martes, 2 de julio de 2024

SECUENCIA “Veni præcélsa Dómina” DE LA VISITACIÓN DE MARÍA


La fiesta de la Visitación de María, que existía en el calendario franciscano, fue instituida en 1389 por el Papa Urbano VI de Roma a pedido del arzobispo de Praga Juan de Jenštejn para pedir por la solución del Cisma Occidental, y es uno de los pocos casos en que, sin ser una Misa votiva, fue incorporada al Misal y el Calendario Romano después que Pío IX regresara de su exilio en 1849.

En misales como el de Utrecht, el propio de la Misa incluía la secuencia “Veni præcélsa Dómina”, de la cual comenta Dom Prosper Guéranger OSB en su magna obra El Año Litúrgico (edición inglesa), Vol. 12, pág. 417:
«Los siglos XIV y XV han celebrado, con agradables composiciones, el misterio de este día. El siguiente himno, por sus fervorosas expresiones de tierna piedad hacia la Madre de Dios, excitó particularmente sobremanera la cólera de los pretendidos reformadores. Lo que especialmente despertó su ira fue el llamado a la unidad que dirige a los errantes […] María es invocada en forma similar, en otras fórmulas de este período y propios de la misma fiesta, como la luz que disipa las nubes, y la que pone fin a los cismas».

LATÍN
Veni præcélsa Dómina,
María tu nos vísita
Ægras mentes illúmina
Per sacræ vitæ múnia.

Veni salvátrix sǽculi,
Sordes áufer piáculi,
In visitándo pópulum,
Pœnæ tollas perículum. 

Veni regína géntium,
Dele flammas reátuum,
Rege quemcúmque dévium,
Da vitam innocéntium.

Veni et ægros vísites,
María, vires róbores
Virtúte sacri ímpetus,
Ne fluctuétur ánimus.

Veni stella, lux márium,
Infúnde pacis rádium:
Exsúltet cor in gáudium
Joánnis ante Dóminum.

Veni virga regálium,
Reduc fluctus errántium
Ad unitátem fídei
In qua salvántur cǽlici.

Veni, depósce Spíritus
Sancti dona propénsius,
Ut dirigámur réctius
In hujus vitæ áctibus.

Veni, laudémus Fílium,
Laudémus Sanctum Spíritum,
Laudémus Patrem únicum,
Qui nobis det auxílium.
Amen. Allelúja.

TRADUCCIÓN
Ven, soberana Señora,
Oh María, ven a visitarnos,
Por los deberes de tu vida sagrada
Ilumina nuestras almas enfermas.
  
Ven, oh Salvadora del mundo,
Aleja la inmundicia del pecado,
Y visitando a tu pueblo,
Remueve el peligro del castigo.
   
Ven, oh Reina de las naciones,
Extingue las llamas de la culpa,
Dirige lo que esté desviado,
Danos una vida inocente.
  
Ven y visita a los enfermos,
Oh María, confirma a los fuertes
Con el poder del santo ímpetu,
Para que no decaiga su ánimo.
   
Ven, ¡oh estrella, luz de los mares!,
Infúndenos los rayos de paz; 
Que el corazón de Juan exulte
De gozo ante el Señor.
   
Ven, oh regia vara, 
Conduce de vuelta a los errantes
A la unidad de la fe
En la cual son salvos los habitantes del Cielo.
   
Ven, e implora benigna
Por los dones del Espíritu Santo,
Para que seamos dirigidos rectamente
En las acciones de esta vida.
   
Ven, y alabemos al Hijo,
Alabemos al Espíritu Santo,
Y alabemos al Padre, un solo Dios,
Que te dio como nuestro socorro.
Amén. Aleluya.

2 comentarios:

  1. Otra blasfemia contra Nuestra Señora del jesuita J. Martin -aconsejo no ver la imágen-:

    https://www.google.com/url?sa=t&source=web&rct=j&opi=89978449&url=https://infovaticana.com/2024/07/02/james-martin-disfraza-a-la-virgen-con-la-bandera-lgtb/amp/&ved=2ahUKEwiA5aq7u4iHAxX9SvEDHW1vCnUQlO8DKAB6BAgSEAE&usg=AOvVaw1oD3IPoQZprZUWNFXDB53x

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    1. Está claro que Dios ha abandonado a la Secta deuterovaticana a su suerte, para que el castigo por sus iniquidades y apostasía sea mucho mayor.

      Por otra, ese presbítero español Pablo Pich-Aguilera Blasco pierde su tiempo pidiendo que el Vaticano (con Bergoglio a la cabeza y rodeado de especímenes como Blaise Cupich, Tucho y Vincenzo Paglia) actúen contra ese homúnculo de Martin, siendo como son igual de degenerados que él. Mejor que se salga mientras puede.

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