Benito de Skalka se hizo monje benedictino en la abadía de San Hipólito del monte Zobor cerca de Nitra (Eslovaquia, en ese tiempo de Hungría), y luego se retiró como ermitaño junto a su maestro Andrés Zorard (nacido en Polonia hacia el 980) en una cueva junto al río Váh, cerca a Trenčín, con permiso del abad Felipe.
Andrés murió en el año 1009, y Benito siguió tres años más, muriendo asesinado por una banda de ladrones que lo estranguló para robar un tesoro que supuestamente tenía, y su cuerpo fue arrojado al río Váh, siendo hallado incorrupto al año siguiente por la señal de un águila. En el año 1083, los restos de ambos fueron trasladados a la catedral de San Emerano de Nitra, donde están actualmente.
ORACIÓN
Oh Dios, que nos permitís celebrar el nacimiento para el Cielo de vuestros santos mártires Andrés y Benito: concedednos que nos podamos regocijar en su compañía en la eterna bienaventuranza. Por J. C. N. S. Amén.
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