Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
El cardenal Pietro Parolin Miotti, Secretario de Estado y segundo al mando de Francisco Bergoglio, lee la novísima herejía neoiglesiana rechazando la Tradición Católica y Apostólica, y sustituyéndola con el paradójico concepto del “progreso en continuidad”.
La Tradición no progresa mientras es transmitida por los Apóstoles de Cristo.
En realidad, no hay continuidad del Catolicismo Apostólico y Católico en la Iglesia Novusordita.
Esta es la herejía del modernismo, condenada por los Papas con la excomunión.
En un pronunciamiento pasmosamente herético del 12 de Enero de 2024 ante la Pontificia Academia de los Linces, el Secretario de Estado de Francisco Bergoglio confirmó la afirmación de los católicos tradicionales de que la apóstata Iglesia Novusordita, fundada en 1964 en el Anticoncilio Vaticano II para reemplazar a la Iglesia Católica como la “Iglesia institucional”, en realidad no es la Iglesia Católica. El cardenal Pietro Parolin estaba comentando la reacción de toda la Iglesia Conciliar contra Bergoglio por aprobar la bendición de las “parejas sodomitas” y los “matrimonios (uniones) homosexuales”.
La enseñanza dogmática de la Iglesia Católica desde los tiempos apostólicos, expresada en el Credo Niceno-Constantinopolitano proclamado cada domingo en la Misa Latina Tradicional, ha sido que la Verdadera Iglesia de Cristo es reconocida por cuatro notas: Unam, Sanctam, Cathólicam, et Apostólicam (Una, Santa, Católica y Apostólica). Parolin, el segundo hombre de Bergoglio, ha redefinido ese dogma a algo contradictorio llamado “progreso en continuidad”. La continuidad con la Sagrada Tradición, la segunda fuente de la Revelación Pública, no puede incluir el progreso. Tal concepto viola las Cuatro Notas de la Verdadera Iglesia de Cristo y confirma que la Iglesia Conciliar no es la Iglesia Católica.
Josef Ratzinger (quien más tarde se arrogó el nombre de Benedicto XVI) cometió un engaño similar en el Anticoncilio del Vaticano II (1962-1965). Le gustaba referir la doctrina y la práctica de la Nueva Iglesia no a las enseñanzas católicas y apostólicas, sino a lo que él llamaba “hermenéutica”. Esta palabra ambigua es simplemente un término sesquipedal para “interpretación”. En otras palabras, todo es cuestión de cualquier interpretación que desee el hablante: una definición clásica de la condenada Herejía del Modernismo, que no reconoce ninguna Verdad objetiva. Esta virulenta herejía fue condenada con vehemencia por el Papa Pío IX y el Papa San Pío X y sancionada con la excomunión [Parte de la información para este Comentario proviene del Catholic Standard].
Católicos tradicionales, no os dejéis engañar: la Iglesia Conciliar ciertamente NO es la Iglesia Católica. Incluso la Antiiglesia admite este hecho ahora. El nuevo eslogan contradictorio de Bergoglio es “progreso en continuidad”. El Anticoncilio Vaticano II ya había utilizado la frase contradictoria “unidad en la diversidad”. De hecho, es realmente estúpido. En la Iglesia Conciliar, como en el marxismo condenado que tantos de sus seguidores abrazan en un grado u otro, las palabras no significan nada. Son sólo juguetes que los líderes de la Pseudoiglesla utilizan para engañar a sus seguidores para que sigan doctrinas, moral y prácticas que han sido condenadas consistentemente en la Iglesia Católica durante 2.000 años. Juan Pablo II Wojtyła tenía su “teología del cuerpo”, Ratzinger tenía su “hermenéutica” y Bergoglio tiene ahora su “progreso en continuidad”. Todos estos términos son abrazados por la condenada Herejía del Modernismo, cuyos seguidores son condenados por los Papas como excomulgados.
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