Elementos tomados de distintas fuentes.
El 12 de Febrero de 2024 tuvo lugar en la catedral de San Patricio de Nueva York el funeral de “Cecilia” Gentili De Ceci, una activista transexual procedente de Gálvez (Argentina) que murió el 6 de Febrero a los 52 años.
Al servicio (que culminó una serie de funerales que empezó el 7 de Febrero en la protestante Iglesia Memorial Judson, de las Iglesias Bautistas Americanas de Estados Unidos –antigua Convención Bautista Norteña– y la Iglesia Unida de Cristo), calificado por el anticatólico y oligárquico New York Times como «un evento probablemente sin precedentes en la historia del catolicismo» (tal vez porque Gentili además negaba la existencia de Dios) asistieron más de 1.400 participantes, incluyendo cientos de travestidos, muchos de ellos inmodestamente vestidos (faldas cortas, blusas escotadas, transparencias, medias de red, bufandas de cuero y hasta una “boa” hecha de billetes de 100 dólares).
El acto fue presidido por el presbítero Edward Dougherty MM (“instalado” en 1979, y superior de la Sociedad Católica de las Misiones Extranjeras de Estados Unidos – Misioneros de Maryknoll entre 2008 y 2012), que empezó su homilía bromeando «Excepto el domingo de Pascua no tenemos una multitud, eso es lo que ha resultado», causando las risas y aplausos del público, aunque el presbítero Andrew King, maestro de ceremonias de la catedral, le susurró recordándole que no estaba en una eucaristía sino en un funeral.
Se siguieron los discursos de varios activistas, entre ellos la pareja de Gentili Peter Scotto (detrás del cual se vio a dos hombres besándose en la boca) diciendo «solíamos llamarnos “mi bebé”», la transexual ecuatoriana Liaam Winslet, que dijo: «Esta p*ta, esta gran p*ta, la Santa Cecilia, la madre de las p*tas» pidiéndole «fuerza para continuar su legado de lucha», y una mujer que en la “oración de fieles” pidió por atención médica “de afirmación de género”.
Hacia el final del servicio, un cantor entonó el “Ave María” de Schubert, ante lo cual un travesti salió a cambiarle la letra con “Ave Cecilia” y bailar frenéticamente alrededor del ataúd (cubierto con un velo blanco) y por toda la nave.
Luego, Dougherty invitó a rezar el Padre Nuestro por «nuestra hermana “Cecilia”», callándose enseguida el auditorio otrora bullicioso. Solo Dougherty y King dijeron la oración dominical.
Ante el escándalo, el director de comunicaciones de la archidiócesis neoeboracense Joseph Zwilling presentó un comunicado del presbítero Enrique Salvo Mendieta (nacido el 18 de Octubre de 1972 en Nicaragua e “instalado” el 15 de Mayo de 2009), rector de la catedral de San Patricio, publicó un comunicado diciendo que «compartía la indignación por la conducta escandalosa» de los presentes en el funeral (de cuyos planes afirmó no saber nada), y que por órdenes del (oportunista) cardenal Timothy Michael “Vaca que ríe” Dolan Radcliffe presidió una “misa de desagravio” el 17 de Febrero, sin explicar por qué se “desagravió” en privado si la profanación fue pública. Y para más inri, Zwilling espetó «Nosotros no revisamos los antecedentes de los que vienen a nosotros por funerales», aun tal declaración es implausible e insultante a la inteligencia porque Gentili era una persona ampliamente conocida.
En los años 80, la catedral de San Patricio fue escenario de protestas contra el arzobispón John O’Connor, que respaldó en 1987 la prohibición del obispón liberal Francis John Mugavero de Brooklyn a que el grupo “Dignity USA” se reuniera en propiedades de la diócesis, que rechazaba el aborto y la sodomía (en una demanda presentada en 2002, Mugavero fue señalado de encubrir a presbíteros abusadores por temor a que –irónicamente– estos revelaran su homosexualidad, que era un secreto a voces), y recordaba que el SIDA se propaga por la aberración sexual y el consumo de drogas. El 10 de Diciembre de 1988, miembros del grupo ACT UP (“Pórtate mal”; acrónimo inglés de la Coalición del SIDA para desatar el poder) y de Acción y movilización por la salud de las mujeres (en inglés WHAM!) irrumpieron en una eucaristía celebrada por O’Connor, lo que ocasionó 133 detenidos.
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