miércoles, 20 de noviembre de 2019

LA FRATER, “Una cum Francísco”

Tomado de INFOVATICANA. Vía NON POSSUMUS.
  
IMPORTANTES REVELACIONES DE MONS. SCHNEIDER ACERCA DEL PROCESO DE “REGULARIZACIÓN” DE LA FSSPX POR PARTE DE LA ROMA LIBERAL Y MODERNISTA.
  
SE PRUEBA, UNA VEZ MÁS, QUE EL CONTACTO ASIDUO CON LOS PRELADOS CONCILIARES “CONSERVADORES” SÓLO SIRVE PARA ABLANDAR EL ESPÍRITU DE LUCHA EN DEFENSA DE LA FE Y DE LOS SUPREMOS DERECHOS DE CRISTO, Y -EN DEFINITIVA- PARA CONDUCIR A LA FRATERNIDAD A SER ABSORBIDA POR LA ROMA HEREJE Y APÓSTATA.
   
De izquierda a derecha, la cúpula directiva de la Neo-FSSPX: Mons. Bernard Fellay, Mons. Alfonso de Galarreta Genua, Padre Davide Pagliarani, Padre Christian Bouchacourt y Padre Franz Schmidberger
  
«LA FSSPX TIENE LA IMAGEN DEL PAPA ACTUAL EN LA PARED DE SUS CASAS»
«La mayoría de la gente se sorprendería»
  
El obispo auxiliar de Astaná, Athanasius Schneider, ha publicado recientemente el libro “Christus Vincit. El Triunfo de Cristo sobre la Oscuridad de la Época”, un libro-entrevista con Diane Montagna, periodista de LifeSiteNews. Secretum Meum Mihi ha traducido un extracto del libro en el que el prelado habla sobre las relaciones entre Roma y la Fraternidad de San Pío X, ya que Schneider realizó visitas en las casas de la FSSPX por orden del Vaticano.
 
DIANE MONTAGNA: Nuestra última conversación terminó con una mención del Arzobispo Marcel Lefebvre. Pasemos a la Fraternidad de San Pío X directamente. Usted fue elegido en 2015 como uno de los visitadores de la FSSPX. ¿Por qué cree que fue elegido?
ATHANASIUS SCHNEIDER: No se las razones. La Pontificia Comisión Ecclesia Dei me pidió que visitara varias casas de la FSSPX para guiar discusiones teológicas con un grupo de sacerdotes y con el Superior General, el Obispo Bernard Fellay. Quizás fui elegido porque celebro públicamente la Misa tradicional. Sería mejor enviar a la FSSPX un obispo así que enviar al cardenal Kasper o al cardenal Marx…
D. M.: ¿Cuáles fueron sus impresiones sobre la Fraternidad San Pío X una vez que hizo la visita?
A. S.: En general, tuve una impresión positiva. Viví todo el horario del día con los seminaristas y los sacerdotes. Participé en las oraciones, en las comidas en el refectorio, en el recreo. A petición suya, también hablé con seminaristas y sacerdotes individualmente, y por supuesto, hablé extensamente con el obispo Fellay y otros superiores de la FSSPX. De esta manera, tuve suficiente experiencia para hacer una evaluación razonable de la situación de la FSSPX.
Por supuesto, hay puntos negativos en cada comunidad, de lo contrario estaríamos ya en el cielo. Sin embargo, en general tuve una impresión positiva. Humanamente hablando, experimenté una atmósfera agradable. Conocí a sacerdotes y seminaristas equilibrados y normales. Me recibieron como un obispo, con respeto. Incluso vi una fotografía del papa Francisco en las paredes. En la sacristía vi placas con el nombre del papa Francisco y del obispo diocesano local, pero no del nombre del obispo Fellay. Esto es eclesiológicamente correcto. Creo que la mayoría de la gente se sorprendería al saber que el FSSPX tiene la imagen del papa actual en la pared de sus casas, y placas del papa actual y del obispo diocesano en la sacristía.
Cuando se lo comenté a los sacerdotes de la FSSPX, me dijeron: “No es que solamente pusiéramos la foto del papa Francisco justo antes de que Vd. viniera”.
D. M.: ¿Vio muchas fotos del arzobispo Lefebvre o del obispo Fellay?
A. S.: Nunca vi una foto del obispo Fellay en las sacristías, sino solo el nombre y, a veces, incluso la foto del papa y del obispo local. Había fotos del arzobispo Lefebvre y de San Pío X, por supuesto.
D. M.: ¿Y qué encontró al examinar la Fraternidad? La gente dice que ahora es muy rica y que puede haber algo de corrupción. ¿Vio algo de eso?
A. S.: Las casas que visité tenían buena observancia religiosa y fidelidad y celo por la oración. No noté ningún lujo en los lugares que visité. Yo he visto la riqueza y el lujo en algunos seminarios y cancillerías episcopales en Alemania y Estados Unidos. No vi eso en las casas de la FSSPX. Visité la Casa general en Menzingen en Suiza y era hermosa y simple. Donde visité, no vi riqueza y lujo.
D. M.: ¿Y qué encontró en sus discusiones teológicas?
A. S.: Con respecto a las discusiones teológicas, noté una actitud de desconfianza hacia Roma, hacia otros que no son de la FSSPX. Sin embargo, tal actitud es psicológicamente comprensible. Durante cuarenta años, la FSSPX no ha tenido relaciones canónicas formales con Roma y con los obispos locales. Tal situación contiene un peligro, y se lo dije al obispo Fellay y a los otros sacerdotes. Les dije: “Este es su peligro, que con el tiempo desarrollarán un espíritu de autosuficiencia eclesiástica y una especie de mentalidad de gueto”. Sugerí que solicitaran el reconocimiento canónico de la Santa Sede. Evité decir “reconciliación”, pero en su lugar hablé de “reconocimiento”. Les dije: “Tenéis derecho a ser reconocidos por la Iglesia”, porque están preparando seminaristas, predicando, enseñando el catecismo y celebrando los sacramentos como siempre lo ha hecho la Iglesia.
En las casas que visité, la Casa General en Menzingen (Suiza), los seminarios en Flavigny (Francia), en Winona (Estados Unidos) y en Zaitzkofen (Alemania), participé en las oraciones durante la Exposición solemne del Santísimo Sacramento. Me conmovió cuando escuché la solemne oración por el Papa cantada en canto gregoriano: Orémus pro pontífice nostro Francísco. En muchos seminarios e iglesias en el mundo católico, no cantan la solemne oración por el Papa, pero en la Fraternidad San Pío X sí. En una ocasión conocí a un grupo de familias afiliadas al apostolado de la FSSPX y los padres me dijeron que sus hijos rezan el Rosario por el papa Francisco. ¿Cómo se puede considerar que tales actitudes y actos sean los de los cismáticos?
D. M.: ¿Cree que volverán a la plena comunión, sea lo que sea que eso signifique?
A. S.: “Comunión plena” no es la expresión correcta en mi opinión. Ya están en comunión con la Iglesia, ya que reconocen al papa actual, lo mencionan en el Canon, rezan públicamente por él y rezan por el obispo diocesano local. La FSSPX ha recibido facultades del papa para la absolución, y los sacerdotes de la FSSPX ahora pueden canónicamente obtener facultades del obispo diocesano o del párroco para asistir en los matrimonios.
D. M.: ¿“Regularizados”?
A. S.: Regularizados, eso es mejor. Pleno reconocimiento es mejor que la expresión “comunión plena”, porque los miembros de la FSSPX no están excomulgados. Les animé mucho a pedirle al papa que les diera reconocimiento canónico.
También discutimos su afirmación de que la nueva Misa es “malvada” o “mala”. Les dije a mis interlocutores de la FSSPX: “No debéis hablar de esta manera”. Les dije que tampoco estoy contento con la nueva Misa. Les sugerí que usaran la expresión “La nueva Misa tiene defectos, pero no es mala”. También les dije: “Cuando dicen que la nueva Misa es mala, me están acusando de cometer un mal, un pecado, porque yo también celebro la nueva Misa”. Les dije: “Deben escribir y presentar sus críticas, eso es bueno, pero háganlo con un lenguaje más cuidadoso”. Los sacerdotes con quienes hablé demostraron una buena formación teológica. Sin embargo, también tienen que considerar objetivamente lo que era bueno en el Concilio, y esto no significa que deben aceptar todo el Concilio. Lo que es, en sí, verdadero y bueno —incluso en la nueva Misa— podía aceptarse.
En mi opinión, la FSSPX debería ser reconocida y, de ser así, sería una verdadera ayuda espiritual y pastoral para toda la Iglesia, para fortalecer la doctrina y la tradición en la Iglesia. La FSSPX ofrece buena formación sacerdotal.
D. M.: ¿Cuál es su opinión sobre el intento más reciente de reconciliación?
A. S.: Hubo señales muy ambiguas procedentes de Roma en junio de 2017. El cardenal Müller les presentó una fórmula de acuerdo, que no era aceptable. Durante nuestra visita, los otros obispos y yo buscamos presentar una fórmula más realista y pastoral. Que yo sepa, la Pontificia Comisión Ecclesia Dei promovió la propuesta que hice. Desafortunadamente, la fórmula fue cambiada, y no sé cuál es la situación actual ahora.
D. M.: En noviembre de 2017, el arzobispo Pozzo dijo que habían hecho todo lo posible y que la pelota ahora está en la cancha de la Fraternidad.
A. S.: Sí, pero la Santa Sede presentó la última fórmula en 2017, y todos sabían que no sería aceptable para la FSSPX. Roma debería haber sido más pastoral y generosa.
D. M.: Uno de los requisitos era que al papa se le debería dar tres nombres para el nombramiento de un obispo, y que elegirá uno de esos nombres. Esto suscita la preocupación de que los hombres maniobrarán para ser más favorables a la visión del papa Francisco que tal vez a la de la Fraternidad, por lo que estos hombres llegarán a la cima y esto eventualmente debilitará a la Fraternidad.
A. S.: Podría ser, pero el papa Francisco no es eterno. Les dije: “No pueden fijar su situación concreta a un pontificado y hacerla que dependa de eso. Esto es demasiado humano; tienen que tener una visión sobrenatural, de que Dios está guiando a su Iglesia”.
Si la FSSPX fuera reconocida, y Roma luego los obligara a aceptar cambios doctrinales y litúrgicos que serían contrarios a su carisma, la FSSPX tendría que rechazar dichos cambios, incluso a riesgo de perder nuevamente el estado canónico, como sucedió en 1975. En un tal hipotético caso, la FSSPX solo perdería el estado canónico y volvería a su situación anterior.
D. M.: Tradicionalmente, esta es la razón por la cual las órdenes religiosas tenían un cardenal protector. Debía protegerla del mundo, pero también de la Santa Sede, de intervenir en su vida de una manera que fuera inapropiada.
A. S.: De acuerdo con los estatutos propuestos de una Prelatura Personal San Pío X, el prelado sería nombrado por el papa de una lista de tres sacerdotes que son miembros de la FSSPX y son propuestos por las autoridades de la FSSPX.
Teóricamente, la Curia romana podría intentar interferir en la vida de una futura Prelatura FSSPX. Tuvimos el ejemplo de la Orden de Malta, que fue una intervención extrema en un estado soberano, y el papa finalmente eliminó al jefe de estado, por supuesto con el pretexto de que este jefe de estado también es un religioso con el voto de obediencia. Teóricamente, podría suceder que después de la erección de la Prelatura, Roma pudiera encontrar un pretexto para decir: “Deponemos al Prelado y nombramos un administrador apostólico y él gobernará la Prelatura con plena autoridad en nombre del papa”. Sin embargo, estas son posibilidades políticas humanas y conjeturas, y tenemos que superar esta actitud con una confianza más sobrenatural en la providencia de Dios y en Su guía de Su Iglesia.

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