CARDENAL PRO-PEKÍN DE HONG KONG: «NO QUEREMOS QUE LA GENTE SE VUELVA CATÓLICA»

Dos días antes de ser creado cardenal, el obispón de Hong Kong Stephen Chow Sau-yan SJ (izquierda) dijo a Catholic News Agency (rama anglófona de ACI PRENSA) que la evangelización en China hoy debería centrarse en comunicar el amor de Dios sin tener la intención de que los chinos se conviertan al catolicismo, asegurando que «eso es lo que el Papa quiere»:

«Creo que es importante que digamos que el Papa Francisco hizo una distinción. La evangelización es realmente ayudar a las personas a comprender el amor de Dios, y el amor de Dios sin la intención de convertirlos en católicos, porque ese no debería ser el enfoque, ya que ese enfoque sería muy restrictivo. La evangelización debe llevar a comprender que nuestro Dios significa amor, buena voluntad y una vida mejor. La evangelización debería consistir realmente en llegar a conocer a Dios, que es amor».

Cabe anotar que en la China comunista, la práctica religiosa está fuertemente restringida por temor a que se erija en fuerza contestataria al Partido. Los ministros religiosos solo pueden ejercer en lugares de culto debidamente autorizados por el gobierno y no se permite la entrada a menores de 18 años. A comienzos de mes, el gobierno emitió unas nuevas “Medidas sobre la gestión de sitios de actividades religiosas”, que prohíben la exhibición de símbolos religiosos al aire libre, exigen que la predicación “refleje los valores socialistas fundamentales” y limita todas las actividades religiosas a lugares religiosos aprobados por el gobierno.

Por otra parte, Chow Sau-yan, partidario de la ordenación de mujeres y defensor a ultranza del Acuerdo Secreto sino-vaticano, explicó que la distinción entre evangelización y proselitismo «es lo que el Papa quiere». Con todo, no es algo original o exclusivo de Bergoglio: su antecesor Benedicto XVI se manifestó en contra del proselitismo:

«La Iglesia se siente discípula y misionera de este Amor:  misionera sólo en cuanto discípula, es decir, capaz de dejarse atraer siempre, con renovado asombro, por Dios que nos amó y nos ama primero (cf. 1 Jn 4, 10). La Iglesia no hace proselitismo. Crece mucho más por “atracción”:  como Cristo “atrae a todos a sí” con la fuerza de su amor, que culminó en el sacrificio de la cruz, así  la Iglesia cumple su misión en la medida  en  que, asociada a Cristo, realiza  su obra conformándose en espíritu y concretamente con la caridad de su Señor» [Homilía en la Misa inaugural de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Aparecida (Brasil), 13 de Mayo de 2007. Cursivas del original, negrillas añadidas].

Ahora, hay que distinguir: no quieren proselitizar el catolicismo, pero sí otras cosas, como la ideología de género, el ecologismo, y la Agenda 2030. Y en el caso de Chow Sau-yan, la sumisión al Partido Comunista Chino, disfrazada de «amor al país». 

   

Contra ello está el Gran Mandato dado por Nuestro Señor Jesucristo a los Apóstoles antes de su gloriosa Ascensión:

• «A mí se me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra. Id, pues, e instruid a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándolas a observar todas las cosas que yo os he mandado» (San Mateo XXVIII, 18-20/Versión de Mons. Félix Torres Amat).
• «Id por todo el mundo; predicad el mensaje de salvación a todas las criaturas; el que creyere y se bautizare se salvará; pero el que no creyere será condenado» (San Marcos XVI, 15-16/Versión de Mons. Félix Torres Amat).