Nuestro Señor Jesucristo es implacable cuando ofenden a su Santísima Madre. Tiene una eternidad de tiempo, e imaginación y poder para crear castigos proporcionales a esta y toda otra ofensa.
Existen muchos casos famosos de graves ofensas a la Santísima Virgen que no llegaron tan lejos y fueron castigadas de modo pavoroso.
En la isla de Martinica, en las Antillas Menores, el volcán Montaña Pelada (“Mont Pelée”) estalló inesperadamente la mañana del 8 de mayo de 1902, arrojando una enorme nube de gases tóxicos sobre la ciudad de San Pedro. La nube de más de cuatro kilómetros de altura rodó por la ladera de la montaña más rápido que un huracán violento, trayendo muerte y destrucción por todas partes antes de hundirse en el mar.
La temperatura extremadamente alta (por encima de 1.075 °C) quemó todos los árboles y casas. Las casas se carbonizaron en un enorme vórtice de fuego. Todos los objetos metálicos en las calles y viviendas se derritieron en un abrir y cerrar de ojos, ya fueran de hierro, cobre u oro. El destino de la ciudad de San Pedro fue más terrible que el de Herculano y Pompeya, destruidas por el Vesubio en el año 79 después de Cristo. En menos de un minuto, todos los habitantes, unos 30.000, murieron en el incendio. Cinco pueblos vecinos sufrieron (Prêcheur, Grand-Rivière, Basse-Pointe y L’Ajoupa-Bouillon) sufrieron la misma suerte. Edificios de todos los tamaños, casas y barcos, todo fue literalmente pulverizado. La isla entera, de 60 km², fue sacudida por continuos temblores y cubierta de ceniza. Se temía que en cualquier momento desapareciera en los remolinos del mar furioso.
Nada en el pasado de la Montaña Pelada hacía pensar en el peligro de una erupción tan dramática. Los pocos fenómenos volcánicos observados de vez en cuando, no habían sido motivo de preocupación. Sin embargo, el 8 de mayo de 1902, el cráter explotó. En algunos segundos una nube ardiente arrasó con toda traza de vida sobre los sesenta kilómetros cuadrados. 30.000 personas perecieron. La catástrofe fue tan inesperada que dieciocho buques que se encontraban en el puerto fueron destruidos, solamente el «Roddam» pudo escapar del desastre, aunque perdiendo diecisiete hombres de su tripulación.
En tierra, sólo tres habitantes de la ciudad sobrevivieron a la erupción volcánica. El joven zapatero Léon Compère-Léandre (* 1874; † 1936) se detuvo en el momento en que la nube de fuego llegó a la entrada del pueblo y pudo escapar gravemente herido a la aldea más alta de Fondos San Dionisio. Havivra Da Ifrile, una joven, se dirigía a la catedral cuando su madre le pidió que hiciera algunas gestiones en la pastelería de su tía. Esta tienda estaba al lado de un pequeño y antiguo cráter del volcán. Cuando lo alcanzó, notó humo en el cráter, miró hacia adentro y descubrió magma hirviendo. Entonces corrió a la costa, subió al bote de su hermano y logró navegar hasta una cueva rocosa que conocía de su juego. Mientras estaba sentada en la cueva segura, oyó un chirrido cuando la nube de fuego alcanzó el mar. Lo último que recordaba antes de perder el conocimiento era un rápido aumento de las aguas. Más tarde fue encontrada y rescatada por el buque francés Suchet, flotando en su bote a dos millas de la costa. El sobreviviente más conocido hoy en día es Louis-Auguste Cyparis. Por herir a un compañero en una riña, emarinero se encontraba prisionero en una celda carcelaria, cuyas poderosas paredes lo protegían en el momento de la erupción. Después de su indulto, viajó con el Circo Barnum & Bailey’s por los Estados Unidos y se convirtió en una celebridad hasta su muerte en 1929.
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Seis años y siete meses después, el lunes 28 de diciembre de 1908 no fue un buen día para la ciudad de Mesina (Italia) Incluso antes de que la gente del sur de Italia fuera a la iglesia a orar en el "Día de los Inocentes", a las 5:21 horas, un terremoto de magnitud 7,5 sacudió el estrecho entre Italia y Sicilia. Grandes zonas en Mesina, en el extremo oriental de Sicilia, y en Reggio Calabria, en la punta de la bota de Italia, fueron arrasadas por el temblor, y por el tsunami posterior. El número de muertes nunca pudo determinarse con precisión; las cifras varían entre 60.000 y más de 100.000 víctimas (la mayoría, habían llegado al estreno de la ópera “Aida” de Giuseppe Verdi en el teatro Víctor Manuel II de Mesina el día anterior).
El profesor jubilado y presidente de la Academia de Ciencias de Viena Eduard Suess señaló que el sismo fue causado por «una falla en forma de arco que va desde el área de Catanzaro, al sur de Mesina, hasta el Etna y más al oeste». Afirmación que fue confirmada por su discípulo y sucesor en la Universidad de Viena Viktor Uhlig, y por el sismógrafo vertical de Spindler & Hoyer encargado desde Gotinga (Alemania) por el geofísico y jefe del servicio de terremotos del Instituto Central de Meteorología y Geodinámica de Viena (hoy Geosphere Österreich) Viktor Conrad e instalado el 13 de Enero de ese año, pero que ese 28 de Diciembre tuvo su bautismo de fuego.
El vulcanólogo estadounidense Frank Alvord Perret, que estuvo en el lugar el 31 de Diciembre estudiando el fenómeno, publicó en la edición de Abril de 1909 del American Journal of Science que antes de la tragedia, se presentaron otros terremotos el 5 de Noviembre, 10 de Diciembre y 27 de Diciembre por intrusión magmática en las placas tectónicas, y que horas después «hubo deslizamiento de material suelto hacia aguas profundas». Sin embargo, hasta 2023 hubo que esperar para confirmar esta información: en 2021, un grupo de investigación dirigido por Giovanni Barreca de Catania (Italia) informó que halló un abombamiento de la placa continental en la zona de las montañas Peloritan en el noreste de Sicilia, y un hundimiento en el estrecho de Mesina, además de una falla desconocida hasta entonces de 34,5 kilómetros de largo y que originó el terremoto. Y en 2023, un grupo de investigación internacional dirigido por Irena Schulten de Malta encontró que una avalancha producto del terremoto destruyó en dos puntos el cable telegráfico submarino que iba desde Malta hasta la isla griega de Zante.
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Ahora, ¿qué tienen en común la erupción de la Montaña Pelada en Martinica y el terremoto de Mesina? Ambos desastres fueron la muestra que DE DIOS NADIE SE BURLA IMPUNEMENTE, Y QUE SI NO SE HACE REPARACIÓN POR LAS BLASFEMIAS PÚBLICAS, EL CASTIGO SERÁ IMPLACABLE.
El Viernes Santo 28 de Marzo de 1902, instigada por los masones locales, la multitud en San Pedro de Martinica había crucificado a un cerdo, y arrastrando una imagen de Jesucristo por las calles parodiando el Vía Crucis, la arrojaron al cráter de la Montaña Pelada, y el Domingo de Pascua se condujo a otro cerdo por las calles de la ciudad gritando que ahora había resucitado de entre los muertos. Pronto se pegaron carteles en las paredes de la ciudad que llamaban a la población a una burla pública de la Madre de Dios y del Santísimo Sacramento en el Día de la Ascensión. El obispo Marie-Charles-Alfred de Cormont, que se opuso a la Ley de Asociaciones de 1901 y condenó las representaciones sacrílegas, fue expulsado de la ciudad por el gobernador Louis Guillaume Mouttet, que quería asegurar un resultado favorable en las elecciones que se iban a celebrar el 11 de Mayo. El día de la Ascensión, la imagen de Cristo arrojada al volcán “ascendió” al cielo con una columna de humo, fuego y cenizas, causando la destrucción arriba reseñada. Melania Calvat, la vidente de La Salette, señaló que si entre los miles de muertos algunos hubiesen protestado y hecho reparación, la tragedia habría sido mucho menor.
En el caso de Mesina, días antes de la Navidad, los masones habían hecho publicar en el periódico la frase: «Querido niño Jesús, si tú realmente existes, envíanos un pequeño terremoto». El resto, salió por lógica.
En conclusión, Dios no deja impune las blasfemias que se le hacen a Él y a su Santísima Madre, y cuando estas son pública y no se hace debida reparación, no aguarda a que el castigo llegue en el Juicio Final, sino que toma venganza de ellas también en este mundo. Y si eso pasó antes, ¿qué se dejará para estos tiempos en que la blasfemia pública es alentada y/o cometida por la Secta del Vaticano II que usurpa el lugar de la Iglesia Católica, valiéndose del dinero robado a los incautos, y que incluso los “mejorcitos” piden «no atacar irreflexivamente» a esa Jerarquía apóstata que permite tales cosas? Por algo, el Espíritu Santo advierte por medio del Apóstol San Pablo: «¿Por ventura queremos irritar con celos al Señor? ¿Somos acaso más fuertes que Él para libertarnos de su venganza?» (1.ª Corintios X, 21/ Versión de Mons. Félix Torres Amat). MEDITAD Y TEMBLAD.
Para la redacción de este artículo se tomó material de Die Standard (Austria), de los archivos de Misa Tridentina (Argentina) y otras fuentes.
JORGE RONDÓN SANTOS
1 de Julio de 2024 (Año Santo del Sagrado Corazón de Jesús).
Fiesta de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo; octava de la Natividad de San Juan Bautista. Aparición de la Milagrosa Imagen del Santo Cristo en San Miguel de las Cuevas de Chalma (Méjico). Nacimiento de San Lorenzo Justiniano, primer Patriarca de Venecia. Victoria cruzada del príncipe Bohemundo de Tarento en la batalla de Dorilea; coronación de Urraca I “la Temeraria” como reina de León; victoria de Juan II de Castilla en la batalla de la Higueruela; creación de la Diócesis de Paraguay por Pablo III.
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