Noticias tomadas de GLORIA NEWS.
Francisco Bergoglio nombró –de nuevo– un arzobispón para La Plata (Argentina). Se trata de la antigua archidiócesis de Víctor Manuel “Tucho” Fernández Martinelli (2018-2023).
El nuevo arzobispón es, como era de esperar, un obispón auxiliar de Buenos Aires, Gustavo Óscar Carrara Kibicki, de 51 años. Buenos Aires es la fuente de nuevos obispones en Argentina.
Carrara fue vicario general y para la Pastoral de las Villas de la archidiócesis, y se dejó utilizar para el trabajo sucio de su totalitario arzobispón Jorge Ignacio García-Cuerva.
Después de él, dos obispones dimitieron antes de asumir su cargo en La Plata. Entonces, Gabriel Antonio Mestre Gasparoli se convirtió en Arzobispón. Sobrevivió ocho meses (Agosto de 2023 - Mayo de 2024).
El obispón demérito Gustavo Zanchetta, amigo íntimo de Francisco Bergoglio y condenado por abusos homosexuales, se encuentra en Roma.
Según Metro Noticias (20 de Noviembre), está siendo tratado en la capital italiana «porque sus médicos de confianza están allí».
Zanchetta tiene problemas cardíacos e hipertensión. Es probable que la primera de estas dos afecciones sea el motivo de su viaje médico.
El 4 de Marzo de 2022, el antiguo obispón de San Ramón de la Nueva Orán fue condenado a cuatro años y seis meses de prisión por abuso homosexual simple, agravado por haber sido cometido por un clérigo reconocido contra seminaristas de la diócesis de Nueva Orán.
Sin embargo, a Zanchetta se le permitió pasar su “tiempo de prisión” en el convento Virgen del Valle de las Hermanas Concepcionistas, situado en el barrio 9 de Julio de la ciudad de Orán.
No está claro quién autorizó el traslado ni de dónde proceden los fondos para pagar estos viajes.
Caminante Wanderer (21 de Noviembre) señala que Bergoglio es el responsable directo de la creación y el encubrimiento del escándalo Zanchetta.
Zanchetta –como tantos otros homosexuales– siempre ha estado especialmente unido al cardenal Jorge Mario Bergoglio.
Fue uno de los primeros nominados episcopales de Bergoglio. Tan pronto como se conoció la noticia de su nominación, un numeroso grupo de presbíteros de Quilmes, la diócesis de origen de Zanchetta, envió una carta a Francisco diciendo que el cura Zanchetta no era apto para ser obispón
Se le acusa de haber ofrecido a una persona un trabajo en una escuela de Florencio Varela «a cambio de algún servicio» y de haber abusado de seminaristas bajo su mando. También fue acusado de «desmanejos económicos».
Por supuesto, a Bergoglio le importó un bledo. Zanchetta fue consagrado y entronizado. Pero cuatro años después dimitió por “motivos de salud”.
El secretario de la diócesis de Orán le denunció porque había encontrado en su teléfono móvil, además de pornografía, varios selfies en los que Zanchetta aparecía «desnudo, con los genitales al descubierto y en pose masturbatoria».
Algún tiempo después, dos seminaristas de la diócesis de Orán presentaron una denuncia. Afirmaban haber sido objeto de abusos sexuales por parte de Zanchetta en varias ocasiones.
Zanchetta huyó a Roma. En lugar de enviarlo de vuelta para que se enfrentara a sus delitos, Francisco lo nombró, acusado de mala gestión económica, asesor de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, con un sueldo de varios miles de euros.
Pero la presión creció y Zanchetta tuvo que regresar a Argentina para ser juzgado. Fue declarado culpable y condenado a cuatro años y medio de prisión. No duró mucho en la prisión ordinaria, pero pronto fue puesto bajo arresto domiciliario en el convento concepcionista de Orán.
Caminante Wanderer señala que se trata de un ejemplo más de la duplicidad y el doble rasero de Bergoglio.
“Tolerancia cero” es el lema de Francisco cuando se trata del presbítero Fernando Fernando Cornet De Colantonio que fue “excomulgado” la semana pasada por negar la legitimidad de Francisco. El obispón Pedro Daniel Martínez Perea también recibió “tolerancia cero” cuando decidió que las mujeres no podían ser monaguillos, tras lo cual tuvo que dimitir de su diócesis de San Luis. El obispón Joseph Edward Strickland Hart recibió “tolerancia cero” cuando criticó a Bergoglio por enseñar herejías.
«Sin embargo, los acusados y condenados por abusos sexual tienen tolerancia 1, o 2 o 3,5. En esos casos, la misericordia de Francisco se despliega en todo su esplendor, como el plumaje de un pavo real. Basta recordar el caso McCarrick: ¿cuánta presión y cuantos años debieron pasar para que finalmente ese monstruo fuera desposeído de su cardenalato?», concluye Wanderer.
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