Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
Ahora el Vaticano habla de “restaurar” la obra monumental, pero después de que la Iglesia Conciliar introdujera las corrupciones en la “reconstrucción” de la catedral de Nuestra Señora en París, ¿De puede confiar a la Iglesia Conciliar un proyecto de este tipo?
El 11 de Enero de 2024, el Vaticano anunció que iba a “restaurar” el baldaquino (conopeo o dosel) sobre la tumba de San Pedro y el altar mayor de la Archibasílica de San Pedro. Esta obra maestra del arte renacentista-barroco fue diseñada por Gian Lorenzo Bernini (1598-1680) hace cuatro siglos. Bernini fue una de las grandes luces del Renacimiento en el arte y la arquitectura. También diseñó la Plaza y la Columnata de San Pedro y se le considera el sucesor de Miguel Ángel.
El enorme dosel fue encargado por el papa Urbano VIII Barberini para que se alzara sobre el Altar de la Confesión sobre la tumba de San Pedro. Sus columnas retorcidas de bronce se extienden a casi 30 metros de altura y está decorada con ángeles, querubines, abejas y ramas de laurel dorados. Terminado en 1633, su creación tardó nueve años. Es, sin embargo, lamentable que el bronce del baldaquino haya sido robado del antiguo Panteón de Roma, el mayor edificio con cúpula del mundo, construido por el yerno del emperador romano Augusto, Marco Agripa, después de ganar la gran batalla naval de Accio (2 de Septiembre del año 31 a. C.,), que puso fin a la Guerra Civil Romana y convirtió al sobrino nieto de Julio César, Octavio, en emperador del mundo romano bajo el título de Augusto [Parte de la información para este Comentario proviene de Catholic News Agency].
Los católicos tradicionales han expresado temores de que la Iglesia Modernista pueda modificar el baldaquino de alguna manera, como lo está haciendo con la histórica catedral de Nuestra Señora en París. En contraste con los verdaderos Papas del pasado, que a menudo eran muy cultos y mecenas de las artes, los Antipapas son más bien bárbaros, con poco sentido del arte, la arquitectura y la música. Por tanto, la desconfianza hacia el Vaticano hacia este proyecto está bien fundada.
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