pedro estaba triste) fue magnificada porque fue él quien prometió amar a Nuestro Señor.
   
Finalmente, San Máximo confirma que a San Pedro se le «confió apacentar los rebaños y corderos».
   
Al refutar a Calvino, San Belarmino también añade que San Pedro ordenó a los obispos gobernar su propia grey particular: «Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros [páscite qui in vobis est gregem Dei]» (1.ª Pedro V, 2).
   
Ahora procedamos al significado de “apacentar”. Los pastores no solamente ofrecen alimento a las ovejas, sino que las gobiernan y las compelen con una vara.
    
De ahí la sabia elección de San Juan, que escribió Ποίμαινε, poimaine: «pastorear, arrear, dirigir, gobernar».
   
Esta es la misma palabra griega usada por San Mateo II, 6: «Porque de ti saldrá el capitán que ha de gobernar a mi pueblo Israel».
   
En otras palabras, San Juan claramente quería decir no solo una mera consejería espiritual, sino un verdadero poder de pastorear, dirigir y gobernar.
   
Hasta ahora hemos visto que (1) a San Pedro le fue conferido por Cristo (2) un poder de dirigir o gobernar. Ahora procedemos a considerar si “ovejas” significa la Iglesia universal.
   
San Belarmino explica que a San Pedro le fue confiado el cuidado de los judíos (agni), los gentiles (agni), y de los que DARÍAN A LUZ en Cristo a estos corderos, esto es, los Apóstoles (oves).
   
¡De qué misterio y esplendor están llenas las palabras del Santo Evangelio!
   
Notemos primero el pronombre “mis”. Cuando se añade sin ninguna restricción a la palabra “ovejas”, significa manifiestamente que todas estas ovejas fueron consignadas a Pedro, al cual se extiende el pronombre “mis”.
   
No hay cristianos que no se llamen ovejas de Cristo: por ende, todos los cristianos, sin excepción, están encomendados a San Pedro.
  
Cuando el Señor dice: «Mis ovejas oyen mi voz, y Yo las conozco» (San Juan X, 27), nadie negará que Él quería decir todas Sus ovejas.
   
¿Y qué es «apacienta mis ovejas» si no «cuida de mi grey»? ¿No hay un solo rebaño y un solo pastor? Por tanto, este único rebaño, todo el rebaño, fue encomendado a San Pedro.
   
San Epifanio confirma que la grey fue confiada a aquel que escuchó «apacienta mis ovejas».
    
San Juan Crisóstomo confirma que este verso muestra que «Jesús puso en sus manos la autoridad principal entre los hermanos» a aquel que es «el escogido entre los Apóstoles, la boca de los discípulos, y el líder del grupo» (Homilía 88 sobre San Juan).
   
Esto podría ir más lejos, pero basta decir que (1) solo a San Pedro (2) le fue confiado el cuidado de la grey universal, (3) cuyo cuidado se entiende como una verdadera autoridad de gobierno.
   
Tomado de San Roberto Belarmino, De Románo Pontífice, lib. I, caps. XIV - XVI.

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