miércoles, 5 de febrero de 2025

ORACIÓN “Ánima Christi”


“Ánima Christi” (en español “Alma de Cristo”) es una de las oraciones tradicionales de acción de gracias después de la Misa que aparecen en el Misal y Breviario tradicionales. A menudo se la ha atribuido a San Ignacio de Loyola (de hecho, hasta la edición de 1951 en el Misal Romano tradicional aparece como “Aspiraciones de San Ignacio al Santísimo Redentor”), pues era una de sus favoritas y aparece recomendada en sus Ejercicios Espirituales, pero en una veintena de manuscritos se halla una versión más antigua, como es el caso del Manuscrito Harley 2253, folleto IV, fol. 54verso col. B de la Biblioteca Británica (c. 1314-1320), en tiempos del Papa Juan XXII, quien le había otorgado 3.000 días de indulgencia. Otros la han atribuido al Beato Bernardino de Feltre, a Santo Tomás de Aquino [1] o incluso a San Patricio o a un anónimo irlandés del siglo VII (aunque no hay conocimiento hasta el momento de ninguna copia tan antigua).

Como fuere, San Ignacio, que había conocido esta oración en los devocionarios y libros de horas de la España de su tiempo [2], la recomendaba en varias meditaciones de sus Ejercicios espirituales, y desde la edición del Colegio Romano de 1576 (en tiempos de Everardo Mercuriano, 4.º Prepósito General de la Compañía) se incluyó el texto publicado en el devocionario Hórtulus Ánimæ (fines del siglo XV) tan difundido en Alemania, Francia y Polonia (no así en España), para facilitar su rezo por los ejercitantes, lo que contribuyó a su popularidad, y es la versión que hoy conocemos.

El Papa Pío IX, mediante decreto del 9 de Enero de 1854, concedió a esta oración Indulgencia de 7 años una vez al día si se reza después de la Misa; 300 días de indulgencia cada vez, y Plenaria una vez al mes si se reza diariamente, con las condiciones acostumbradas, añadiendo la visita a cualquier iglesia u oratorio. La traducción española es tomada del Breviario Romano traducido por Dom Alfonso María de Gubianas y Santandréu OSB.
  
LATÍN
Ánima Christi, sanctífica me.
Corpus Christi, salva me.
Sanguis Christi, inébria me.
Áqua láteris Christi, lava me.
Pássio Christi, confórta me. 
O bone Jesu, exáudi me.
Intra tua vúlnera abscónde me.
Ne permíttas me separári a te.
Ab hoste malígno defénde me.
In hora mortis meæ voca me.
Et jube me veníre ad te,
Ut cum Sanctis tuis láudem te
In sǽcula sæculórum. Amen.

ESPAÑOL
Alma de Cristo, santifícame. 
Cuerpo de Cristo, sálvame. 
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, límpiame.
Pasión de Cristo, confórtame. 
¡Oh buen Jesús!, óyeme.
Entre tus llagas escóndeme.
No permitas que de ti me aparte.
Del enemigo malo, defiéndeme. 
En la hora de mi muerte, llámame.
Y ayúdame para que yo vaya a ti,
Y te alabe con tus Santos,
Por los siglos de los siglos. Amén.
  
NOTAS
[1] La versión atribuida a Santo Tomás de Aquino, presente en el Misal de la Orden de Predicadores y en el Ordo Missæ secúndum usum Sanctæ Románæ Ecclésiæ compilado por Juan Burchardo, obispo de Civita Castellana y ceremoniero de los Papas Sixto IV, Inocencio VIII, Alejandro VI, Pío III y Julio II.
   
LATÍN
Ánima Christi sanctíssima, sanctífica me.
Corpus Christi sacratíssimum, salva me.
Sanguis Christi pretiotíssime, inébria me.
Áqua láteris Christi puríssima, munda me.
Sudor vultus Christi virtuosíssime, sana me.
Pássio Christi piíssima, confórta me. 
O bone Jesu, custódi me.
Intra tua vúlnera abscónde me.
Ne permíttas me separári a te.
Ab hoste malígno defénde me.
In hora mortis voca me.
Jube me veníre ad te, et pone me juxta te,
Ut cum Ángelis et Archángelis tuis láudem te,
Per infiníta sǽcula sæculórum. Amen.

ESPAÑOL
Alma santísima de Cristo, santifícame. 
Cuerpo sacratísimo de Cristo, sálvame. 
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, límpiame.
Sudor virtuosísimo de la Faz de Cristo, sáname.
Pasión de Cristo, confórtame. 
¡Oh buen Jesús!, guárdame.
Entre tus llagas escóndeme.
No permitas que de ti me aparte.
Del enemigo malo, defiéndeme. 
En la hora de la muerte, llámame.
Ayúdame para que yo vaya a ti, y ponme junto a ti,
Para que te alabe con tus Ángeles y Arcángeles,
Por los infinitos siglos de los siglos. Amén.

[2] En el friso superior de la Sala de la Galera del Alcázar de Segovia, encargado en 1412 por Catalina de Lancáster, madre y regente del rey Juan II de Castilla, siguiendo el del friso de la antigua capilla (hoy Salón del Techo de Carlos V) en el Real Alcázar de Sevilla comisionado por el rey Pedro I de Castilla en 1364. Como curiosidad, presentamos el texto, recogido por la Crónica de la provincia de Segovia y presentado por Pedro de Leturia Mendía SJ, “Libros de horas, Ánima Christi y Ejercicios Espirituales de S. Ignacio”, en Archívium Históricum Societátis Jesu, vol. 17 (1948), págs 3-50, speciáliter pág. 41 [el original, corregido por Earl Jeffrey Richard, “The prayer Anima Christi and Dominican popular devotion: late medieval examples of the interface between high ecclesiastical culture and popular piety”, en Poverty and Devotion in Mendicant Cultures 1200-1450 (Constant J. Mews y Anna Welch, eds.), Routledge, Taylor & Francis 2016, nota al pie 48) es de un latín muy hispanizado copiado por mudéjares (musulmanes que permanecían en reinos cristianos)]:
  
ORIGINAL
Anima Xpi santificame / Corpus Xpi salvame / Sanguis Xpi inebriame / [A] ca l [ater] is Xpi lavame / Pasio Xpi confortame / O bone Iesu exaudime / Et ne permitas me separari a te / Ab hoste maligno defende me / In hora mortis voca me / Et pone me iuxta te / Et cum angelis tuis laudem te / In secula seculorum. Amen

LATÍN
Ánima Christi, sanctífica me.
Corpus Christi, salva me.
Sanguis Christi, inébria me.
Áqua láteris Christi, lava me.
Pássio Christi, confórta me. 
O bone Jesu, exáudi me.
Et ne permíttas me separári a te.
Ab hoste malígno defénde me.
In hora mortis voca me.
Et pone me juxta te,
Ut cum Ángelis tuis láudem te
In sǽcula sæculórum. Amen.

ESPAÑOL
Alma de Cristo, santifícame. 
Cuerpo de Cristo, sálvame. 
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, límpiame.
Pasión de Cristo, confórtame. 
¡Oh buen Jesús!, óyeme.
No permitas que de ti me aparte.
Del enemigo malo, defiéndeme. 
En la hora de la muerte, llámame.
Y ponme junto a ti,
Para que te alabe con tus Ángeles,
Por los siglos de los siglos. Amén.
  
¿Esta pudo ser la versión que usaba San Ignacio?
Quizá, a juzgar por la visión trinitaria que tuvo en la capilla de La Storta, cerca de Roma, en Noviembre de 1537.

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