«Por muchas que sean las penas que experimentemos, si oramos, tendremos
la dicha de soportarlas enteramente resignados a la voluntad de Dios; y
por violentas que sean las tentaciones, si recurrimos a la oración, las
dominaremos» (San Juan María Vianney: Sermón sobre la oración)
De acuerdo a la Gesta Nerei et Achillei, San Victorino parece haber sido un obispo que junto con San Marón y San Eutiques, acompañaron a Flavia Domitila, en su exilio en Ponza. Nativo de Amiterno, antigua ciudad sabina, patria de Salustio hoy ubicada en el territorio de la provincia de Aquila. Según algunas fuentes, fue martirizado junto con San Eutiques y San Marón. El martirio se habría llevado a cabo en Cotilia, sobre la Vía Salaria (en la provincia de Rieti). La llanura que se extiende cerca de las termas de Cotilia, se llama llanura de San Victorino. El Santo fue sepultado y venerado en la vía Salaria, en Amiterno (hoy San Vitorino), en una cripta del siglo IV. Las reliquias fueron llevadas en el siglo X al monasterio de San Vicente, en Metz. Así habla de él el Martirologio Romano: «El beato Victorino, Obispo y Mártir, fue hecho obispo de la ciudad de
Amiterno por elección de todo el pueblo, que lo eligió tanto por su
santidad como por sus milagros. Recibió la corona del martirio en Roma,
bajo Trajano (Siglo II). Su cuerpo fue recogido por los cristianos, y
honorablemente sepultado en Amiterno, en el Abruzzo».
ORACIÓN
Omnipotente
y sempiterno Dios, que en este día elevaste a tu bienaventurado Mártir y
Pontífice San Victorino a la gloria de la eterna bienaventuranza,
concédenos propicio que cuantos celebramos su victoria en la tierra,
merezcamos por el auxilio de su intercesión ser coronados en el Cielo.
Por J. C. N. S. Amén.
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