martes, 23 de marzo de 2021

NOVENA EN HONOR A SAN FRANCISCO DE PAULA

Novena compuesta a devoción de Nicolás de Vargas, y reimpresa en Santa Fe de Bogotá por Juan Nicolás de Barros y Castillo en 1827. Nihil obstat por el P. Doctor Santiago Gregorio de Burgos, examinador sinodal del Arzobispado, el 24 de Febrero de 1798. Imprimátur por Mons. Manuel García Andrade, Provisor y Vicario General del Arzobispado, el 27 del mismo mes y año.
   
ADVERTENCIA PARA HACER CON FRUTO ESPIRITUAL ESTA NOVENA
Aunque sea verdad, según la doctrina del Apóstol San Pablo, que no tenemos para con Dios otro mediador para con Dios que Jesucristo nuestro Señor y Salvador, porque solo por el precio infinito de su Sangre fuimos libres de la esclavitud del pecado, con todo eso dirigimos nuestras oraciones a los Santos, sabiendo que nos son intercesores muy poderosos delante de Jesucristo. Nuestros hermanos errantes, que se apoyan sobre la autoridad del Apóstol para inferir que nos es enteramente inútil la intercesión de los Santos, y que no podemos invocarlos sin hacerle notable injuria a Jesucristo nuestro único mediador y abogado, no reparan que en el mismo capítulo segundo de la epístola escrita a su discípulo Timoteo de donde quieren deducir su errada consecuencia, se ve que el Santo le intima el que encargue a los fieles ofrezcan continuamente el tributo de sus oraciones por el gobierno, por las personas constituidas en dignidad, y generalmente por todos los hombres. Ahora bien, podemos decirles, si San Pablo recomienda a todo el mundo a las oraciones de unos fieles que como viadores y frágiles pueden venir a ser el objeto de la indignación y odio de Dios por el pecado, ¿con cuánta más razón deberemos implorar la intercesión de los fieles siervos y amigos de Dios, que se hallan gozando en la mansión de la paz de la vista de la Divina esencia, libres ya de la corrupción del pecado, e incapaces de incurrir en su indignación?
    
Lo cierto es que Dios ha acreditado la eficacia de su poder e intercesión, con todos los milagros que ha obrado en todos los siglos por su mediación. Entre todos podemos con verdad decir que Dios tomó por su cuenta el engrandecer a su siervo San Francisco de Paula llenando toda la tierra de la fama de sus prodigios. Su milagrosa beneficencia lo ha hecho objeto del amor, de la confianza y de la veneración de toda la Cristiandad: por tanto, para satisfacer en alguna parte el fervor de sus devotos, presento esta novena, exponiendo en cada día una de las virtudes en que más resplandeció, para excitarlos a su imitación.
   
El que quisiere hacerse digno de los favores que el Dios de las misericordias dispensa, por la intercesión del amado Siervo, es necesario que para dar principio a esta Novena, purifique primero su alma por medio de las saludables aguas del sacramento de la Penitencia, y sobre todo, es necesario que procure estar en el verdadero espíritu de la Iglesia y considerar que ella no aprueba estas prácticas de devoción sino en cuanto se dirigen a que procuremos por medio de la intercesión de los Santos trabajar en la reforma de nuestras costumbres, enmienda de nuestra vida e imitación de las virtudes que celebramos y admiramos en ellos, persuadirse que el fin que se ha tenido en la institución de semejantes devociones se reduce a recitar cuatro oraciones vocales dichas sin el menor espíritu de caridad y de fervor, es hacerle injuria a Jesucristo y a la Iglesia, dando a entender que el fondo de una religión que toda se sostiene en la santidad y pureza de la moral evangélica, consiste en meras exterioridades y ceremonias. Persuadámonos que Dios no hace sino la voluntad de los que le aman y le temen, e imploremos su intercesión de los Santos con espíritu de compunción y de humildad, si queremos que nuestras súplicas lleguen al sublime trono de su grandeza.
    
NOVENA DEL GLORIOSO PATRIARCA SAN FRANCISCO DE PAULA
   
        
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
  
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Crucificado por mi amor, que habéis prometido por boca de vuestros Profetas poner en olvido las mayores iniquidades en el momento en que el pecador se convirtiere de veras a Vos, y las detestase con amargura de su corazón: postrado ante vuestra Soberanía y penetrado del más vivo dolor a vista de las muchas culpas que contra Ti he cometido, digo con todo mi corazón me pesa de veras haber ofendido a tal bondad, solo por ser quien sois, tan digno de ser amado. Misericordia, amable Salvador mío; recibid, Padre dulcísimo, a este hijo ingrato y rebelde, que lleno de confianza se arroja en el seno de tu misericordia y clemencia, dadme vuestra gracia para amarte y servirte, con una perseverancia constante, hasta el fin de mi vida. Amén.
   
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Omnipotente y eterno Dios, que para confundir el orgullo y la vana sabiduría de los sabios y prudentes del siglo, te dignaste revestir con la divisa de tu poder y sabiduría a vuestro humildísimo siervo San Francisco de Paula obrando por su ministerio prodigios y maravillas dignas solo de vuestra poderosa diestra: os suplicamos con el más humilde rendimiento de nuestros corazones, nos concedáis por sus elevados méritos y por su poderosa intercesión un verdadero e íntimo dolor de las muchas ofensas que contra tu divina bondad hemos cometido: una sólida y sincera conversión hacia Vos, y que corriendo por la senda recta de vuestros divinos mandamientos empleemos todos los momentos de nuestra vida en agradaros y serviros, como que Vos sois el objeto único de todo nuestro amor, y juntamente la especial gracia que solicitamos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria vuestra y provecho de nuestras almas. Amén.
   
Aquí se han de rezar tres Padre nuestros y Ave Marías con Gloria Patri, en honra de la Santísima Trinidad.
    
DÍA PRIMERO – 24 DE MARZO
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, a quien Dios adornó con una fe tan viva que fue ella como el origen y principio de todas las grandes maravillas que obraste en el tiempo de vuestra preciosísima vida: con esta virtud transportaste los montes de una a otra parte, amainaste el ímpetu de las tempestades y de las olas, anduvisteis sobre las aguas como sobre empedrados de mármol, amortiguaste muchas veces la voracidad de las llamas, purificaste el aire inficionado con los contagios y las pestes, lanzaste los demonios de los cuerpos de los miserables posesos, hiciste cerrar los sepulcros y diste la vida a los que iban a ser colocados en ellos. Por estos prodigios, que fueron el fruto de la constancia de vuestra fe, os suplicamos nos alcancéis de Dios una fe viva y fecunda en buenas obras, para que creyendo firmemente lo que debemos y estamos obligados a creer, sea tal la conducta de nuestra vida, que en nada desmienta la pureza de nuestra Fe, y juntamente la gracia que pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios y provecho de nuestras almas. Amén.
    
Aquí se hace la petición, y luego dirás los siguientes elogios en honra de San Francisco de Paula:
Santísimo Padre y Patriarca San Francisco de Paula, cuyo nacimiento al mundo anunció el Cielo con prodigios, dejándose ver tu casa coronada de resplandores y luces celestiales. Santo desde tu niñez, insigne por tu profundísima humildad, admirable por tu elevada contemplación, Ángel en la pureza de tus costumbres, Querubín por tus sublimes conocimientos, Serafín por los ardores de tu encendida caridad, propagador del ayuno y de la penitencia, crédito de las maravillas de Dios: clarín sonoro de la divina omnipotencia, órgano animado por donde el Espíritu Santo entonaba sus celestiales armonías: segundo Moisés, en cuyas manos depositó Dios la vara de su poder para que obrases tantos prodigios, dando vista a los ciegos, oído a los sordos, pies a los tullidos, salud a los enfermos y vida a los cadáveres medio corrompidos después de ocho o de nueve días de difuntos. Nuevo Jeremías destinado de Dios para director de los príncipes, maestro de los reyes, profeta de los monarcas, consultor de los soberanos pontífices y oráculo de todo el mundo: nuevo David, hecho a la medida del corazón de Dios, y a quien su Majestad descubrió los más ocultos arcanos de su eterna sabiduría: maestro sapientísimo, que en la escuela de la oración adquiriste aquellos conocimientos y aquellas luces altísimas con que confundiste a tantos filósofos, hiciste enmudecer a tantos sabios, dejaste sin solución y sin respuesta a tantos doctores consumados en el estudio de las ciencias: segundo Elías a cuya imperiosa voz obedecieron respetuosos los elementos, y toda la naturaleza pasmada y atónita reconoció en vos el poder de su Criador y respetó tu santidad y tu inocencia: segundo Isaías, que divinamente ilustrado con la luz del espíritu profético penetraste los avisos de las conciencias más enmarañadas, descubriste misterios de iniquidades los más ocultos, y por entre la confusa revolución de tantos siglos alcanzaste a divisar los sucesos más distantes y los acontecimientos más retirados e impenetrables a todo humano conocimiento. Padre de afligidos, socorro de necesitados, vida de difuntos, refugio de desconsolados y asilo universal de todos los menesterosos, señalado de Dios en el don de la oración, de la profecía y los milagros.
  
GOZOS AL GRAN PATRIARCA SAN FRANCISCO DE PAULA
  
Pues la suprema Deidad
Os dio nombre tan glorioso:
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
    

El Cielo tu nacimiento
Anunció con resplandores
Y otros divinos favores
Indicios de gran portento:
Así anticipó el contento
A toda la Cristiandad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
    

La gracia y naturaleza
Os honraron de tal modo,
Que fuiste Francisco en todo
Un conjunto de belleza:
Del Asís la gran pureza
Imitaste, y la humildad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
    

El Espíritu Divino,
Con sus frutos y sus dones
Os colmó de bendiciones,
¡Oh paulano divino!,
Enseñándoos el camino
De la ciencia y la verdad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
    

Fundaste una religión
De singular instituto,
La que con copioso fruto
A la Iglesia da extensión:
Del orbe es admiración
Por su eximia caridad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
    

Vuestro nombre es conocido
Con aplauso universal,
Porque el Padre Celestial
Honraros así ha querido:
Como hijo tan distinguido
De su amor y de su bondad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
    

Con peregrinos portentos
Habéis dado a conocer
Que el Soberano poder
Quiere vuestros lucimientos:
Pues todos los elementos
Honran vuestra potestad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
    

Sois la general piscina
Que con modos celestiales
A los más terribles males
Dais completa medicina:
También antorcha divina
Sois en toda tempestad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
    

Siempre dais atento oído
Al mísero encarcelado,
Al huérfano descarriado,
Y a todo pobre afligido:
Remediando complacido
Su angustia y necesidad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
    

Las débiles parturientes,
Las infecundas casadas,
Las doncellas desgraciadas
Y las viudas indigentes:
Toda suerte de dolientes
Consuelo hallan en tu bondad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
    

Ciegos, mancos y tullidos,
Paralíticos, leprosos,
Energúmenos furiosos
Y aun muertos ya corrompidos;
Por vos fueron restituidos
A la vida y sanidad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
    

Todas vuestras profecías
Las ha acreditado el Cielo,
Cumpliéndose sin recelo
Cuanto en ellas proferías:
Y hasta en nuestros propios días
Contestan esta verdad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
    

¡Oh Taumaturgo divino!
Pues tanto con Dios valéis,
Os pedimos que alcancéis
Remedio a nuestro destino:
Y que intercedáis muy fino
Por nuestra felicidad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
    

Suplicadle al gran Señor
Que reina en la eterna altura,
Convierta en paz y dulzura
Nuestra miseria y dolor:
Por que en su santo temor
Vivamos sin veleidad:
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
    

Pues la suprema Deidad
Os dio nombre tan glorioso:
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
    
℣. Oh bienaventurado Padre San Francisco de Paula, ruega por nosotros.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
     
ORACIÓN
Dios y Señor, que resistes a los soberbios y a los humildes les dais tu gracia, atiende a nuestros ruegos, y concédenos por la intercesión de San Francisco de Paula el que no sintamos altamente de nosotros, sino que siempre sirvamos a vuestra Majestad divina con humildad de corazón. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
     
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
DÍA SEGUNDO – 25 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
    
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, cuyo corazón inflamó Dios con el fuego de una caridad tan viva y perfecta, que no respirabas en todas tus palabras y acciones sino este purísimo fuego de que estabas animado: efecto de sus ardores fueron los frecuentes éxtasis que experimentabas, dejándose ver vuestro cuerpo elevado en el aire, cercado de flamantes resplandores de gloria, transportado entre los espíritus bienaventurados y recreado con la dulce música de los Ángeles, que muchas veces celebraron tus triunfos y cantaron tus victorias: concédenos con vuestra poderosa intercesión el que, abrasados en esta misma llama celestial, ardan nuestros corazones con aquel divino fuego que Jesucristo vino a encender en la tierra, para que purificados de todos los vanos afectos del mundo, vivan dignamente empelados en amarle y servirle, y así mismo la gracia que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria suya y provecho de nuestras almas. Amén.
    
Los Elogios, los Gozos y la Oración se seguirán todos los días.
    
DÍA TERCERO – 26 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
     
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, cuya caridad y amor para con los prójimos fue tan compasiva que jamás llegó a vuestra amabilísima presencia algún afligido que no saliese consolado, ni menesteroso que no quedase socorrido, dispensando a beneficio de los hombres las piedades que Dios depositó en tus manos en todo género de enfermedades, en todo linaje de tribulaciones y de peligros: ya iluminando a los ciegos, ya desatando los impedimentos de la lengua a los mudos, sanando a los hidrópicos, restituyendo el movimiento a los baldados y paralíticos, y dando la salud a todos los enfermos. Aquí tenéis, Padre dulcísimo, postradas a vuestros pies las almas de vuestros devotos, enfermas y debilitadas por la violencia y malignidad de los apetitos y pasiones que nos corrompen: emplead en nosotros esa caridad compasiva y benéfica que abrasó vuestro tierno corazón en el tiempo de vuestra vida, para que libres de nuestras espirituales dolencias, solo pensemos en agradar y servir a nuestro buen Dios, y juntamente la gracia que pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor honra de Dios y bien de nuestras almas. Amén.
     
Los Elogios, los Gozos y la Oración se seguirán todos los días.
    
DÍA CUARTO – 27 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
    
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, cuya elevada santidad se fundó sobre la basa solidísima de la más profunda humildad, sin que fuesen capaz de excitar en vuestro espíritu e menor pensamiento de altivez y elevación ni los extraordinarios honores que te tributaron los mayores príncipes y monarcas de la tierra, que postrados con el más humilde rendimiento a tus plantas imploraban tu favor, ni las singulares demostraciones de estimación con que te trataron los soberanos pontífices, consultándote los negocios más arduos y más delicados de la Iglesia, sino que fijo siempre en el abismo de tu bajeza y de tu nada, te apartabas de su presencia para ejercitarte en los oficios más humildes y abatidos de tu monasterio, hasta emplear esas manos obradoras de tantos prodigios en lavar y remendar las túnicas de los novicios, diciéndoles con afectos de la más profunda humildad: “Id, hijos míos, al coro, a emplear vuestras lenguas en las divinas alabanzas, que yo soy un pobrecito lego, y debo ocuparme todo en serviros”. Os suplicamos, humildísimo Padre nuestro, nos alcancéis de Jesucristo la posesión de esta preciosísima virtud, de que Él mismo nos dio los más admirables documentos, desde su nacimiento hasta su muerte, naciendo para nosotros en un pesebre de bestias, y muriendo oprimido de oprobios en un afrentoso madero, para que de esta suerte reconociendo nuestra miseria y nuestra nada, le tributemos a Dios toda la gloria y el honor que le es debido, y juntamente la gracia que pedimos en esta Novena, para mayor gloria suya y provecho de nuestras almas. Amén.
     
Los Elogios, los Gozos y la Oración se seguirán todos los días.
    
DÍA QUINTO – 28 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
    
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, a quien Dios adornó con una paciencia tan sufrida y constante, que no hubo contratiempo ni suceso alguno de la tierra que fuese capaz de alterar la apacible serenidad de tu corazón de nuestras almas. ¿Con qué presencia de espíritu no escuchaste la triste noticia que te dieron tus amados hijos de que el rey de Nápoles había dado orden para demoler tu monasterio, y conducirte preso a su presencia? ¿Con qué paz tan inalterable no sufriste las injurias e indignos tratamientos con que te ultrajó aquel predicador, que movido de un celo indiscreto y de una secreta envidia vituperaba todas tus acciones? Te rogamos, Padre amabilísimo, por esta heroica paciencia que tanto resplandeció en las injurias y afrentas que experimentaste de parte de los hombres, nos alcancéis de Dios esta importante virtud para tolerar todos los trabajos y contradicciones que nos ofrece este valle de miserias en que vivimos, y que lejos de alterar nuestro corazón, los estimemos como que son la herencia y el patrimonio seguro de los escogidos, y juntamente la gracia que pedimos en esta Novena, si es para mayor gloria suya y bien de nuestras almas. Amén.
    
Los Elogios, los Gozos y la Oración se seguirán todos los días.
    
DÍA SEXTO – 29 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
    
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, cuyos espantosos rigores y austeridades te hacen ser mirado en la Iglesia como el modelo y ejemplar vivo de la penitencia cristiana: vos en medio de los poblados y de las cortes, y en la abundancia y esplendidez de los palacios de los mayores monarcas, renovaste los rigores y abstinencias que los Antonios, Hilariones y Arsenios practicaron en lo más interior de los desiertos, no teniendo sino raíces para alimentarte y un áspero cilicio para cubrirte: tu vida fue un perpetuo ayuno, tu cama unos troncos nudosos entretejidos de sarmientos más a propósito para tormento que para descanso: tus disciplinas sangrientas, tus vigilias prolongadas, tus maceraciones jamás interrumpidas; y esto en medio de una vida pura e inocente, que jamás se vio manchada con culpa mortal: ¡oh, cuánto confunden tus ejemplos nuestra tibieza y cobardía al ver que en medio de una vida criminal en que apenas se halla momento que no esté señalado con alguna abominación y delito, nos estremecemos al solo oír el nombre de la penitencia! Por tanto, Padre dulcísimo, te suplicamos nos alcancéis de Dios la gracia de que reconociéndonos reos delante de su Majestad divina, hagamos frutos dignos de penitencia, como que sin ella no podemos conseguir la misericordia ni el perdón de nuestros yerros, y juntamente la espiritual gracia que pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria suya y provecho de nuestras almas. Amén.
    
Los Elogios, los Gozos y la Oración se seguirán todos los días.
    
DÍA SÉPTIMO – 30 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
    
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, a quien el celo de las almas redimidas con la Preciosísima Sangre del Redentor, de tal suerte consumía y devoraba tu corazón, que te obligaba a prorrumpir en copiosa abundancia de lágrimas con la triste consideración de las ofensas cometidas contra la infinita bondad; efecto de tu abrasado celo fueron no sólo tus sermones llenos de la unción divina del Espíritu Santo, con que convertisteis tantos pecadores, sino la fundación de tu nueva religión, taller donde se han formado tantos varones apostólicos que, animados del mismo celo que inflamaba tu corazón, han trabajado no sólo en la conversión de los pecadores, sino también en la reducción de los infieles y herejes, habiendo logrado muchos de ellos por esta causa ceñir sus sienes con inmortales laureles, teñidos en su propia sangre: Alcanzad, Padre amabilísimo, para los corazones de los predicadores evangélicos, una centella de ese celo que abrasaba el vuestro, e igualmente para todos aquellos que por su ministerio están empleados en la instrucción y dirección espiritual de las almas, para que de todos sea reconocido y amado Jesucristo nuestro Salvador, y así mismo la gracia que pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria suya y bien de nuestras almas. Amén.
   
Los Elogios, los Gozos y la Oración se seguirán todos los días.
    
DÍA OCTAVO – 31 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
    
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, que por vuestra continua y ferviente oración llegaste a aquel grado sublime de contemplación que te unió tan íntimamente con el Sumo Bien, mereciendo que su Majestad te tratase como su íntimo amigo, manifestándote sus más escondidos arcanos, y haciéndoos penetrar los más recónditos pensamientos de los corazones humanos como si los tuvieses patentes a la vista: de esta escuela divina era donde sacabas aquellos discursos vivos y penetrantes con que tantas veces inflamaste los corazones e hicisteis mudar de semblante las costumbres de ciudades y provincias enteras, que no pudiendo resistir a la poderosa fuerza de tu sencilla y divina elocuencia, confesaron su rendimiento manifestándolo en la repentina mudanza de sus vidas, y reforma general de sus costumbres; te suplicamos humildemente nos alcances de Dios gracia, para que aplicándonos a meditar continuamente en su ley divina, y guardar con exactitud hasta sus menores ápices, nos hagamos agradables a sus divinos ojos, y así mismo la gracia que pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria suya y provecho de nuestras almas. Amén.
    
Los Elogios, los Gozos y la Oración se seguirán todos los días.
    
DÍA NOVENO – 1 DE ABRIL
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
    
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, que en premio de tus grandes y heroicas virtudes, mereciste cerrar la cláusula de tu portentosa vida con una muerte preciosa en el acatamiento divino, y en todo semejante a la de Jesucristo nuestro Salvador; pues si su Majestad, para darnos el más heroico ejemplo de humildad el día antes de su muerte se postró a los pies de sus discípulos para lavárselos; vos para imitar este último acto en tu vida la humildad de tu divino maestro Jesús, lavaste también los pies a doce de vuestros discípulos el día antes de tu glorioso tránsito: y el viernes santo, puesto en una asperísima cama de sarmientos, reclinado sobre la Cruz de tu amado, consumido al rigor de tus penitencias, respirando tu corazón incendios y ardores celestiales, hecho dulce víctima de la caridad y del amor divino, exhalaste el postrer aliento de tu vida en el mismo día en que el Redentor dio la suya en el Calvario por nuestra salud y remedio eterno. Suplicámoste, amantísimo Padre, nos hagáis experimentar los efectos de tu poderosa protección en todo el tiempo de nuestra vida, y con especialidad en la hora terrible de nuestra muerte, en aquel crítico momento en que se ha de decidir nuestra eterna suerte: y si el verdadero secreto para morir con la muerte de los justos es el vivir como ellos vivieron, alcanzadnos del Señor el que imitemos tus heroicas virtudes, y consigamos por medio de su constante práctica la perseverancia final, y así mismo la gracia que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios y provecho de nuestras almas. Amén.
   
Los Elogios, los Gozos y la Oración se seguirán todos los días.
    
ÚLTIMAS PALABRAS QUE DIJO EL SANTO PARA EXPIRAR: Señor mío Jesucristo, Justo Juez de vivos y muertos, tened misericordia de mí y de todos los difuntos. Amén.

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