El periodista y escritor italiano Antonio Socci publicó en su cuenta de Facebook la siguiente versión de los hechos ocurridos con el libro de la discordia de estos días, que firmaron Benedicto XVI y el Cardenal Robert Sarah Nemelo. El periodista Socci es de los que tienen una opinión conspirativa sobre la renuncia de B16 y la asunción de Bergoglio (que consideramos plausible sabiendo que el Vaticano ha estado plagado de conspiraciones desde siempre, no así el considerar a B16 como Papa Católico). Lo que nos interesa es su versión de la retirada del nombre de Benedicto del libro.
TRAS ESCENA: ASÍ ES COMO FUERON LAS COSAS. EL FUROR DEL DÉSPOTA CONTRA EL PAPA CATÓLICO.
«Fuentes confiables internas del Vaticano reconstruyen así la historia. El libro “De lo profundo de nuestros corazones” es claramente de Benedicto XVI y del card. Sarah (como entre otras demuestran inequívocamente las cartas entre los dos, hechas conocidas por Sarah). Todo fue decidido y acordado de
común acuerdo desde el principio.
Anteayer —cuando fue anticipada la parte en defensa del
celibato eclesiástico— el fin del mundo estalló en el Vaticano
porque Bergoglio estaba furioso.
De hecho, ese pronunciamiento tan autorizado de Benedicto XVI le impide retomar el celibato eclesiástico como habría tenido la intención hacer en la próxima Exhortación postsinodal.
Entonces ÉL EN PERSONA convocó a Mons. Gänswein, quien es secretario de Benedicto XVI, pero también prefecto de la Casa pontificia de Bergoglio y —furioso— le ORDENÓ hacer eliminar el nombre de Benedicto XVI de la portada de ese libro (sin poder pretender cambiar los textos del libro).
Bergoglio pretendía una plena y total negación. Por esto, la primera noticia filtrada hablaba de fuentes “cercanas a Benedicto XVI” según las cuales Benedicto no había escrito un libro a cuatro manos con Sarah, ni había aprobado la portada (es decir, su firma en el volumen).
Esto, sin embargo, no era verdadero y Benedicto XVI no podía aceptar decir la falsedad, acusando implícitamente al card. Sarah por haberlo involucrado sin su consentimiento. Ni tampoco elPapa Benedicto tenía ninguna intención de echarse
atrás en lo que había escrito en defensa del celibato en ese
volumen.
De hecho, el card. Sarah subitamente dio a conocer las cartas intercambiadas entre ellos, que mostraban que el libro ha sido querido por ambos, y ciertamente él lo dio a conocer con el consentimiento de Benedicto XVI. Para restaurar la verdad.
Por otro lado, Benedicto también se vio en la necesidad de proteger a su secretario de las “venganzas” [lit. “vendetas”, N. de T.] sudamericanas, dado que había recibido una orden perentoria de Bergoglio.
Así que se adoptó esta solución de compromiso: en las ediciones del libro que siguen a la primera, el autor del libro será el card. Sarah “CON LA CONTRIBUCIÓN DE BENEDICTO XVI”. En cualquier caso, el texto del libro sigue siendo el mismo.
Con esta chapuza que compromete a la corte Bergogliana pudo hacer decir a los medios que “Benedicto XVI ha retirado la firma del libro” (incluso si no es cierto) y, de hecho, el libro permanece tal cual, con la firma de Sarah y el nombre de Benedicto XVI autor de las partes acordadas.
De hecho, ese pronunciamiento tan autorizado de Benedicto XVI le impide retomar el celibato eclesiástico como habría tenido la intención hacer en la próxima Exhortación postsinodal.
Entonces ÉL EN PERSONA convocó a Mons. Gänswein, quien es secretario de Benedicto XVI, pero también prefecto de la Casa pontificia de Bergoglio y —furioso— le ORDENÓ hacer eliminar el nombre de Benedicto XVI de la portada de ese libro (sin poder pretender cambiar los textos del libro).
Bergoglio pretendía una plena y total negación. Por esto, la primera noticia filtrada hablaba de fuentes “cercanas a Benedicto XVI” según las cuales Benedicto no había escrito un libro a cuatro manos con Sarah, ni había aprobado la portada (es decir, su firma en el volumen).
Esto, sin embargo, no era verdadero y Benedicto XVI no podía aceptar decir la falsedad, acusando implícitamente al card. Sarah por haberlo involucrado sin su consentimiento. Ni tampoco el
De hecho, el card. Sarah subitamente dio a conocer las cartas intercambiadas entre ellos, que mostraban que el libro ha sido querido por ambos, y ciertamente él lo dio a conocer con el consentimiento de Benedicto XVI. Para restaurar la verdad.
Por otro lado, Benedicto también se vio en la necesidad de proteger a su secretario de las “venganzas” [lit. “vendetas”, N. de T.] sudamericanas, dado que había recibido una orden perentoria de Bergoglio.
Así que se adoptó esta solución de compromiso: en las ediciones del libro que siguen a la primera, el autor del libro será el card. Sarah “CON LA CONTRIBUCIÓN DE BENEDICTO XVI”. En cualquier caso, el texto del libro sigue siendo el mismo.
Con esta chapuza que compromete a la corte Bergogliana pudo hacer decir a los medios que “Benedicto XVI ha retirado la firma del libro” (incluso si no es cierto) y, de hecho, el libro permanece tal cual, con la firma de Sarah y el nombre de Benedicto XVI autor de las partes acordadas.
Una historia feísima de prepotencia clerical que, en última
instancia, tiene como objetivo amordazar a Benedicto XVI.
SIN EMBARGO, QUEDA LA CUESTIÓN DE FONDO: SI BERGOGLIO, EN SU EXHORTACIÓN DA EL GOLPE AL CELIBATO (CON LA ORDENACIÓN DE LOS “VIRI PROBATI”) DE HECHO SE PONE EN CONTRASTE DIRECTO CON LA DOCTRINA DE LA IGLESIA AFIRMADA EN ESTOS DÍAS POR ELPAPA BENEDICTO XVI. POR LO TANTO, SI ASUME LA
RESPONSABILIDAD POR UNA RUPTURA GRAVÍSIMA DE
SERIAS CONSECUENCIAS.
Antonio Socci».
SIN EMBARGO, QUEDA LA CUESTIÓN DE FONDO: SI BERGOGLIO, EN SU EXHORTACIÓN DA EL GOLPE AL CELIBATO (CON LA ORDENACIÓN DE LOS “VIRI PROBATI”) DE HECHO SE PONE EN CONTRASTE DIRECTO CON LA DOCTRINA DE LA IGLESIA AFIRMADA EN ESTOS DÍAS POR EL
Antonio Socci».
«ROMA TRADITÓRIBUS NON PRǼMIAT!» (¡ROMA NO PREMIA TRAIDORES!).
ResponderEliminarGänswein fue sujeto a una “redistribución ordinaria de funciones” por parte de Bergoglio, “para que le dedique más tiempo a Benedicto XVI”. En español, LO BOTARON COMO BOLSA.
El inefable Tosatti relata cómo fue despedido ese personaje:
«Se dice que Bergoglio le dijo a Gänswein: “No quiero verte más”, a lo que el prefecto le preguntó: “¿Pero volveré? ¿Cuándo?”. A esto el pontífice no respondió. Cuando Gänswein le preguntó: “¿Pero todavía puedo ir a la oficina?”, el pontífice le respondió: “Mejor no, porque monseñor Sapienza está allí de todos modos”. Así es como Georg Gänswein se convirtió en un desaparecido...».
Un desaparecido que no estuvo ni para la visita de Alberto Ángel Fernández Pérez y barragana (quienes por cierto, no obstante querer imponer el aborto en Argentina, recibieron la “Comunión” de manos del obispo Marcelo Sánchez Sorondo –otra prueba que la hostia novusordiana NO OBRA LA TRANSUBSTANCIACIÓN NI HAY PRESENCIA REAL–) ni para la del jeque Salman bin Hamad bin Isa Al Jalifa, príncipe heredero de Baréin.