jueves, 15 de febrero de 2024

SE FUERON JUNTOS AL INFIERNO


Andreas Antonius Maria “Dries” van Agt Frencken, ex Primer ministro de los Países Bajos (entre 1977 y 1982), cometió suicidio mediante eutanasia junto a su esposa Eugenie Krekelberg Spoorenberg (ambos de 93 años de edad, pero nacidos en años diferentes –él en 1931, ella en 1930–), reflejando la creciente moda de las “eutanasias a dúo” de parejas en dicho país.
  
La ley de eutanasia en los Países Bajos (presentada en 2001 por el denominado “católico” ministro de Justicia Albert Hendrik “Benk” Korthals Hamming y aprobada por los diputados democristianos), uno de los frutos del “Concilio Holandés” (primicia del Vaticano II)que recoge unos consensos médicos existentes desde los años 80, contempla seis condiciones que deben cumplirse:
  1. El sufrimiento del paciente es insoportable y no hay perspectivas de mejora.
  2. La solicitud de eutanasia del paciente debe ser voluntaria y persistir en el tiempo (la solicitud no puede ser concedida cuando se encuentre bajo la influencia de otros, enfermedades psicológicas o drogas).
  3. El paciente debe ser plenamente consciente de su condición, perspectivas y opciones.
  4. Debe haber una consulta con al menos otro médico independiente que deba confirmar las condiciones mencionadas anteriormente.
  5. La muerte debe ser llevada a cabo de manera médicamente apropiada por el médico o el paciente, y el médico debe estar presente.
  6. El paciente tiene al menos 12 años (los pacientes entre 12 y 16 años requieren el consentimiento de sus padres).
Pero Eugenie no tenía ninguna enfermedad específica, a diferencia de su esposo, quien nunca se recuperó por completo de una hemorragia cerebral que sufrió mientras daba un discurso a favor de la causa palestina (mientras fue primer ministro, defendía a Israel) en Mayo de 2019. Simplemente, ella tenía que morir porque su cónyuge estaba aburrido de la vida, en una suerte de versión moderna europea del satí (en sánscrito सती), la inmolación de la viuda hinduista en la pira funeraria de su difunto esposo (práctica “institucionalizada” en el siglo V a raíz de una interpretación alterada del Rig Veda, libro X, himno 18, verso 7 –hasta en los infieles se ve que sus herejes tuercen sus escrituras– y circunscrita a las castas superiores de la India).
   
Ambos habían sido bautizados y fueron criados como católicos. “Dries” Van Agt, bisnieto materno del alcalde de Asten y Ommel Godefridus Marcelis Frencken Sauve († 1907; ejerció entre 1843 y 1904, al mismo tiempo que fue alcalde de Vilerden entre 1852 y 1901) y tataranieto del secretario municipal de Vilerden Jan George Frencken Heiligers († 1871; ejerció entre 1820 y 1851), hizo su carrera política en el denominado Partido Popular Católico de los Países Bajos (sucesor del Partido Católico Romano de Estado) que en 1980 se convirtió en la Llamada Demócrata Cristiana tras la fusión con el Partido Antirrevolucionario (fundado por el exprimerministro y pastor neocalvinista Abraham Kuyper) y la Unión Histórica Cristiana (escisión teocrática del anterior).
   
Después de su mandato, Van Agt fue secretario para Bravante (1983-1987), y embajador de la Unión Europea en Japón (1987-1990) y Estados Unidos (1990-1995).
   
Los dos habían recibido la “unción de los enfermos” (sustituto montiniano de la Extremaunción) en el verano de 2023 por el párroco de la Iglesia del Cenáculo en Heiligen Landschift.

2 comentarios:

  1. Buenas tardes. Gracias como siempre por compartir tanto material, Dios les guarde.
    Aquí en el noticiero anunciaba "católicos", una bella historia de "amor", jajajaja me vi reflejado ahí, las estupideces que uno se cree estando en el camino de la perdición. Normalmente uno no podría juzgar lo de si se condenó o no, pero confieso pensé lo mismo.

    Gracias

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    1. Agradecemos, estimado David, tantos elogios, los cuales a Dios nuestro Señor retornamos.

      Los medios, aprovechando esa fiesta yanqui de “San Valentín” (que por otra los modernistas no deben celebrar porque para ellos San Valentín no existió nunca) presentaron esa noticia como una “historia de amor” de dos “católicos”. Panda de estúpidos esos.

      Sí, el juicio pertenece a Dios, pero por decidir suicidarse, se infiere a dónde irán en su juicio particular. Por algo existe el adagio «Talis vita, ita mors» (A tal vida, tal muerte).

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