Como habitualmente sucede cada vez que Bergoglio da entrevistas, estas son publicadas en forma de libro. En esta oportunidad, sus conversaciones con el presbítero Marco Pozza, capellán de la cárcel Due Palazzi de Padua, salen en el libro “Sobre los vicios y las virtudes” (Dei vizi e delle virtù), basado en la lista heterodoxa de Giotto (justicia/injusticia, fortaleza/inconstancia, templanza/ira, prudencia/necedad, fe/infidelidad, esperanza/desesperación, caridad/celos) en la capilla Scrovegni y presentado a la venta en Italia el día de hoy por la editorial Rizzoli.
De esta entrevista (que será transmitida también por televisión en el canal Nove TV), ha trascendido por el diario Corriere della Sera que hablaron de la ira (donde Bergoglio incluye al matoneo o bullying:
«La ira es una tormenta cuyo propósito es destruir. Piensa en el bullying entre los jóvenes. El acoso escolar hoy en día es terrible. Está muy presente en las escuelas. Incluso los más pequeños tienen la capacidad de destruir al otro. (…) El bullying surge cuando, en lugar de buscar la propia identidad, se menosprecia y ataca la identidad de los demás. Y cuando en los grupos de jóvenes, en la escuela, en los barrios hay episodios de agresión, de acoso, vemos la pobreza de la identidad de los que agreden. La única manera de “curarse” del bullying es compartir, convivir, dialogar, escuchar a los demás, tomarse tiempo porque es el tiempo el que hace la relación. Cada uno de nosotros tiene algo bueno que dar al otro, cada uno necesita recibir algo bueno del otro».
Que el matoneo es una realidad lamentable en las escuelas y ha llegado a causar suicidios y asesinatos masivos, eso es cierto. Pero también lo es que Bergoglio acostumbra a tener tal comportamiento, particularmente contra los que piensan diverso a su deriva modernista (para muestra los Franciscanos de la Inmaculada, la Soberana Orden de Malta, los Heraldos del Evangelio - Caballeros de la Virgen y los católicos en la China comunista). Ahora bien, el ser progresista y/o tener un puesto en su camarilla no es garantía suficiente para salvarse de la ira de Bergoglio (preguntar si no a Enzo Bianchi de la Comunidad ecuménica de Bose o al cardenal Giovanni Ángelo Becciu Curzu).
A continuación, Bergoglio habla del Diluvio Universal como ejemplo de la ira de Dios, que
«es contra la injusticia, contra Satanás. Se dirige contra el mal, no el que proviene de la debilidad humana, sino el mal de inspiración satánica: la corrupción generada por Satanás, detrás de la cual van hombres individuales, mujeres individuales, sociedades enteras. La ira de Dios pretende hacer justicia, “limpiar”. El diluvio es el resultado de la ira de Dios, la Biblia lo dice. Es una figura de la ira de Dios, que según la Biblia ha visto demasiadas cosas malas y decide acabar con la humanidad. Según los expertos [teólogos y científicos, N.del T.], el bíblico es un relato mítico (¡ahora espero que alguno no sostenga que elPapaha dicho que la Biblia es un mito!). Pero el mito es una forma de conocimiento. Mientras que para los arqueólogos el diluvio es un relato histórico porque encontraron rastros de una inundación en sus excavaciones. Una gran inundación, quizá debida al aumento de la temperatura y al deshielo de los glaciares: lo que ocurrirá ahora si seguimos por el mismo camino. Dios desató su ira, pero vio a un hombre justo, lo tomó y lo salvó. La historia de Noé muestra que la ira de Dios también es salvadora».
Si vemos los capítulos V al VIII del Génesis, que tratan sobre el Diluvio y el Arca de Noé y que la Iglesia presenta en su liturgia el Sábado Santo como Profecía segunda, hallamos en primera instancia que no fue una inundación por deshielo (lo que habría afectado sólo a una región), sino por una lluvia torrencialísima (de ahí que cuando llueve demasiado en un lugar se suele comparar con el Diluvio) que llegó a superar la altura de las montañas y que acabó no sólo con la humanidad corrompida, sino con prácticamente toda forma de vida bajo el cielo (exceptuados Noé, su familia y los animales y las semillas que estaban guardadas en el Arca que Dios le mandó construir ciento veinte años antes):
«[Dijo Dios]: de aquí a siete días yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches, y exterminaré de la superficie de la tierra todas las criaturas animadas que hice. […] A los seiscientos años de la vida de Noé, en el mes segundo, a diecisiete días del mismo mes, se rompieron todas las fuentes o depósitos del grande abismo de los mares, y se abrieron las cataratas del cielo, y estuvo lloviendo sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches.[…]Entonces vino el diluvio por espacio de cuarenta días sobre la tierra: y crecieron las aguas, e hicieron subir el arca muy en alto sobre la tierra. Porque la inundación de las aguas fue grande en extremo, y ellas lo cubrieron todo en la superficie de la tierra; mientras tanto el arca ondeaba sobre las aguas. En suma, las aguas sobrepujaron desmesuradamente la tierra, y vinieron a cubrirse todos los montes encumbrados debajo de todo el cielo. Quince codos se alzó el agua sobre los montes, que tenía cubiertos. Y pereció toda carne que se movía sobre la tierra, de aves, de animales, de fieras y de todos los reptiles, que serpentean sobre la tierra; los hombres todos, y todo cuanto en la tierra tiene aliento de vida todo pereció. Y destruyó todas las criaturas, que vivían sobre la tierra, desde el hombre hasta las bestias, tanto los reptiles como las aves del cielo; y no quedó viviente en la tierra; sólo quedó Noé, y los que estaban con él en el arca» (Génesis VII, 4, 10-12, 17-23, versión de Mons. Félix Torres Amat).
En segunda instancia, se lee que luego de los ciento cincuenta días que duró la inundación causada por el diluvio (que transcurrió entre el 17 de Marzo y el 29 de Abril del año 2957 antes de Cristo, teniendo el mundo 2242 años de creado, según enseña la tradición eclesiástica atestiguada, entre otros, por el Martirologio Romano tradicional y el calendario del uso de Sarum), las aguas comenzaron a bajar hasta que el 29 de Abril del año siguiente, Noé salió del Arca y ofreció sacrificio en un altar que erigió y en el cual dispuso varias reliquias (Hasta el tiempo de Moisés, el sacerdocio era una de las funciones de los Patriarcas), y Dios hizo alianza con él diciendo:
«Nunca más maldeciré la tierra por las culpas de los hombres, atento a que los sentidos y pensamientos del corazón humano están inclinados al mal desde su mocedad; no castigaré, pues, más a todos los vivientes como he hecho. Mientras el mundo durare, no dejarán de sucederse la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, la noche y el día» (Génesis VIII, 21-22, versión de Mons. Félix Torres Amat).
Y agregó, fijando el arco iris como señal que nunca más enviaría otro diluvio de agua sobre la tierra:
«Dijo también Dios a Noé, y a sus hijos igualmente que a él: Sabed que voy a establecer mi pacto con vosotros y con vuestra descendencia después de vosotros; y con todo animal viviente que está con vosotros, tanto de aves como de animales domésticos y campestres de la tierra que han salido del Arca, y con todas las bestias de la tierra. Estableceré mi pacto con vosotros, y no perecerá ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá en lo venidero diluvio que destruya la tierra. Y dijo Dios: Esta es la señal de la alianza que establezco por generaciones perpetuas o para siempre entre mí y vosotros, y con todo animal viviente que mora con vosotros. Pondré mi arco que coloqué en las nubes, y será señal de la alianza entre mí y la tierra. Y cuando yo cubriere el cielo de nubes, aparecerá mi arco en ellas. Y me acordaré de mi alianza con vosotros, y con toda alma viviente que vivifica la carne; y ya no habrá más aguas de diluvio que destruyan todos los vivientes. Mi arco, pues, estará en las nubes, y viéndole, me acordaré de la alianza sempiterna, concertada entre Dios y toda alma viviente, de toda carne que habita sobre la tierra. Y repitió Dios a Noé: Esta es la señal de la alianza que tengo establecida entre mí y todo viviente sobre la tierra». (Génesis IX, 8-17, versión de Mons. Félix Torres Amat).
Con esto en vista, tenemos que Dios juró que no enviará otro diluvio de agua (que fue un hecho histórico que Nuestro Señor Jesucristo citó como ejemplo y fundamento de que su Parusía será un evento visible como se lee en San Mateo XXIV, 37-39 y San Lucas XVII 26-27, no un mito como dicen los teólogos liberales protestantes y modernistas católicos). Es importante resaltar esto, porque al final de los tiempos el mundo será destruido con fuego:
«Vendrá Dios manifiestamente; vendrá nuestro Dios, y no callará. Llevará delante de sí un fuego devorador; alrededor de él una tempestad horrorosa». (Salmo XLIX, 3, versión de Mons. Félix Torres Amat).
Y San Pedro escribió para consolar a los fieles y rebatir a los que ya empezaban a sembrar la herejía:
«Al principio fue creado el cielo por la palabra de Dios, como así mismo la tierra, la cual apareció salida del agua, y subsiste en medio de ella, y que por tales cosas el mundo de entonces pereció anegado en las aguas del diluvio. Así los cielos que ahora existen, y la tierra, se guardan por la misma palabra, para ser abrasados por el fuego en el día del juicio y del exterminio de los hombres malvados e impíos. […] Y entonces los cielos con espantoso estruendo pasarán de una parte a otra, los elementos con el ardor del fuego se disolverán, y la tierra, y las obras que hay en ella serán abrasadas. Pues ya que todas estas cosas han de ser deshechas, ¿cuáles debéis ser vosotros en la santidad de vuestra vida y piedad de costumbres, aguardando con ansia, y corriendo a esperar la venida del día del Señor, día en que los cielos encendidos se disolverán, y se derretirán los elementos con el ardor del fuego?» (II Pedro III, 5-7, 10-12, versión de Mons. Félix Torres Amat).
La misma Iglesia recuerda en sus oraciones que el mundo va a ser destruido con fuego:
- «Per Dóminum nostrum Jesum Christum, Fílium tuum: Qui ventúrus est judicáre vivos et mórtuos, et sǽculum per ignem. [Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vendrá a juzgar a vivos y muertos, y al mundo con fuego]». (Misal Romano, Bendición de la fuente bautismal el Sábado Santo. Terminación similar está presente en los exorcismos de la sal y el agua en la bendición del agua).
- «Líbera me, Dómine, de morte ætérna in die illa treménda, * Quando cœli movéndi sunt et terra, * Dum véneris judicáre sǽculum per ignem [Líbrame, Señor, de la muerte eterna, en aquel tremendo día, * En que serán conmovidos los cielos y la tierra. * Cuando vinieres a juzgar al mundo con fuego]». (Oficio de Difuntos, Responsorio de la lección IX de Maitines. También se hace este responsorio en la Absolución sobre el ataúd en la Misa de los Fieles Difuntos, y antes del entierro).
Hay que ver que Bergoglio apunta cínicamente que «¡ahora espero que alguno no sostenga que el Papa ha dicho que la Biblia es un mito!». Pero en realidad Bergoglio rechaza la veracidad de las Sagradas Escrituras y tuerce su texto y sentido para justificar las herejías y apostasías que constantemente enseña de palabra y de obra, mas con ello se acarrea su propia perdición para él y para cuantos le siguen (a sabiendas o por ignorancia).
Hermanos carísimos, pidamos a la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Arca de la Salvación, que nos conceda perseverar firmes en la verdad que nos enseñan las Sagradas Escrituras, la Tradición Apostólica y el Magisterio Infalible de la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica, manteniéndonos a resguardo del diluvio de la herejía. Y finalizamos con las palabras del Apóstol San Pedro, primero de entre los Papas, con las cuales concluye su segunda carta:
«Así que vosotros, ¡oh hermanos!, avisados ya, estad alerta, no sea que seducidos de los insensatos y malvados vengáis a caer de vuestra firmeza; antes bien id creciendo en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A Él sea dada la gloria desde ahora y por el día perpetuo de la eternidad. Amén». (II Pedro III, 17-18, versión de Mons. Félix Torres Amat).
JORGE RONDÓN SANTOS
2 de Marzo de 2021 (Año Mariano “Espada de Lepanto”).
Martes de la 2.ª semana de Cuaresma. Fiesta de San Simplicio Papa; de los Santos Mártires de los Lombardos; de San Chad, obispo y apóstol de Mercia en Inglaterra; de San Juan Marón, Patriarca de Antioquía de los Maronitas; del Beato Carlos de Flandes, Mártir; y de la Beata Inés de Bohemia OSC. Nacimiento de San Juan Macías OP y de los Papas León XIII y Pío XII. Tránsito de San Bienvenido Scotivoli OFM, obispo de Ósimo; y de la bienaventurada Ángela de la Cruz (en el siglo María de los Ángeles Guerrero González) HCC. Incorporación de Álava a la Corona de Castilla, creación de la Liga de Lezhë por Jorge Castriota Skanderbeg, fundación de la Ciudad de Mendoza del Nuevo Valle de La Rioja (actual Mendoza, Argentina) y de San Lorenzo del Aburrá (actual Medellín, Colombia), Jura de Agustín de Itúrbide del Plan de Iguala, y Elección del Papa Pío XII.
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