Traducción del artículo publicado en RADIO SPADA.
Padre (futuro Monseñor) James Carroll FSSPV.
La congregación sedevacantista de San Pío V (FSSPV) en Oyster Bay Cove, NY, ha anunciado el pasado día 9 de septiembre los planes para la consagración de un nuevo obispo. El 27 de diciembre de 2018, fiesta de San Juan Evangelista, S.E.R. Monseñor Joseph Santay consagrará obispo al padre James Carroll, asistido por S.E.R. Monseñor Clarence Kelly como co-consagrante. El Padre Carroll fue ordenado sacerdote por Monseñor Santay en agosto del 2007. La Congregación de San Pío V fue fundada en 1996 por Monseñor Kelly. El mismo Kelly es miembro de la Sociedad de San Pío V (FSSPV), fundada en 1983 por él mismo y otros ocho sacerdotes -Thomas Zapp, Donald Sanborn, Anthony Cekada, Daniel Dolan, William Jenkins, Eugene Berry, Joseph Collins, y Martin Skierka- (los famosos “Nueve”) expulsados de la Sociedad lefebvriana de San Pío X (un podcast gratuito con tres de los nueve clérigos originales que explican los eventos puede ser encontrado aquí). Monseñor Kelly fue consagrado obispo por Monseñor Alfredo Francisco Méndez González, C.S.C., obispo emérito de Arecibo, Puerto Rico, el 19 de octubre de 1993. La consagración fue, como tal vez recuerdan los más, misteriosa y rocambolesca, desde el momento que se realizó en modo semisecreto, por obra de un anciano obispo una cum, paciente en una casa de reposo. La consagración no fue unánimemente aceptada como válida y real por el mundo sedevacantista. A este inicio tormentoso y discutido, la Excelencia de Kelly ha después añadido un estilo de “gobierno” discutido y discutible, poniendo en vía de discusión las ordenaciones de Thuc y adentrándose en polémicas doctrinales de pequeño y medio calado con sus ex co-hermanos. Un síndrome de “o conmigo o nada” o “Alone in the sun”, muy difundido en el mundo sedevacantista de ayer y hoy. En este filón de excesos y extravagancias recordamos a SS.EE.RR. George Musey y Louis Vezelis, primerísimos obispos sedevacantistas de la línea Thuc-Carmona, que habían dado amplios ensayos sobre estos comportamientos “patriarcales” y exclusivistas en confrontación del resto del mundo sedevacantista. Monseñor Joseph Santay fue consagrado obispo por Monseñor Kelly el 28 de febrero de 2007. La Congregación de San Pío V es una realidad tipicamente estadounidense y no está difundida fuera de la Unión, mucho menos en la soñolienta y provincial península italiana. Por tanto, podemos mirar con cierta distancia este futuro evento, alegrándonos sin embargo porque la Iglesia Católica (privada de su supremo Jerarca [visible] y de verdaderos obispos sobre las sedes) tendrá en diciembre próximo un nuevo obispo. Con la esperanza de que pueda ser un obispo para toda la Iglesia y no sólo para su Congregación, ad nutum Kelly.
Todo estas consagraciones y ordenaciones carecen de validez, 1° Porque El obispo Modernista Mendez estaba retirado y senil desde hacía por lo menos un lustro, 2° Porque Kelly recurrió a la simonía para arrebatarle el "episcopado". Es increible el espíritu sectario y cismático de dicha congregación que creció entre los escándalos, juicios, difamaciones y traiciones.
ResponderEliminarEsto no es de Dios y no son miembros de la Iglesia Católica, Son pequeñas sectas como la de Samborn, Pivarunas y compañía.
La validez del Orden Sacerdotal la da la observancia de la materia, forma e intención por parte del consagrante. Ya lo que Vd. describe sería más sobre la licitud, y allí es donde está el problema.
EliminarTampoco caigamos en el donatismo (como hacen los “sedefinistas” y algunos sedevacantistas salidos de Ecône), que sólo mira linajes “puros” e “impuros” y clérigos “dignos” e “indignos”, todo por un celo indiscreto.
¿Y dónde dejamos a Andrés Morello? Si aplicamos el mismo criterio, su consagración es inválida toda vez que su consagrante, Mons. Robert Neville, viene del linaje Thuc por medio de Mons. Robert McKenna. Sí, el mismo Thuc al que años atrás Morello tachaba de senil por el asunto del Palmar de Troya.
EliminarAclaramos que personalmente no somos (ni fuimos) tampoco de Ecône. Llegamos al sedevacantismo por la vía directa.