Novena
escrita por un religioso mercedario y reimpresa por fray José
Sancristóful. Publicada por la Imprenta Industrial en Lima, año 1885.
Con aprobación eclesiástica.
NOVENA DEL PATRIARCA Y PADRE SAN PEDRO NOLASCO, FUNDADOR DE LA ORDEN DE LA MERCED PARA LA REDENCIÓN DE LOS CAUTIVOS
Puesto
de rodillas con humilde reverencia delante del altar del glorioso
Padre, hecha la señal de la Cruz, se dirá lo siguiente:
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Clementísimo
Dios, y Señor nuestro, a quien confesamos admirable en nuestro
esclarecido Patriarca San Pedro Nolasco; cuyas prodigiosas virtudes le
dieron en vuestra Santa Iglesia el sagrado nombre de Redentor milagroso,
depositando benigno en su intercesión poderosa eficaz alivio a las
congojas de esta miserable vida, haciéndole tan formidable al Infierno,
que a su vista salían huyendo de los cuerpos de los hombres los
demonios; a quien concedisteis tanto dominio sobre los elementos, que al
imperio de su voz obedecían los mares y los vientos. Por aqueste
verdadero imitador de caridad de Cristo vuestro precioso Hijo, os
pedimos nos concedáis los poderosos deseos que caben en la fe y
confianza de sus devotos; para que, inflamados en su ardientísima
caridad, alcancemos de vuestra liberalísima mano lo que por su
intercesión os pedimos en esta novena, si es para mayor honra y gloria
vuestra. Amén.
Aquí se rezan tres Padrenuestros y tres Avemarías con su Gloria.
DÍA PRIMERO – 19 DE ENERO
Dios
te salve, ínclito Padre, Pedro Nolasco Santísimo, de Dios escogido, y a
la Virgen María muy agradable. Fecunda vid que, plantada en el sagrado
jardín de la Iglesia, produjiste tan copiosos frutos de encendido amor.
Sol hermoso, cuyo feliz oriente celebró el Cielo con tantos prodigios y
portentos, resonando en el aire sonoras músicas de Ángeles que cantaban
gloria para el Cielo y felicidad para la tierra. Santo grande desde
niño, como lo dijo volviendo su venerable rostro al tuyo, ilustrado con
profética luz un sacerdote, que celebraba en la iglesia donde fuiste
bautizado, con las mismas voces con que publicó el Cielo grande santidad
del Bautista: «Este niño es grande delante de Dios». Padre de pobres,
que aun recién nacido te faltaban las voces para explicar tus congojas, y
al ver los necesitados, hacías lenguas de tus ojos vertiendo tiernas
lágrimas, hasta que te daban con qué socorrer a los desvalidos,
trasladando a las manos del menesteroso cuanto cogías en las tuyas. Te
pedimos que vuelvas a tus hijos y devotos esos compasivos ojos; y
socorras el hielo de nuestros corazones en la hora de nuestra muerte con
una centella del ardiente fuego en que te abrasas; para que,
purificados nuestros espíritus con tan divino incendio, merezcamos
conseguir la eterna gloria; y lo particular que pedimos en esta novena.
Amén. (Aquí se pide al santo lo que cada uno necesitare).
ORACIÓN A NUESTRO PADRE SAN PEDRO NOLASCO PARA IMPETRAR UNA BUENA MUERTE
Santísimo
Patriarca y Padre San Pedro Nolasco: Hijo escogido de la Purísima
Virgen María: Hermano en el oficio de redentor del que lo fue del mundo.
Padre de tu Religión de Redentores, y de los que con veras te llaman a
la hora de la muerte. Ruégote, que, pues moriste en la misma noche y
hora que Cristo nació, naciendo tú para la gloria, cuando mi buen Jesús
nació para el mundo: te ruego supliques a su Divina Majestad, sea
servido de hacer, que asistiéndome tu cuando yo muera para este mundo,
nazca para la gloria en que vive y reina Jesucristo, con Dios Padre en
unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos. Amén.
GOZOS A SAN PEDRO NOLASCO
Hoy que a tus plantas venimos
Tu protección a implorar:
Comunica a nuestras almas
Tu encendida caridad.
Salve, padre bondadoso
De los míseros cristianos
Que, de su patria lejanos
Y en dura cautividad,
Suspiran anhelantes
Esperando el fausto día
En que el nombre de María
Les diese la libertad.
Comunica a nuestras almas
Tu encendida caridad.
Cuando al nacer, en la cuna
Yacías, niño inocente,
Escuchóse en el ambiente
Melodía celestial
Y a tu estancia iluminada
Por vivísimos fulgores
Acudieron los pastores
Tu venida a celebrar.
Comunica a nuestras almas
Tu encendida caridad.
Como en el lirio del valle
Que ostenta el cáliz, ufano,
Las abejas en tu mano
Labran de miel un panal
Presagiando al desgraciado,
Al huérfano, al desvalido,
Que es su padre el que ha nacido
Para su llanto enjugar.
Comunica a nuestras almas
Tu encendida caridad.
De amor encendida el alma
Hacia el ara de María
Conduces con alegría
Los infantes de tu edad;
Y tu inocente plegaria
Se eleva cual nube blanca
De incienso, que al cielo sube
Desde el pie del sacro altar.
Comunica a nuestras almas
Tu encendida caridad.
Solo ya en medio del mundo,
Muertos tus amantes padres,
En la mejor de las madres
Protección vas a buscar;
Y huyendo vanos placeres
Que el mundo brinda engañoso
En su regazo amoroso
Encuentra tu alma la paz.
Comunica a nuestras almas
Tu encendida caridad.
Allá en extranjera playa
Llora el esclavo sus penas
Entre sombras y cadenas,
Sumido en hondo pesar;
Más, desde el cielo, María,
Escuchando al que la implora,
La familia redentora
Viene a la tierra a fundar.
Comunica a nuestras almas
Tu encendida caridad.
Digno padre de esos héroes
Que dejando el patrio suelo
Van, al cautivo el consuelo
A extraña playa a llevar;
También dejaste tu patria
Para tronchar su cadena,
Y tu voz la ira refrena
Del viento y la tempestad.
Comunica a nuestras almas
Tu encendida caridad.
Feliz padre, que arrobado
En celestial alegría,
Escuchaste de María
El dulcísimo cantar,
Cuando le falta supliendo
De los monjes en el coro
El himno entona sonoro
De inefable suavidad.
Comunica a nuestras almas
Tu encendida caridad.
Cuando al término llegaste
De tu vida en el camino,
Cual cansado peregrino
Que se acerca a reposar,
María a tu lado acude,
Y amorosa y sonriente
En tu fatigada frente
Coloca el lauro inmortal.
Comunica a nuestras almas
Tu encendida caridad.
Desde el trono de tu gloria
Dígnate pues, padre amante,
Atender al que anhelante
Tu favor viene a implorar;
De la Iglesia y de tu Orden
Hoy las suplicas atiende
Y nuestros pechos enciende
Contra el mal y la impiedad.
Comunica a nuestras almas
Tu encendida caridad.
℣. Ruega por nosotros, Padre San Pedro Nolasco
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
ORACIÓN
Clementísimo
Dios, que a imitación de aquella eterna caridad con que redimiste al
mundo, para la redención de los fieles milagrosamente revelaste a
nuestro glorioso Padre San Pedro Nolasco el modo de fecundar tu Santa
Iglesia con la nueva religión de redentores: Por su intercesión te
pedimos nos concedas, que libres de la esclavitud del pecado, gocemos la
perpetua libertad de la gloria. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO – 20 DE ENERO
Por la Señal,…
Oración para todos los días y los tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Por la Señal,…
Oración para todos los días y los tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Esclarecido
Patriarca San Pedro Nolasco: firme columna de la militante Iglesia,
brillante lucero que apareciste en el África esparciendo divinas luces,
con que tantos mahometanos redujiste al sagrado conocimiento de la
sagrada Fe de Cristo. Caudillo de Dios escogido, que mereciste ver en la
tierra a la Serenísima Emperatriz de los cielos, acompañada de
innumerables Ejércitos de Ángeles y Santos, vestida de blanco y hermosos
candores de gloria; y llegándose a ti con un sereno semblante confortó
con milagrosa luz tu vista para que pudiesen ver tus ojos corporales su
peregrina belleza. Por aquel inefable gozo que recibió tu purísima alma
cuando escuchaste a aquella Majestad Soberana que alegre y risueña te
dijo: «Soy María, en cuyas puras entrañas el Hijo de Dios de mi purísima
sangre tomó cuerpo para la redención del mundo. La Beatísima Trinidad
me envía a decirte que será muy de su agrado y mi gusto que en honra mía
se funde en la tierra una religión, cuyo principal Instituto sea dar a
costa de la propia libertad a los Cautivos». Por aquellas divinas manos
de María, que suavemente movidas te mostraron el hábito blanco que
habías de vestir en testimonio de que era de esta Religión la Fundadora,
por aquella humildad con que aceptaste el sagrado honor del Cielo, que
te nombró primer General de esta Sagrada Orden de la Merced, y
misericordia, te pedimos santísimo Padre, consueles con tu serena vista
nuestras almas en la hora de nuestra muerte, comunicándonos en ella las
suavidades del amor divino; para que se conviertan en dulzuras las
amarguras de la muerte, y concedas a cada uno en particular lo que te
pedimos en esta novena. Amén.
Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.
Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA TERCERO – 21 DE ENERO
Por la Señal,…
Oración para todos los días y los tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Glorioso Patriarca San Pedro Nolasco, que encendías las llamas del divino amor en que te abrasabas. Purísimo amante de la virginal Pureza de María, cuya Concepción Inmaculada defendiste en la guerra con las armas cayendo muertos solo a tu vista, por virtud divina, innumerables herejes. Por aquellos sagrados júbilos que recibió tu purísimo corazón cuando, en premio de tus soberanos incendios, se te apareció esta poderosísima Señora con tu sacratísimo Hijo en los brazos, te pedimos enciendas en los corazones de tus hijos y devotos un cordialísimo amor a esta soberana Reina; y alcances de la majestad Divina eficaces auxilios para que, detestando los herejes sus errores, verdaderamente crean su Inmaculada Concepción en gracia sin la mancha de la original culpa; y a cada uno en particular lo que pide en esta novena. Amén.
Oración para todos los días y los tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Glorioso Patriarca San Pedro Nolasco, que encendías las llamas del divino amor en que te abrasabas. Purísimo amante de la virginal Pureza de María, cuya Concepción Inmaculada defendiste en la guerra con las armas cayendo muertos solo a tu vista, por virtud divina, innumerables herejes. Por aquellos sagrados júbilos que recibió tu purísimo corazón cuando, en premio de tus soberanos incendios, se te apareció esta poderosísima Señora con tu sacratísimo Hijo en los brazos, te pedimos enciendas en los corazones de tus hijos y devotos un cordialísimo amor a esta soberana Reina; y alcances de la majestad Divina eficaces auxilios para que, detestando los herejes sus errores, verdaderamente crean su Inmaculada Concepción en gracia sin la mancha de la original culpa; y a cada uno en particular lo que pide en esta novena. Amén.
Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA CUARTO – 22 DE ENERO
Por la Señal,…
Oración para todos los días y los tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Santísimo Patriarca Nolasco: portento de la gracia y asombro de prodigios, a quien obedecían los elementos; serenando las borrascas al imperio de tu voz los mares y los vientos; navegando por sus ondas en un barco roto sin velas ni remos, desde el África a Valencia. Taumaturgo de milagros, que solo con la señal de la Cruz dabas salud a los enfermos y arrojabas de los cuerpos de los hombres los demonios. Redentor milagroso, que con la sagrada respiración de tu aliento resucitabas los difuntos. Por esta ardientísima caridad: te pedimos respires en los pecadores el sagrado aliento de tu intercesión poderosa; para que resucitando la hermosa vida de la gracia, por medio de una verdadera penitencia, merezcamos gozar la eterna gloria y cada uno lo que pedimos en esta novena. Amén.
Oración para todos los días y los tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Santísimo Patriarca Nolasco: portento de la gracia y asombro de prodigios, a quien obedecían los elementos; serenando las borrascas al imperio de tu voz los mares y los vientos; navegando por sus ondas en un barco roto sin velas ni remos, desde el África a Valencia. Taumaturgo de milagros, que solo con la señal de la Cruz dabas salud a los enfermos y arrojabas de los cuerpos de los hombres los demonios. Redentor milagroso, que con la sagrada respiración de tu aliento resucitabas los difuntos. Por esta ardientísima caridad: te pedimos respires en los pecadores el sagrado aliento de tu intercesión poderosa; para que resucitando la hermosa vida de la gracia, por medio de una verdadera penitencia, merezcamos gozar la eterna gloria y cada uno lo que pedimos en esta novena. Amén.
Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA QUINTO – 23 DE ENERO
Por la Señal,…
Oración para todos los días y los tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Dulcísimo Patriarca: admirable en los prodigios y asombroso en las virtudes. Virgen Purísimo, cuya virginal pureza manifestó el Cielo en las suavísimas fragancias de celestiales azucenas que de tu santo cuerpo despedías, siendo por este suavísimo olor de todos conocido. Humildísimo a las Dignidades, Mitras y Capelos. Penitentísimo, pues solo alimentabas tu vida de dos a dos días, con un pedazo de duro pan remojado en agua; siendo el descanso de tus continuas y sangrientas disciplinas unos agudos cambrones, sobre que reclinabas de noche tu cansado cuerpo. Pacientísimo en los trabajos y ardientísimo en la caridad, pues por redimir los cautivos del tirano poder de los bárbaros padeciste crueles prisiones en las intolerables mazmorras del África, donde te tenían noches y días sin sustento alguno para que, al rigor del hambre acabases tu santa vida. Por aquella paciencia con que padeciste como un cordero, sin desplegar los labios, las afrentas con que fuiste tantas veces cruelmente azotado por las calles de Argel, y por los suavísimos consuelos con que fuiste en estos dolores de Cristo recreado, que apareciéndose glorioso, mostraba sus sacratísimas llagas, consolándote con ellas: te pedimos nos alcances eficaces auxilios, para que imitando tus virtudes, se enciendan en perfecta caridad nuestros corazones; y que no juzgando temerariamente a los prójimos en la vida, merezcamos ser juzgados de Dios con misericordia en la muerte: y a cada uno en particular lo que pedimos en esta novena. Amén.
Oración para todos los días y los tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Dulcísimo Patriarca: admirable en los prodigios y asombroso en las virtudes. Virgen Purísimo, cuya virginal pureza manifestó el Cielo en las suavísimas fragancias de celestiales azucenas que de tu santo cuerpo despedías, siendo por este suavísimo olor de todos conocido. Humildísimo a las Dignidades, Mitras y Capelos. Penitentísimo, pues solo alimentabas tu vida de dos a dos días, con un pedazo de duro pan remojado en agua; siendo el descanso de tus continuas y sangrientas disciplinas unos agudos cambrones, sobre que reclinabas de noche tu cansado cuerpo. Pacientísimo en los trabajos y ardientísimo en la caridad, pues por redimir los cautivos del tirano poder de los bárbaros padeciste crueles prisiones en las intolerables mazmorras del África, donde te tenían noches y días sin sustento alguno para que, al rigor del hambre acabases tu santa vida. Por aquella paciencia con que padeciste como un cordero, sin desplegar los labios, las afrentas con que fuiste tantas veces cruelmente azotado por las calles de Argel, y por los suavísimos consuelos con que fuiste en estos dolores de Cristo recreado, que apareciéndose glorioso, mostraba sus sacratísimas llagas, consolándote con ellas: te pedimos nos alcances eficaces auxilios, para que imitando tus virtudes, se enciendan en perfecta caridad nuestros corazones; y que no juzgando temerariamente a los prójimos en la vida, merezcamos ser juzgados de Dios con misericordia en la muerte: y a cada uno en particular lo que pedimos en esta novena. Amén.
Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA SEXTO – 24 DE ENERO
Por la Señal,…
Oración para todos los días y los tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Benignísimo Patriarca Nolasco, verdadero imitador de CRISTO en el oficio de Redentor, que ardiendo en amorosa sed de Redención de los cautivos, caminaste a pie y descalzo casi toda Europa, pidiendo limosna para redimirlos: ensangrentando tus sagradas plantas con lo áspero y fragoso de los caminos, donde hubieras perecido a no socorrerte a cada paso los Ángeles. Por aquella ardientísima caridad con que, trasladando a tu pecho las terribles calamidades de los cautivos, contemplando aquellas sangrientas heridas sin más medicina que su paciencia, siendo esos trabajos causa de que muchos negasen la Fe de Cristo: anegado en estas congojas, comenzaste en la oración a sudar tan copiosa sangre, que cayendo de tu afligido rostro, matizabas con la sangrienta purpura el cándido Habito que vestías. Por aquellos suavísimos consuelos con que fuiste en esta terrible agonía, de Cristo confortado, te pedimos consueles con tu sagrada vista nuestras almas en las terribles congojas de la muerte, nos alcances eficaces auxilios, para que llevando con humilde resignación los trabajos y dolores de la vida, merezcamos el eterno descanso de la Gloria; y a cada uno en particular lo que pedimos en esta novena. Amén.
Oración para todos los días y los tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Benignísimo Patriarca Nolasco, verdadero imitador de CRISTO en el oficio de Redentor, que ardiendo en amorosa sed de Redención de los cautivos, caminaste a pie y descalzo casi toda Europa, pidiendo limosna para redimirlos: ensangrentando tus sagradas plantas con lo áspero y fragoso de los caminos, donde hubieras perecido a no socorrerte a cada paso los Ángeles. Por aquella ardientísima caridad con que, trasladando a tu pecho las terribles calamidades de los cautivos, contemplando aquellas sangrientas heridas sin más medicina que su paciencia, siendo esos trabajos causa de que muchos negasen la Fe de Cristo: anegado en estas congojas, comenzaste en la oración a sudar tan copiosa sangre, que cayendo de tu afligido rostro, matizabas con la sangrienta purpura el cándido Habito que vestías. Por aquellos suavísimos consuelos con que fuiste en esta terrible agonía, de Cristo confortado, te pedimos consueles con tu sagrada vista nuestras almas en las terribles congojas de la muerte, nos alcances eficaces auxilios, para que llevando con humilde resignación los trabajos y dolores de la vida, merezcamos el eterno descanso de la Gloria; y a cada uno en particular lo que pedimos en esta novena. Amén.
Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA SÉPTIMO – 25 DE ENERO
Por la Señal,…
Oración para todos los días y los tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Humildísimo Patriarca Nolasco: amantísimo y muy regalado hijo de la Soberana Reina de los Cielos, a quien tantas veces mereciste ver en la tierra: ya en los dormitorios llenando de celestiales bendiciones a sus hijos, y encargándote el cuidado de su religioso Rebaño; ya sosegando tus congojas, asegurándote duraría tu religión hasta el fin del mundo: ya deteniendo el rigor penitente de tus sangrientas disciplinas: ya en el coro regalándote con peregrinos favores y celestiales noticias: oyendo de aquellos divinos labios, que son fuente de dulzura, entonar con grave melodía los Maitines, prosiguiendo los angélicos coros las divinas alabanzas; por estos divinos favores y por los suavísimos consuelos que recibió tu afligida alma, cuando anegada en aquellas terribles desolaciones y tristes desamparos juzgando error tu santa vida, bañado tu venerable rostro en tiernas lágrimas, dudando humilde de tu salvación eterna, mereciste, que rasgándose las triunfantes puertas de la celestial Jerusalén se te hiciese patente la inefable belleza de la Gloria, y en aquella la Majestad de Cristo, que te dijo: «Esta es, Pedro, la celestial Jerusalén, donde has de reinar conmigo en premio de tus trabajos». Por estos dulcísimos consuelos te pedimos consueles las almas de tus hijos y devotos en las últimas congojas de la vida y alientes en esta terrible hora nuestra débil confianza en la infinita misericordia de Cristo Señor nuestro, y en la dulcísima intercesión de su Santísima Madre: y concedas a cada uno en particular lo que te pide en esta novena. Amén.
Oración para todos los días y los tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Humildísimo Patriarca Nolasco: amantísimo y muy regalado hijo de la Soberana Reina de los Cielos, a quien tantas veces mereciste ver en la tierra: ya en los dormitorios llenando de celestiales bendiciones a sus hijos, y encargándote el cuidado de su religioso Rebaño; ya sosegando tus congojas, asegurándote duraría tu religión hasta el fin del mundo: ya deteniendo el rigor penitente de tus sangrientas disciplinas: ya en el coro regalándote con peregrinos favores y celestiales noticias: oyendo de aquellos divinos labios, que son fuente de dulzura, entonar con grave melodía los Maitines, prosiguiendo los angélicos coros las divinas alabanzas; por estos divinos favores y por los suavísimos consuelos que recibió tu afligida alma, cuando anegada en aquellas terribles desolaciones y tristes desamparos juzgando error tu santa vida, bañado tu venerable rostro en tiernas lágrimas, dudando humilde de tu salvación eterna, mereciste, que rasgándose las triunfantes puertas de la celestial Jerusalén se te hiciese patente la inefable belleza de la Gloria, y en aquella la Majestad de Cristo, que te dijo: «Esta es, Pedro, la celestial Jerusalén, donde has de reinar conmigo en premio de tus trabajos». Por estos dulcísimos consuelos te pedimos consueles las almas de tus hijos y devotos en las últimas congojas de la vida y alientes en esta terrible hora nuestra débil confianza en la infinita misericordia de Cristo Señor nuestro, y en la dulcísima intercesión de su Santísima Madre: y concedas a cada uno en particular lo que te pide en esta novena. Amén.
Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA OCTAVO – 26 DE ENERO
Por la Señal,…
Oración para todos los días y los tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Purísimo Nolasco: hermoso retrato de Cristo, admirable Trono del poder divino, que al imperio de tu voz se convertía en cobarde despojo del miedo el mayor valor de tus contrarios, como se vio en aquella infernal escuadra de sectarios albigenses, que acaudillada de todo el Infierno subía presurosa la escalera del coro a quitarte la vida: y sabiendo por revelación divina que se acercaba, saliste de la oración a recibirla, y al preguntarles con amorosa blandura: «Amigos, ¿a quién buscáis? Si me buscáis a mí, vedme aquí», como si fueran penetrantes rayos tus dulces voces, retirándose medrosos cayeron en tierra, tropezando en su mismo pavor y miedo. Suavísimo medianero entre Dios y los hombres, que con tus ardientes lágrimas aplacaste el enojo divino contra el reino de España; por aquel dulcísimo amor que tuviste al sacro leño en que murió Cristo, te pedimos seas medianero entre Dios y esta ciudad, para que templando con tus eficaces ruegos su sagrado enojo, cesen las severas permisiones con que nos aflige su justicia y experimente por sus méritos las dulces suavidades de su misericordia, restaurándose a su antigua fecundidad nuestros campos. Y, pues eres tan especialísimo abogado contra las pestes, corrige los malévolos influjos de los que las causan: y concede a cada uno lo que pide en esta novena. Amén.
Oración para todos los días y los tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Purísimo Nolasco: hermoso retrato de Cristo, admirable Trono del poder divino, que al imperio de tu voz se convertía en cobarde despojo del miedo el mayor valor de tus contrarios, como se vio en aquella infernal escuadra de sectarios albigenses, que acaudillada de todo el Infierno subía presurosa la escalera del coro a quitarte la vida: y sabiendo por revelación divina que se acercaba, saliste de la oración a recibirla, y al preguntarles con amorosa blandura: «Amigos, ¿a quién buscáis? Si me buscáis a mí, vedme aquí», como si fueran penetrantes rayos tus dulces voces, retirándose medrosos cayeron en tierra, tropezando en su mismo pavor y miedo. Suavísimo medianero entre Dios y los hombres, que con tus ardientes lágrimas aplacaste el enojo divino contra el reino de España; por aquel dulcísimo amor que tuviste al sacro leño en que murió Cristo, te pedimos seas medianero entre Dios y esta ciudad, para que templando con tus eficaces ruegos su sagrado enojo, cesen las severas permisiones con que nos aflige su justicia y experimente por sus méritos las dulces suavidades de su misericordia, restaurándose a su antigua fecundidad nuestros campos. Y, pues eres tan especialísimo abogado contra las pestes, corrige los malévolos influjos de los que las causan: y concede a cada uno lo que pide en esta novena. Amén.
Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA NOVENO – 27 DE ENERO
Por la Señal,…
Oración para todos los días y los tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Admirabilísimo Patriarca Nolasco: Sagrada delicia de la Beatísima Trinidad, que abrasado en divinos incendios salías por las calles y plazas de Barcelona exhortando al verdadero amor de Cristo a los mortales, siendo tu venerable aspecto imán sabroso de los ojos, y tu voz gustosa suspensión de los sentidos. Extático Serafín, que arrebatado en continuos éxtasis quedaba tu rostro, como el sol, resplandeciente. Por aquellos celestiales consuelos que recibiste cuando, descendiendo de los Cielos rodeado de hermosas luces tu glorioso hijo San Ramón Nonato, sosegó las congojas de tus humildes temores diciéndote el grande aprecio que hacían de ti los espíritus celestiales, revelándote tu dichosa muerte en el día del Nacimiento de Cristo; por aquellas suavísimas dulzuras que sintió tu purísimo corazón cuando la Soberana Reina de los Cielos te confirmó esta alegre noticia, agradeciéndote el cuidado que en ejecutar sus órdenes habías tenido, y lo que en defensa de su pureza habías trabajado; por aquellas suavísimas delicias con que fuiste del Cielo recreado con tan frecuentes apariciones de Cristo y María; por aquella dulce familiaridad que tuviste con los santos Ángeles, por aquella ternura con que en los últimos alientos de tu vida encargaste a tus hijos la observancia religiosa y el amor a los cautivos y en fin, Glorioso Padre, por aquella celestial avenida de júbilos, gozos y recreos que recibió tu alma, cuando estando de rodillas en tu alta contemplación esperando la hora en que habías de pasar de este mundo a la gloria, viste en la tierra todo el Cielo, entrando por las puertas de tu pobre celda innumerable multitud de ángeles y santos acompañando a Jesús y a María, que venían por tu dichosa alma, la cual entregaste en sus divinas manos, te pedimos que, pues mereciste morir la misma noche en que nació Cristo, naciendo tú para la gloria cuando Él nació para el mundo: le ruegues que asistiéndome tú cuando yo muera para el mundo, merezca renacer para la gloria: y a cada uno en particular lo que pedimos en esta novena. Amén.
Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.
Oración para todos los días y los tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Admirabilísimo Patriarca Nolasco: Sagrada delicia de la Beatísima Trinidad, que abrasado en divinos incendios salías por las calles y plazas de Barcelona exhortando al verdadero amor de Cristo a los mortales, siendo tu venerable aspecto imán sabroso de los ojos, y tu voz gustosa suspensión de los sentidos. Extático Serafín, que arrebatado en continuos éxtasis quedaba tu rostro, como el sol, resplandeciente. Por aquellos celestiales consuelos que recibiste cuando, descendiendo de los Cielos rodeado de hermosas luces tu glorioso hijo San Ramón Nonato, sosegó las congojas de tus humildes temores diciéndote el grande aprecio que hacían de ti los espíritus celestiales, revelándote tu dichosa muerte en el día del Nacimiento de Cristo; por aquellas suavísimas dulzuras que sintió tu purísimo corazón cuando la Soberana Reina de los Cielos te confirmó esta alegre noticia, agradeciéndote el cuidado que en ejecutar sus órdenes habías tenido, y lo que en defensa de su pureza habías trabajado; por aquellas suavísimas delicias con que fuiste del Cielo recreado con tan frecuentes apariciones de Cristo y María; por aquella dulce familiaridad que tuviste con los santos Ángeles, por aquella ternura con que en los últimos alientos de tu vida encargaste a tus hijos la observancia religiosa y el amor a los cautivos y en fin, Glorioso Padre, por aquella celestial avenida de júbilos, gozos y recreos que recibió tu alma, cuando estando de rodillas en tu alta contemplación esperando la hora en que habías de pasar de este mundo a la gloria, viste en la tierra todo el Cielo, entrando por las puertas de tu pobre celda innumerable multitud de ángeles y santos acompañando a Jesús y a María, que venían por tu dichosa alma, la cual entregaste en sus divinas manos, te pedimos que, pues mereciste morir la misma noche en que nació Cristo, naciendo tú para la gloria cuando Él nació para el mundo: le ruegues que asistiéndome tú cuando yo muera para el mundo, merezca renacer para la gloria: y a cada uno en particular lo que pedimos en esta novena. Amén.
Los Gozos y la Oración se rezarán todos los días.
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