sábado, 8 de julio de 2023

LA SEGUNDA MUERTE DE SANTO TOMÁS MORO

Noticia tomada de ACTUALITÉS FSSPX.
      
Losa bajo la cual está la cabeza de Santo Tomás Moro, en la capilla de San Nicolás de la iglesia de San Dunstano (Canterbury, Inglaterra).
  
Las reliquias de Santo Tomás Moro están en peligro. Aunque descansan desde hace casi cinco siglos bajo una lápida situada en la iglesia de San Dunstano (Reino Unido) su estado de deterioro va en aumento. Del lado anglicano, no se hace nada para preservar una herencia que recuerda los aspectos oscuros de una reforma que separó a Inglaterra de la unidad católica.
    
Santo Tomás Moro es una de las glorias del catolicismo inglés: lord canciller del rey Enrique VIII, de quien fue durante mucho tiempo uno de sus protegidos, Sir Thomas fue decapitado el 6 de julio de 1535, por su negativa a firmar el Acta de Supremacía que reconocía la soberanía del monarca sobre la Iglesia de Inglaterra, al mismo tiempo que aprobaba el divorcio del rey de Catalina de Aragón conduciendo al reino al cisma.
    
Tras casi un año de exposición en el puente principal de la capital inglesa, con el objetivo de desanimar a quienes se atrevieran a desafiar su autoridad, Enrique VIII permitió a Margaret Roper, la hija de su excanciller, recuperar los restos de su padre que fue enterrado años más tarde junto con ella en la iglesia parroquial de Chelsea, y luego trasladado a la iglesia de San Dunstán de Canterbury en 1578.
    
Beatificado por el Papa León XIII en 1886, Tomás Moro fue canonizado por el Papa Pío XI en 1935, 400 años después de su martirio, al mismo tiempo que San Juan Fisher, arzobispo de Canterbury, quien también se opuso al cisma fomentado por el rey Enrique.
    
Un detalle importante: la iglesia de San Dunstano está en manos de los anglicanos, y lo menos que se puede decir sobre el tema es que nunca han cuidado realmente de una reliquia que probablemente les recuerda los tambaleantes cimientos sobre los que se fundamenta su religión.
    
En efecto, en dos ocasiones, en 1978 y 1997, la cabeza del santo fue exhumada por científicos que constataron el preocupante deterioro de la reliquia. Desde hace varios años, el jurista católico Steven Brizek ha abogado por su preservación: el 22 de junio de 2023, hizo sonar públicamente la alarma, porque si no se hace nada, la reliquia se corromperá irremediablemente, firmando un formulario titulado la «segunda muerte» de Tomás Moro.
    
«En los últimos años, quienes tienen el poder de actuar para la preservación de la reliquia han optado por el camino de la inacción: ya sea producto de la negligencia voluntaria o de la indiferencia, esto solo ha acelerado su deterioro y ha disminuido la esperanza de poder preservarla», advirtió el jurista que lanzó un llamamiento a «todos aquellos que tengan el ánimo y la inteligencia de intervenir para salvar a Santo Tomás Moro».
     
El clero anglicano, por su parte, prevarica y se defiende alegando que ya se ha realizado «un trabajo importante» para «resaltar la figura de Tomás Moro».
    
Una actitud que a nadie sorprende porque, como recordó el Papa Pío XI en la homilía pronunciada con motivo de la canonización del santo: «Tomás Moro supo, al ver expuesta a graves peligros la pureza de la doctrina cristiana, despreciar con energía la adulación del respeto humano, resistir al jefe supremo del Estado, como su deber le prescribía cuando era necesario obedecer a Dios y a la Iglesia, y finalmente renunciar con dignidad al alto cargo que desempeñaba».
    
Pío XI termina su discurso con un llamamiento lleno de fe y caridad a los anglicanos, que no ha perdido nada de su actualidad: «Que aquellos que todavía están separados de Nosotros consideren cuidadosamente las antiguas glorias de su Iglesia que reproducen y aumentan las glorias mismas de la Iglesia Romana; ¡que también consideren y recuerden que esta Sede Apostólica los espera desde hace tanto tiempo, no como los que entran en una casa ajena, sino como los que finalmente regresan a su propia casa paterna!».
    
La inscripción en la lápida dice: «Bajo este suelo se encuentra la bóveda de la familia Roper, en la que está enterrada la cabeza de Sir Thomas More, de ilustre memoria, ex lord canciller de Inglaterra, quien fue decapitado en la Torre de Londres el 6 de julio de 1535. Que la Iglesia de Inglaterra sea libre».

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