lunes, 3 de febrero de 2020

BENDICIONES EN LA FIESTA DE SAN BLAS

«¡Aprende, miserable, que yo soy servidor de Nuestro Señor Jesucristo y que no adoro a los demonios!» (San Blas al prefecto Agricolao. Actas del Martirio).

Renombrado por sus dones como taumaturgo, San Blas particularmente salvó la vida a un niño que tenía atravesada la espina de un pescado en su garganta. Por esta razón, es invocado para curar los males de la garganta.

Una primera referencia a la bendición aparece en el segundo de los Dieciséis Libros sobre Medicina (en griego Βιβλία Ἰατρικά Ἑκκαίδεκα) del médico bizantino Aecio de Amida (actual Diyarbakır, Turquía), donde destaca que San Blas asiste especialmente en el tratamiento de los objetos atorados en la garganta. En el siglo XII, el teólogo y liturgista Jean Beleth afirma que San Blas es invocado para los males de dientes y para las enfermedades de los animales. San Blas es uno de los Catorce Santos Auxiliadores.

El Ritual Romano prevé el 3 de Febrero una bendición especial de dos cirios en su honor, cirios que el sacerdote impone sobre la garganta de los fieles que lo deseen y para este fin se arrodillan frente al altar después de la Misa. Es la costumbre que los dos cirios cruzados sobre la garganta de los fieles estén atados por una cinta roja.
  
Bendición de la garganta con el cirio de San Blas
  
Normalmente, los cirios son encendidos, pero puede abstenerse de ello. Adicionalmente, existe en algunos lugares de Europa central un soporte en forma de cruz que permite tener los cirios encendidos y reciben la cera que se derrite.
  
Candelabro para cirio de San Blas
   
Una segunda bendición de los alimentos para sanar los males de garganta, que se encontraba en numerosos rituales antiguos, fue introducida en el Ritual Romano mediante decreto de la Sagrada Congregación de Ritos del 25 de Septiembre de 1883 (con algunas modificaciones en el texto de la oración).
 
En el Martirologio Romano se lee lo siguiente:
Tértio Nonas Februárii: Sebáste, in Arménia, pássio sancti Blásii, Epíscopi et Mártyris; qui, multórum patrátor miraculórum, sub Agricoláo Prǽside, post diútinam cæsiónem, atque in ligno suspensiónem, ubi férreis pectínibus carnes ejus dirúptæ sunt, post tetérrimum cárcerem et in lacum demérsionem, unde salvus exívit, tandem, jubénte eódem Júdice, una cum duóbus púeris, cápite truncátur. Ante ipsum vero septem mulíeres, quæ guttas sánguinis, ex ejúsdem Mártyris córpore defluéntes, dum torquerétur, colligébant, proptérea, deprehénsæ quod essent Christiánæ, omnes, post dira torménta, gládio percússæ sunt. [El día 3 de Febrero, en Sebaste de Armenia, pasión de San Blas (sobre el año 316), Obispo y Mártir, y hacedor de muchos milagros. Bajo el presidente Agricolao fue flagelado mucho, y luego colgado a una viga, donde su carne fue rasgada con peines de hierro, y tras ser arrojado a una prisión oscurísima y a un lago, del que salió a salvo, por orden del mismo juez, junto con dos muchachos, fue decapitado. Ante él siete mujeres, que luego de su tortura, recogían las gotas de sangre que fluían del cuerpo del mismo Mártir, y arrestadas que fueron tras colegir que eran Cristianas, luego de duros tormentos, fueron pasadas a espada].
 
BENEDÍCTIO CANDELÁRUM IN FESTO SANCTE BLÁSII, EPÍSCOPI ET MÁRTYRIS
  
℣. Adjutórium nostrum in nómine Dómini. 
℟. Qui fecit cœlum et terram.
℣. Dóminus vobíscum.
℟. Et cum spíritu tuo.

Omnípotens et mitíssime Deus, qui ómnium mundi diversitátes solo verbo creásti et hóminum reformatiónem illud idem Verbum, per quod facta sunt ómnia, incarnári voluísti: qui magnus es et imménsus, terríbilis atque laudábilis, ac fáciens mirabília: pro cujus fídei confessióne gloriósus Martyr et Póntifex Blásius, diversórum tormentórum généra non pavéscens, martýrii palmam felíciter est adéptus: quique eídem, inter cœ́teras grátias, hanc prærogatívam contulísti, ut quoscúmque gútturis morbos tua virtúte curáret; majestátem tuam supplíciter exorámus, ut non inspéctu reátus nostri, sed ejus placátus méritis et précibus, hanc ceræ creatúram bene ✠︎ dícere ac sancti ✠︎ ficáre tua venerábili pietáte dignéris, tuam grátiam infúndendo; ut omnes, quorum colla per eam ex bona fide tacta fúerint, a quocúmque gútturis morbo, ipsíus passiónis méritis, liberéntur, et in Ecclésia sancta tua sani et hílares tibi gratiárum réferant actiónes, laudéntque nomen tuum gloriósum, quod est benedíctum in sæcula sæculórum. Per Dóminum nostrum Jesum Christum Fílium tuum, qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum. [Omnipotente y dulcísimo Señor, que por una sola palabra creaste las toda la diversidad del mundo y para rescatar al hombre quisiste que el mismo Verbo, por el cual todo fue hecho, se encarnara; Tú que eres grande e inmenso, terrible y laudable, y que haces maravillas, por quien el glorioso Pontífice y Mártir San Blas hizo confesión de fe y sin temer a los distintos géneros de tormento recibió gozoso la palma del martirio, y en virtud del poder –entre otros dones– que le has concedido de curar todas las enfermedades de la garganta, pedimos suplicantes a tu Majestad que, sin tomar cuenta de nuestro reato sino aplacado por sus méritos y oraciones, te dignes por tu venerable piedad ben ✠︎ decir y santi ✠︎ ficar estas criaturas de cera infundiendo tu gracia, para que todos aquellos cuyo cuello sea tocado de buena fe por ella, sean liberados de toda enfermedad de la garganta, por los méritos de la pasión de tu Mártir, a fin de que, curados y gozosos, te rindan acciones de gracias en tu santa Iglesia, y alaben tu Nombre glorioso, que es bendito en los siglos de los siglos. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos]. ℟. Amen.

Y los asperja con agua bendita.
  
En seguida, el Sacerdote pone dos cirios dispuestos en forma de cruz bajo el mentón de cada uno de los que serán bendecidos, estando ellos de rodillas ante el Altar, diciendo: Per intercessiónem sancti Blásii, Epíscopi et Mártyris, líberet te Deus a malo gútturis, et a quólibet álio malo. In nómine Patris, et Fílii, ✠︎ et Spíritus Sancti. [Por la intercesión del Obispo y Mártir San Blas, líbrete Dios del mal de garganta, y de cualquier otro mal. En el nombre del Padre, y del Hijo, ✠︎ y del Espíritu Santo]. Amen.

BENEDÍCTIO PANIS, VINI, AQUÆ ET FRÚCTUUM CONTRA GÚTTERIS ÆGRITÚDINUM IN FESTO SANCTI BLÁSII, EPÍSCOPI ET MÁRTYRIS

℣. Adjutórium nostrum in nómine Dómini. 
℟. Qui fecit cœlum et terram.
℣. Sit nomen Dómini benedíctum. 
℟. Ex hoc nunc et usque in sǽculum.
℣. Ora pro nobis, sancte Blasii. 
℟. Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.
℣. Dómine, exáudi oratiónem meam. 
℟. Et clamor meus ad te véniat.
℣. Dóminus vobíscum.
℟. Et cum spíritu tuo.
  
Salvátor mundi Deus, qui hodiérnam diem beatíssími Blásii martýrio consecrásti, quique eídem inter cœ́teras grátias, hanc prærogatívam contulísti, ut, quoscúmque gútturis morbos tua virtúte curáret: ineffábilem misericórdiam tuam supplíciter exorámus, et pétimus; ut hos panes, vinum, aquam et fructus, quæ plebs fidélis tibi devóte hódie ad sanctificándum áttulit, tua pietáte bene ✠︎ dícere et sancti ✠︎ ficáre dignéris: ut, qui ex his gustáverint, ab omni gútturis plaga, et quavis ália ánimæ et córporis infirmitáte, méritis et intercessióne ejúsdem beáti Blásii Mártyris tui atque Pontíficis, plenam recípiant sanitátem: Qui vivis et regnas Deus in sǽcula sæculórum. Amen. [Dios y Salvador del mundo, que consagraste el día de hoy por el martirio del bienaventuradísimo San Blas, y entre otras gracias, le has concedido esta prerogativa de que por tu virtud cure cualquier enfermedad de la garganta: te rogamos suplicantes por tu inefable misericordia, y pedimos por tu piedad ben ✠︎ digas y santi ✠︎ fiques estos panes, vino, agua y frutos que tu pueblo fiel te ha traído devoto hoy para santificarlos; para que quienes gusten de ellos, por los méritos y la intercesión de tu mismo bienaventurado Mártir y Pontífice San Blas, sean liberados de todo mal de garganta, y de cualquier otra enfermedad de alma y cuerpo, y reciban plena salud: Tú que siendo Dios vives y reinas por los siglos de los siglos]. ℟. Amen.

Y los asperja con agua bendita.

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