1.º PRIMERA CONDENA DEL VATICANO A UN SACERDOTE NUMERARIO DEL OPUS DEI POR ABUSOS SEXUALES (Fuente: FORO CATÓLICO).
Manuel Cociña y Abella, cura numerario del Opus Dei y figura relevante en la Obra -cercano al propio Escrivá de Balaguer.
Miguel G. F decidió denunciar los abusos que sufrió con 18 años el día que su acosador le mandó una invitación de amistad por LinkedIn. “Fue hace dos años y lo que más me molestó es que ponía que estaba en Granada y era ‘profesor’, y no en Galicia, donde me habían asegurado que le apartarían de otros alumnos”.
La impunidad que se reflejaba en el perfil le animó, 20 años después, a hacer públicos los tocamientos que sufrió. Hace unos días, la Iglesia le ha dado la razón. Manuel Cociña y Abella, cura numerario del Opus Dei y figura relevante en la Obra –cercano al propio Escrivá de Balaguer– se ha convertido en el primer miembro de esta orden declarado culpable de abusos sexuales por la Doctrina de la Fe del Vaticano.
Por lo que le hizo a él y a otras víctimas durante tres décadas, Roma le ha condenado a cinco años sin poder ejercer, seguidos de otros cinco en los que sólo podrá ofrecer actividad pastoral a otros religiosos del centro de Granada en el que vive. Además, no podrá volver a prestar atención religiosa a ningún menor de 30 años.
La sentencia, que no ha sido facilitada a la víctima, considera como probado el acoso no solo contra Miguel, también contra al menos cuatro personas personas de las que se desconoce su identidad, según ha podido saber el denunciante. Concretamente le consideran culpable de ‘solicitación’, es decir, utilizar la confesión para poder aprovecharse de la víctima.
Miguel conoció a Cociña cuando tenía 18 años y era estudiante en el Colegio Mayor de Almonte, en Sevilla, donde habían trasladado al religioso como capellán. “Llegó diciendo que era el ‘tío Manolo’, iba de amigo de los alumnos. Nos decía que sabía dar masajes y que fuésemos si estábamos estresados. En esos masajes acababa metiendo la mano en mis calzoncillos con la excusa de que había unos músculos que había que destensar. Cuando le decía que no quería, alegaba que yo tenía obsesiones sexuales por cosas que le contaba durante la confesión. Usaba como un castigo lo que le pasaba a mi cuerpo con 18 años”.
Manuel Cociña Abella, de 72 años, es, o era, toda una institución dentro de la Obra, especialmente por su cercanía al fundador, Josémaría Escrivá de Balaguer, con el que convivió. Fue secretario general de la Academia de Historia Eclesiástica. Estuvo de hecho en las ternas para convertirse en primer prelado numerario de la Prelatura hasta que se destapó el caso de Miguel.
En total, Miguel calcula que abusó de él en siete ocasiones, pero la sentencia, según ha podido saber por personas que sí han accedido a ella, habla de 30 años de trayectoria por toda España buscando víctimas como él. “Le han ido cambiando por todo el país. Primero, estuvo en Pedralbes, en Barcelona, de donde le mandaron a Sevilla por otro caso de abuso. De ahí, a Madrid, donde fue rector de la basílica de San Miguel entre 2007 y 2008, la más importante de España. Al parecer, volvió a abusar de otra persona y le mandaron a Galicia, donde hubo otro caso, y ya lo mandaron a Granada hace unos tres o cuatro años”.
El relato coincide además con lo que le dijeron en 2010, cuando puso en conocimiento de la Obra los abusos que había vivido al decidir marcharse de la órden. “Me reconocieron que no era el primero testimonio que les llegaba, pero que no me preocupase, que lo habían ya apartado en Galicia y que rezase por él. Cuando vi que no era así me decidí a denunciar”.
Para la investigación, el Vaticano encomendó el proceso al propio Opus Dei. “El prelado nombró a un instructor, que se puso en contacto conmigo y mandaron a dos curas de Chile, donde vivo ahora, a tomarme declaración. Luego la mandaron a Roma, donde vieron indicios de delito, y lo volvieron a remitir al Opus Dei, que tuvo a otro cura unos seis meses investigando. Con eso, el Vaticano ha emitido la sentencia”, relata Miguel, que aunque sabe que su nombre es de sobra conocido en la Obra, prefiere no dar su imagen ni apellidos; ahora, ha rehecho su vida en Chile, donde vive con su mujer y trabaja como abogado.
Por la vía civil Miguel sabía que no tenía nada que hacer: al ocurrir cuando tenía 18 años no se trata de un caso de pederastia y el delito habría prescrito por cometerse entre 2002 y 2004. Sin embargo, todavía le quedaba el derecho canónico. “A la vez que lo de Linkedin, vino elPapa Francisco a Santiago de Chile y dio un discurso sobre los casos de pederastia en la Iglesia de aquí. Dijo que había que sacar la porquería de las alfombras y que las víctimas no eran culpables. Eso me cambió el chip”.
Hasta ese momento, y a pesar del paso de los años, Miguel todavía arrastraba la culpa impuesta de haber provocado él los abusos. “Estás en un ambiente en el que para ti esas personas son la voluntad de Dios personificada. Y más él, que había vivido con Josémaría. Creía que era el más santo y que yo era el culpable por hacer que un santo me hiciera eso. He estado 20 años sintiendo culpa y vergüenza”.
A menudo las víctimas de abusos sexuales se dan cuenta con los años de la gravedad de las acciones que cometían contra ellos, sobre todo en entornos donde el abusador es también su referente. “Otra persona que vivía conmigo Almonte, cuando le fueron a coger declaración, le preguntaron si había abusado de él. Dijo que no, pero que sí le había visto desnudo porque a veces le ponía supositorios. Claro, cuando le preguntaron por qué un cura ponía supositorios ya entendió…”.
Tras mucha terapia psicológica, Miguel ha conseguido empezar a sentirse víctima y a entender por qué le ‘eligió’ a él: “Yo era de los más vulnerables ahí. No tenía madre y mi padre había rehecho su vida. Estaba un poco solo y era muy inocente”.
Por el momento, el Opus Dei no quiere hacer ninguna declaración, a la espera de que la sentencia se haga firme en unos días si no es recurrida por parte de Cociña. Tampoco han facilitado la resolución a petición de este periódico por ser, explican, de la Iglesia y no de su órden.
Sin embargo, reiteran su “acompañamiento en el dolor” y la “voluntad desde el minuto uno para atender a la víctima investigando el caso”. También remiten al comunicado que hicieron en 2019, cuando se dio a conocer la investigación, en el que reconocían el procedimiento y daban, por primera vez en España, su apoyo a una víctima de abusos sexuales en el seno de la institución.
Ni siquiera en el caso del alumno del colegio Gaztelueta, cuyos abusos también quedaron probados por la Justicia con una sentencia en primera instancia, la Obra se pronunció. Sin embargo, como descubrió Religión Digital, que también avanzó la condena, no fue apartado de sus funciones sacerdotales cuando se supo que estaba siendo investigado, ya que siguió ejerciendo como prior de la Delegación en Granada.
A Miguel, la condena de Roma le parece más simbólica que proporcional: “Estoy contento de que por primera vez el Vaticano lo haya reconocido, pero me habría gustado dar mi versión en un juicio y tener derecho a un abogado o a recurrir, como tiene él, pero el derecho canónico no lo permite”.
Aunque su caso está prescrito, sí podría sumarse a una nueva causa si otras víctimas cuyos abusos sean todavía denunciables se animan a hacerlo. Así, cuenta, podría decirle a Cociña lo que por ahora le han negado: “Le quiero preguntar por qué: ¿Por qué una persona tan cercana a Dios hace esas cosas? ¿Cómo podía dar misa o dormir tranquilo después de hacerlo?”.
2.º KIKOPRESBÍTERO GUATEMALTECO ACUSADO DE PEDERASTIA (Elementos tomados de CRUX SANCTA BLOG y OSSERVATORIO SUL CAMMINO NEOCATECUMENALE SECONDO VERITÀ).
Hace poco salió publicado en los medios de comunicación locales: Ángel Arturo Vásquez Urízar, presbi neocatecumenal y expárroco de San Rafael de Jerez (Cádiz), fue detenido el pasado 16 de junio.
La impunidad que se reflejaba en el perfil le animó, 20 años después, a hacer públicos los tocamientos que sufrió. Hace unos días, la Iglesia le ha dado la razón. Manuel Cociña y Abella, cura numerario del Opus Dei y figura relevante en la Obra –cercano al propio Escrivá de Balaguer– se ha convertido en el primer miembro de esta orden declarado culpable de abusos sexuales por la Doctrina de la Fe del Vaticano.
Por lo que le hizo a él y a otras víctimas durante tres décadas, Roma le ha condenado a cinco años sin poder ejercer, seguidos de otros cinco en los que sólo podrá ofrecer actividad pastoral a otros religiosos del centro de Granada en el que vive. Además, no podrá volver a prestar atención religiosa a ningún menor de 30 años.
La sentencia, que no ha sido facilitada a la víctima, considera como probado el acoso no solo contra Miguel, también contra al menos cuatro personas personas de las que se desconoce su identidad, según ha podido saber el denunciante. Concretamente le consideran culpable de ‘solicitación’, es decir, utilizar la confesión para poder aprovecharse de la víctima.
Miguel conoció a Cociña cuando tenía 18 años y era estudiante en el Colegio Mayor de Almonte, en Sevilla, donde habían trasladado al religioso como capellán. “Llegó diciendo que era el ‘tío Manolo’, iba de amigo de los alumnos. Nos decía que sabía dar masajes y que fuésemos si estábamos estresados. En esos masajes acababa metiendo la mano en mis calzoncillos con la excusa de que había unos músculos que había que destensar. Cuando le decía que no quería, alegaba que yo tenía obsesiones sexuales por cosas que le contaba durante la confesión. Usaba como un castigo lo que le pasaba a mi cuerpo con 18 años”.
Manuel Cociña Abella, de 72 años, es, o era, toda una institución dentro de la Obra, especialmente por su cercanía al fundador, Josémaría Escrivá de Balaguer, con el que convivió. Fue secretario general de la Academia de Historia Eclesiástica. Estuvo de hecho en las ternas para convertirse en primer prelado numerario de la Prelatura hasta que se destapó el caso de Miguel.
En total, Miguel calcula que abusó de él en siete ocasiones, pero la sentencia, según ha podido saber por personas que sí han accedido a ella, habla de 30 años de trayectoria por toda España buscando víctimas como él. “Le han ido cambiando por todo el país. Primero, estuvo en Pedralbes, en Barcelona, de donde le mandaron a Sevilla por otro caso de abuso. De ahí, a Madrid, donde fue rector de la basílica de San Miguel entre 2007 y 2008, la más importante de España. Al parecer, volvió a abusar de otra persona y le mandaron a Galicia, donde hubo otro caso, y ya lo mandaron a Granada hace unos tres o cuatro años”.
El relato coincide además con lo que le dijeron en 2010, cuando puso en conocimiento de la Obra los abusos que había vivido al decidir marcharse de la órden. “Me reconocieron que no era el primero testimonio que les llegaba, pero que no me preocupase, que lo habían ya apartado en Galicia y que rezase por él. Cuando vi que no era así me decidí a denunciar”.
Para la investigación, el Vaticano encomendó el proceso al propio Opus Dei. “El prelado nombró a un instructor, que se puso en contacto conmigo y mandaron a dos curas de Chile, donde vivo ahora, a tomarme declaración. Luego la mandaron a Roma, donde vieron indicios de delito, y lo volvieron a remitir al Opus Dei, que tuvo a otro cura unos seis meses investigando. Con eso, el Vaticano ha emitido la sentencia”, relata Miguel, que aunque sabe que su nombre es de sobra conocido en la Obra, prefiere no dar su imagen ni apellidos; ahora, ha rehecho su vida en Chile, donde vive con su mujer y trabaja como abogado.
Por la vía civil Miguel sabía que no tenía nada que hacer: al ocurrir cuando tenía 18 años no se trata de un caso de pederastia y el delito habría prescrito por cometerse entre 2002 y 2004. Sin embargo, todavía le quedaba el derecho canónico. “A la vez que lo de Linkedin, vino el
Hasta ese momento, y a pesar del paso de los años, Miguel todavía arrastraba la culpa impuesta de haber provocado él los abusos. “Estás en un ambiente en el que para ti esas personas son la voluntad de Dios personificada. Y más él, que había vivido con Josémaría. Creía que era el más santo y que yo era el culpable por hacer que un santo me hiciera eso. He estado 20 años sintiendo culpa y vergüenza”.
A menudo las víctimas de abusos sexuales se dan cuenta con los años de la gravedad de las acciones que cometían contra ellos, sobre todo en entornos donde el abusador es también su referente. “Otra persona que vivía conmigo Almonte, cuando le fueron a coger declaración, le preguntaron si había abusado de él. Dijo que no, pero que sí le había visto desnudo porque a veces le ponía supositorios. Claro, cuando le preguntaron por qué un cura ponía supositorios ya entendió…”.
Tras mucha terapia psicológica, Miguel ha conseguido empezar a sentirse víctima y a entender por qué le ‘eligió’ a él: “Yo era de los más vulnerables ahí. No tenía madre y mi padre había rehecho su vida. Estaba un poco solo y era muy inocente”.
Por el momento, el Opus Dei no quiere hacer ninguna declaración, a la espera de que la sentencia se haga firme en unos días si no es recurrida por parte de Cociña. Tampoco han facilitado la resolución a petición de este periódico por ser, explican, de la Iglesia y no de su órden.
Sin embargo, reiteran su “acompañamiento en el dolor” y la “voluntad desde el minuto uno para atender a la víctima investigando el caso”. También remiten al comunicado que hicieron en 2019, cuando se dio a conocer la investigación, en el que reconocían el procedimiento y daban, por primera vez en España, su apoyo a una víctima de abusos sexuales en el seno de la institución.
Ni siquiera en el caso del alumno del colegio Gaztelueta, cuyos abusos también quedaron probados por la Justicia con una sentencia en primera instancia, la Obra se pronunció. Sin embargo, como descubrió Religión Digital, que también avanzó la condena, no fue apartado de sus funciones sacerdotales cuando se supo que estaba siendo investigado, ya que siguió ejerciendo como prior de la Delegación en Granada.
A Miguel, la condena de Roma le parece más simbólica que proporcional: “Estoy contento de que por primera vez el Vaticano lo haya reconocido, pero me habría gustado dar mi versión en un juicio y tener derecho a un abogado o a recurrir, como tiene él, pero el derecho canónico no lo permite”.
Aunque su caso está prescrito, sí podría sumarse a una nueva causa si otras víctimas cuyos abusos sean todavía denunciables se animan a hacerlo. Así, cuenta, podría decirle a Cociña lo que por ahora le han negado: “Le quiero preguntar por qué: ¿Por qué una persona tan cercana a Dios hace esas cosas? ¿Cómo podía dar misa o dormir tranquilo después de hacerlo?”.
2.º KIKOPRESBÍTERO GUATEMALTECO ACUSADO DE PEDERASTIA (Elementos tomados de CRUX SANCTA BLOG y OSSERVATORIO SUL CAMMINO NEOCATECUMENALE SECONDO VERITÀ).
Hace poco salió publicado en los medios de comunicación locales: Ángel Arturo Vásquez Urízar, presbi neocatecumenal y expárroco de San Rafael de Jerez (Cádiz), fue detenido el pasado 16 de junio.
El Juzgado de Instrucción número 3 de Jerez decretó el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza por estar inmerso en un presunto caso de pederastia sobre un adolescente que aún no ha cumplido los 14 años.
El barbado presbi Arturo. En segundo plano el kikobispo José Mazuelos Pérez
Se sabe del
Sus parroquianos dicen de él que es cerrado, poco hablador, incluso arisco (claro, tener que enfrentar acusaciones de “sectario” por preferir a los kikos posponiendo a los “misadocieros” en su pastoral -aunque extrañamente, aceptó ser Hermano Mayor de la Hermandad del Señor de la Salud, sita en dicha parroquia-), que llega a la Iglesia justo para decir misa y desaparece en cuando termina, sin pararse a charlar con sus feligreses, sin darse a conocer ni acercarse a sus ovejas, desconocimiento que no ha impedido que entre la población de a pie la noticia de su detención y el motivo de la misma hayan causado estupor.
Lo cierto es que en los seis años destinado en suelo patrio, el
Según la prensa, los hechos de que se acusa a
La investigación, que está bajo secreto de sumario y en la que el obispado se ha personado como acusación popular, se encuentra en estos momentos en sus primeros compases, ya que no se descartan más casos. Fuentes policiales destacaron que “es muy habitual que una vez que se da a conocer un caso otras familias, avergonzadas por el carácter de estos hechos, deciden dar el paso adelante y acuden a denunciar”.
Mientras tanto, el presbi ha sido trasladado a Morón, en Sevilla, para garantizar su seguridad «dada la complejidad del delito por el que ha sido encarcelado junto al elevado número de reclusos que hay en el centro procedentes de Jerez, algunos, incluso, del mismo barrio donde se encuentra la iglesia de San Rafael» y la diócesis se ha apresurado a poner distancia con el presbi descarriado.
COMUNICADO SOBRE EL PRESUNTO CASO DE ABUSOS
17 junio, 2020
Ante la denuncia de un presunto caso de abuso sexual a un menor por parte de un sacerdote que trabaja en esta Diócesis, y sin menoscabo de la presunción de inocencia de la cual goza todo ciudadano, este Obispado quiere manifestar:
1.- que, una vez recibida la denuncia de dichas acusaciones, y en cumplimiento de la Ley, se han notificado de manera inmediata a la Fiscalía los hechos denunciados, e incluso en el trámite de diligencias previas este Obispado se ha personado como acusación popular contra el denunciado para colaborar en la búsqueda de la verdad.
2.- que este Obispado está a disposición de la Justicia para ayudar a esclarecer todas las circunstancias para la búsqueda de la verdad en todo lo que le fuera requerido.
3.- que siguiendo los protocolos establecidos por la Santa Sede, se han tomado las oportunas medidas cautelares, así como apertura del procedimiento canónico para estos casos.
4.- que en el día de hoy se nos ha hecho saber que la Juez del Juzgado de Instrucción Nº 3 de Jerez de la Frontera ha dictado Auto de prisión provisional comunicada y sin fianza contra dicho sacerdote.
5.- que este obispado nunca ha tenido noticias, denuncias o indicios sobre conductas irregulares de este sacerdote. De hecho a la hora en que ha obtenido la nacionalidad española, las autoridades solicitaron los correspondientes certificados de antecedentes penales tanto en su país de origen, como en España, sin que se encontrará antecedente penal alguno.
6.- que este Obispado ha recibido en el día de hoy instrucciones por parte del abogado de la parte demandante para que no se manifieste ninguna información sobre el caso que pudiera poner en riesgo la intimidad e identidad de la víctima con las consecuencias judiciales que pudieran producirse.
Confiamos en la labor y resolución de los órganos judiciales, condenamos firmemente este tipo de actos y pondremos todo nuestro esfuerzo para que estas conductas no tengan cabida en nuestra Iglesia.
No queremos que este hecho, lamentable y doloroso, empañe la labor de tantos sacerdotes que se entregan con entusiasmo y responsabilidad en su ministerio.
***
Ángel Arturo Vásquez Urízar llegó a la diócesis de Asidonia-Jerez en el año 2014 desde la Arquidiócesis de Medellín, sumándose a Carlos Redondo y Redondo, Jorge Manrique y Manrique, José Luis Oca Velo, Jorge Raúl Cadavid Florez, Luis Carlos Martín Benjumea y José Manuel Arbaiza García (estos dos últimos desde El Salvador), en virtud del acuerdo Fídei Donum, figura nacida en tiempos de Pío XII para realizar misiones en el extranjero, pero que el Camino Neocatecumenal degeneró en un ir y venir de presbikikos de mala conducta (no solamente contra sextum) para ponerlos en escampadero cuando estallan escándalos.
Conviene traer también alguna noticia sobre el obispo neocatecumenal Mazuelos Pérez: poco después de su ordenación en 1990, estuvo en Roma por tres años para estudiar teología y prestando servicio pastoral en la parroquia neocatecumenal de Santa Francisca Cabrini en el barrio Nomentano (“que en 1969 ha acogido las catequesis de Kiko Argüello”). En 2003-2004 era “profesor invitado” en el seminario neocatecumenal de la Diócesis de El Callao, en Perú (de la que recién fueron a José Luis del Palacio y Pérez-Medel). Finalmente, apenas en los cuarenta años, fue misteriosamente elegido al episcopado para la diócesis de Jerez de la Frontera en 2009, que actualmente cuenta 460.000 bautizados y más de 150 sacerdotes: nada mal como inicio de carrera para un joven obispo de nueva nómina, ¿hubo apoyo del Camino? ¡Cómo no!, si él declaró en una entrevista en 2014: «Mi descubrimiento de la Iglesia y de la Fe me viene a través del Camino Neocatecumenal, eso yo no lo he negado nunca. El Camino Neocatecumental me hace redescubrir, en definitiva, la Iglesia, la Fe y mi vocación, y después soy sacerdote y obispo de la Iglesia». Actualmente, lo designaron Obispo de Canarias.
En remplazo de Vásquez Urízar, fue designado el también kiko Juan Olmedo Vásquez, instalado presbítero ¡A LOS 65 AÑOS! en el 2008 tras enviudar y haber tenido cinco hijos, como párroco de San Rafael. Aparte que no es muy común que se admitan a mayores de 30 años en los seminarios y conventos (y aun con poderosas recomendaciones) porque sus costumbres no son fácilmente adaptables al tenor de la vida religiosa, el caso de Olmedo Vásquez muestra una vez más que para un kiko, primero está El Camino que su misma familia; y que tal designación es más para control de daños y cerrarle la boca a quienes pretendan hablar.
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