Traducción del artículo publicado en RADIO SPADA.
“Hotel California” DEL GRUPO Eagles. ¿UN RELATO METAFÓRICO DE LA CRISIS POST-CONCILIAR?
Por Miguel
Queridos Amigos de Radio Spada, después de haber hecho enojar al público de este sitio, permitidme una reflexión menos “divisiva” que todavía será titulada como extravagante, en la mejor de las hipótesis.
Escuchad un poco.
Hacía tiempo hablaba con un fiel “tradicionalista” que me hacía razonar sobre una cosa.
El 1969 es el año del cual habíamos (contra)celebrado recientemente el cincuentenario. Año conocido por la difusión del Novus Ordo, año símbolo de la revolución litúrgica. Desde aquel momento la Misa de siempre se convirtió en la Misa de pocos y aquél espíritu bueno, que aleggiava desde las iglesias de campaña a las catedrales, se eclipsó.
«We haven’t had that spirit here since 1969». No hemos tenido ese espíritu –o ese vino– aquí desde 1969, cantaban los Eagles en su éxito Hotel California (1976).
¿Pero de qué habla esta canción salida en el año del verano cálido tradicionalista, aquel 1976 en el cual Mons. Lefebvre celebró, seguido por una multitud inmensa, la famosa Misa de Lille?
Hotel California parte dantescamente mirando “al camino de nuestra vida” y a la “selva oscura”:
Sobre una autostrada oscura y desierta, el viento frío entre mi pelo
Tibio olor de ‘colitas’* se esparce en el aire
A lo lejos vi una luz trémula
Mi cabeza se puso pesada, y mi vista borrosa.
Tuve que parar a pasar la noche.
Y he aquí un lugar que parece hecho para salvar, un puerto seguro, un refugio, una sólida casa. La “iglesia conciliar” (para usar la definición benelliana), ¿tal vez? ¿Un lugar que mantiene las estructuras católicas pero las rellena de erroresi? ¿Un lugar que, en vez de enviarte al Paraíso, te condena? (And I was thinking to myself, «This could be Heaven or this could be Hell»):
Y estaba pensando para mí:
«Esto podría ser el Cielo o podría ser el Infierno»
Y se prosigue:
Entonces ella encendió una vela y me mostró el camino
Habían voces en el corredor, creo que decían…
«Bienvenido al Hotel California
Un lugar agradable (qué lugar agradable) [a lovely place, such a lovely place]
Muchas habitaciones en el Hotel California
Puedes encontrar a cualquier momento del año».
Un extraño lugar, incluso extrañísimo, en el cual:
Algunos bailan para recordar, otros bailan para olvidar. [Some dance to remember, some dance to forget.]
¿Pero olvidar algo? ¿Qué pasado es olvidado? Y en aquel punto el texto dice:
Así llamé al Capitán: «Por favor, tráigame mi vino»
Él dijo: «No hemos tenido ese trago aquí desde 1969»
El Capitán (Captain) dice que aquel vino (spirit) no lo hay desde 1969. ¿Fueron cambiados el vino y/o el espíritu? ¿Y quién lo ha cambiado? ¿El Capitán? ¿El Capitán de qué?
Ma si riparte con le voci che parlano di notte e ripetono un ritornello spaventoso simile al primo, poi più avanti:
Y en las habitaciones del patrón [Master], se reunieron para la fiesta
Le han apuñalado con sus cuchillos de acero, pero no la bestia.
Lo último que recuerdo es quee estaba buscando la puerta
Debía encontrar un pasaje para volver a donde estaba antes.
«Relájate» dice el hombre nocturno, «aquí estamos para acoger.
Puedes dejar la habitación cuando quieras, pero no podrás irte jamás»
Hay un patrón que, si bien es apuñalado, no muere en una casa ahora condenada pero “acogedora” (aquí estamos para acoger).
Un poco inquietante, ¿no? ¿No parece el relato metafórico de cuanto sucedió en la Jerarquía post-conciliar?
Cabe decir: hay muchas interpretaciones de este texto tan hermético. En el sitio del Centro Studi San Giorgio, diferentemente de cuanto aquí se sugiere, se refiere: «La canción generalmente es interpretada como una alegoría del hedonismo y de la autodestrucción de la industria musical del SoCal (Sur de California) a finales de los años Sesenta; Don Henley la ha defininido como “nuestra interpretación de la bella vida en Los Ángeles”, y en seguida ha replicado: “es esencialmente una canción sobre la oscura vulnerabilidad del sueño americano, que es algo que conocemos bien”. Según otros sería una alusión a la dependencia de la cocaína. Pero según otras voces y diversos indicios, este pasaje podría contener referencias satánicas».
Se habla precisamente de una coinvolucración del famigerato Anton LaVey y se agrega más adelante: «La cosa ha tenido inicio por una declaración que salió a la prensa por Larry Solters, en aquel tiempo representante de los Eagles, según el cual algunos componentes del grupo frecuentaban a miebros de la Church of Satan. En el curso de otra entrevista, el mismo Solters ha admitido que los Eagles serían precisamente miembros de la secta satánica de LaVey».
La interpretación que se ofrece reconduce la canción a un ámbito luciferino-ocultista (si piensas en particular en los puñales de acero) incluso si no falta algún punto de contacto con la nuestra: «El vino no está más disponible desde 1969 porque en aquel año la editorial Avon Books
de Nueva York dio a la prensa The Satanic Bible. Más que el vino, el “espíritu” agotado después de 1969 sería el Espíritu Santo».
Difícil estar seguros (por la oscuridad de los textos), pero las diversas hipótesis podrían completarse y confirmarse al tiempo.
¿Y si el Hotel California fuese un canto satánico de (cuasi) victoria por la revolución conciliar, publicado precisamente en el año (1976) en el que el principal líder de la contrarevolución era suspendido a divinis?
Una victoria mutilada, como es adombrato en la canción misma.
También porque, al final, Non Prævalébunt!
*‘Colitas’: brotes de marihuana.
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