Durante
finales del siglo XIX, en Estados Unidos se realizaban congresos
donde se trataban asuntos religiosos y reformas sociales, participando
en tales tanto católicos como miembros de otras religiones,
particularmente hubo en 1893 el “Parlamento Mundial de las Religiones”,
en el marco de la Feria Mundial de Chicago. El evento fue presidido por
el presbiteriano John Henry Barrows, con la presencia de representantes
católicos, ortodoxos, protestestantes, judíos, musulmanes, hindúes,
budistas, sintoístas y espiritistas, todos exponiendo sus doctrinas y
prácticas.
El
Papa León XIII le escribió la siguiente carta a su Delegado
Apostólico en los Estados Unidos, el cardenal Francesco di Paolo
Satolli, exhortando a los católicos participar en tales eventos, siempre
que se haga con el propósito de convertir a los no creyentes. Al
tiempo, elogió los congresos organizados por la Sociedad Misionera de
San Pablo Apóstol, en los que se exponía la doctrina católica y se
respondían las objeciones de los no católicos. Cosa muy diferente al
ecumenismo de nuestros días, impulsado por la iglesia conciliar, que
solo busca objetivos mundanos.
CARTA DE SU SANTIDAD EL PAPA LEÓN XIII SOBRE LOS CONGRESOS DE LAS RELIGIONES
«A Mons. Francesco Satolli, salud y bendición apostólica.
Hemos sabido que se celebran algunas veces en los
Estados Unidos de América Congresos en los cuales los
católicos y adeptos de otras confesiones religiosas se congregan para tratar de asuntos religiosos y de reformas sociales.
Nos
reconocemos en esto el deseo de servir al interés de la religión, deseo
que anima cada vez más el celo
de ese pueblo. Mas aunque tales Congresos hayan sido tolerados hasta
ahora, gracias a un silencio prudente, parece, sin embargo, debe
desearse también que los católicos convoquen reuniones, aunque admitan
con discreción a personas que no sean católicas, pero con el fin siempre
de que la verdad penetre en el espíritu de estas personas.
Estimando
que es un deber de nuestro cargo apostólico, venerables Hermanos,
llamar vuestra atención sobre este asunto, hemos creído conveniente
recomendaros
la práctica seguida por los Padres Paúles, quienes han
juzgado prudente dirigirse en público a nuestros hermanos disidentes, y
al propio tiempo de explicarles el dogma católico, responder también a
las objeciones que se
los han opuesto.
Si cada Obispo en su diócesis estimulase esa práctica y convocase frecuentemente al público a conferencias
de ese género, Nos acogeríamos con júbilo esa empresa,
de la cual tenemos la confianza de que resultará un bien
para las almas.
Nos os deseamos al propio tiempo, venerable Hermanos, los favores de la gracia divina, y Nos os damos,
con el mayor afecto la bendición apostólica, como testimonio de Nuestro especial interés.
Dado en Roma, junto a San Pedro, a 15 de Septiembre del año del Señor 1895, decimoctavo de nuestro pontificado. LEÓN XIII PAPA».
Traducción tomada del Boletín Oficial Eclesiástico del Obispado de Tenerife, número 14 (1 de Diciembre de 1895), págs. 201-202.
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