viernes, 9 de agosto de 2024

SI BERGOGLIO ESCRIBIESE HECHOS 17, 22-34

Traducción del artículo publicado por Aldo Maria Valli en DUC IN ALTUM.
   
LA VERSIÓN POLÍTICAMENTE CORRECTA DEL DISCURSO DE PABLO EN ATENAS
   

Queridos amigos de Duc in altum, soñé por casualidad con la versión políticamente correcta del famoso discurso de Pablo en el Areópago de Atenas. Y, no sé por qué, lo recuerdo perfectamente. Aquí lo tenéis:
«Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo: 
“Atenienses, veo que sois muy religiosos en todo. Al pasar y mirar vuestros monumentos, encontré también un altar con la inscripción ‘A un dios desconocido’.
  
Pues bien, no os diré a quién adoráis sin saberlo. ¡Nada de proselitismo!
  
El Dios que dicen que hizo el mundo y todo lo que hay en él, y que dicen que es el Señor del cielo y de la tierra, puede que este Dios exista, puede que no.
  
Por otra parte, nadie tiene la verdad absoluta. Lo que importa es vuestro estado de ánimo.
  
Este Dios, dicen, no vive en templos construidos por manos humanas, ni se deja servir por manos humanas como si necesitara algo. ¿Es esto cierto o no? No pretendo saberlo.
  
Hablemos de ello. ¿Es él quien da a todos la vida y el aliento y todo? Me gusta pensar que sí. Pero estoy abierto al diálogo.
  
Vosotros decís que creó a todos los pueblos de la tierra a partir de una sola persona, que los hizo habitar sobre toda la faz de la tierra, y que hizo para ellos el orden del tiempo y los límites de su espacio, para que pudieran buscar a Dios, si es que alguna vez lo hicieron, tanteando aquí y allá como ciegos. Quizá podamos llegar a encontrarlo, aunque no está lejos de cada uno de nosotros. ¿Qué se puede decir? Tal vez sea así, tal vez no.
  
Enfrentémonos con respeto: Escucho. También utilizo este método con los míos: Me gusta llamarlo ‘sinodalidad’.
    
Vosotros decís que en él vivimos y nos movemos y tenemos nuestro ser, como también han dicho algunos de vuestros poetas: ‘Porque de él también somos una raza’. Esto me parece una posibilidad digna de discernimiento.
  
Así pues, si tal vez somos descendientes de Dios, no deberíamos pensar que Dios es como el oro, la plata y la piedra, que lleva la impronta del arte y el ingenio humanos. Al menos eso es lo que yo diría.
  
Una cosa es cierta: ahora que Dios ha superado los viejos tiempos de ignorancia, no está ordenando a la gente que se convierta.
  
Se dice que ha señalado un día en el que juzgará al mundo con justicia, a través de un hombre al que ha designado, y dará una prueba segura de ello a todos resucitándolo de entre los muertos.
  
De hecho, la teología ha hecho grandes avances, y Él, os lo aseguro, es misericordioso y no juzga a nadie. ¿Quién es él para juzgar?
   
En cuanto a la resurrección de los muertos, bueno, eso es una hipótesis, tal vez un mito. ¿Quién puede decirlo?”.
Cuando le oyeron hablar así de la hipótesis de la resurrección de los muertos, algunos le aplaudieron, otros dijeron: “¡Bravo! ¡No eres un obstinado conservador de mente estrecha!”.
   
Así que Pablo siguió dialogando con ellos. Y nadie se unió a él ni se hizo creyente».
Debió haber sido el calor.

1 comentario:

  1. "este post vino a mí en un sueño"
    Jajaja, buena esa.
    Acabo de despertar y vi este post.

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