sábado, 12 de septiembre de 2020

DE 4000, UNO SOLO: LA SUERTE DE LOS JUDÍOS DURANTE LA FALSA BANDERA 11-S

Tomado de FORO CATÓLICO.
  
LOS SACRIFICIOS DE SANGRE SON DIRIGIDOS CONTRA LOS CATÓLICOS
  
No es casualidad o una increíble buena suerte, que de los 4 mil hebreos que laboraban en el World Trade Center, prácticamente no hubo víctimas, sólo uno de los 4 mil. Así lo denunció el investigador Dr. David Duke y varios periodistas y analistas, incluido el sentido común del hombre que lee y se entera de la verdad.
  
En cambio, la mayoría de los bomberos y policías que fueron enviados a salvar inocentes y que fallecieron traicionados por la demolición controlada de los edificios, eran católicos: irlandeses, italianos, alemanes, polacos y latinos.
  
Ese ritual de sangre coincide con otros ya explicados como el de Hiroshima y Nagasaki, las dos pequeñas ciudades con más católicos de todo el Japón y donde se escogió el sitio con la colaboración del jesuita hebreo Pedro Arrupe (superior en Nagasaki de donde casualmente se había ausentado el 8 de agosto de 1945) a quien luego se premió con el generalato de la Orden. Igualmente sucedió con las carnicerías bilaterales provocadas en las guerras de Vietnam y Corea, los dos países con más católicos en Extremo Oriente que fueron el deliberado y prolongado teatro de guerra entre soviéticos y americanos, pero en ambos casos con miles de católicos como carne de cañón.
  
Ni qué decir de los progromos de los países de Europa oriental, donde las bandas isarelitas rojas se cebaron en la masacre de civiles, militares y sacerdotes católicos, como en la recién descubierta matanza de Katyn (Polonia) por los comisarios hebreos; en las ceremonias de sangre en el estadio de Praga durante la ocupación bolchevique, también dirigida por los comisarios cabalistas; la exterminación de los obispos y sacerdotes católicos en todos los países bajo la aplanadora israelita y en la cual colaboró Batista Montini Alghisi quien reveló al Kremlin la lista de clérigos que actuaban en secreto, el famoso caso de Alighiero Tondi, secretario privado de Pablo VI.
    
EL 11 S, PREVISTO Y SUPERVISADO POR EL MOSSAD
  
Una mujer de nombre María (no se reveló su apellido) avisó a la policía sobre un comportamiento anormal de tres hombres en Liberty Park en Nueva Jersey después de un par de minutos del primer choque del avión contra la Torre Norte del WTC. Esos tres hombres tomaban sus fotos con fondo de la torre en llamas haciendo gestos de alegría, saltando de júbilo, bailando, cantando en un idioma oriental y subiendo arriba de la camioneta blanca para mejorar la toma de los fotos. “Me parecían muy felices. Para mí ellos no estaban choqueados”.
   
Todo eso se le parecía a María muy sospechoso. Aparte ellos tenían rasgos de Medio Oriente, pero eran rubios.
  
La policía localizó la camioneta. Dentro de camioneta había cinco hombres de entre  22 y 27 años de edad. Eran de Medio Oriente. Se llamaban: Sivan Kurzberg, Paul Kurzberg, Yaron Shmuel, Oded Ellner y Omer Maramri.
  
Los cinco “hebreos danzarines”.
 
Todos eran ciudadanos de Israel. Primero dijeron ser pintores de brocha gorda, pero uno de ellos tenía en una media escondidos 4,700 dólares, otro tenía 2 pasaportes. Fueron arrestados por la policía.
  
En los medios apareció la noticia de que la camioneta estaba registrada por una empresa Urban Moving System, reconocida por FBI como una de las ramas de Mossad (ABCNews) y por los menos dos hombres vinculados con la inteligencia israelí (“según The Forward” -diario judío en NY-). La versión oficial dijo que ellos tenían la función de infiltrar a Hamas y la Jihad islámica.
  
LOS HEBREOS, AVISADOS Y PREVENIDOS: DE 4 MIL, SOLO UNO MURIÓ
   
The Jerusalem Post, el 12 de septiembre de 2001 escribió:
“Miles de israelíes desaparecidos cerca del WTC y el Pentágono. El Ministerio de Asuntos Exteriores en Jerusalén ha recibido hasta ahora los nombres de 4.000 israelíes que podrían haber estado en el área del World Trade Center y el Pentágono en el momento del ataque”.
  
Sin embargo, cuando George W. Bush pronunció su discurso ante el Congreso el pasado 20 de septiembre afirmó que además de varios miles de norteamericanos, 130 israelíes habían fallecido en el WTC. La implicación lógica de esta afirmación era que Israel compartía en alguna medida el sufrimiento de los norteamericanos. No obstante, la cifra dada por Bush parecía excesivamente baja. Si había 4.000 israelíes en el WTC y la cifra de muertos era de 130, era difícil de explicar esta tasa tan baja de mortalidad.
 
La sorpresa llegó con un artículo de The New York Times publicado el 22 de septiembre y titulado “Officials say Number of Those Still Missing May be Overstated” (Los responsables dicen que el número de los todavía desaparecidos puede haber sido exagerada). El artículo se refería a este tema de la cifra de israelíes muertos en el WTC. Resultó que 129 de los 130 israelíes a los que Bush había “declarado” muertos estaban todavía vivos. En realidad, había fallecido un solo israelí en el WTC. El artículo decía concretamente:
“… el presidente Bush en su alocución al país el pasado jueves por la noche dijo que 130 israelíes habían muerto en los ataques.
    
Sin embargo, el viernes (21 de septiembre) el cónsul general israelí, Alon Pinkas, dijo que las listas de los desaparecidos incluían informes de personas que habían llamado porque, por ejemplo, sus parientes en Nueva York no habían devuelto sus llamadas de teléfono efectuadas desde Israel. Había, de hecho, sólo tres israelíes cuya muerte hubiera sido confirmada: dos en los aviones  [Alona Avraham (30) y Daniel Mark Lewin (31), en los vuelos United Airlines 175 y American Airlines 11, N. del E.] y otro que estaba visitando el WTC por motivo de negocios [Hagai Shefi (31), N. del E.] y que fue identificado y enterrado”. 
   
Muchos analistas (y el sentido común) sugieren que la baja tasa de mortandad indicada por Bush (130) indicaba que muchos israelíes que trabajaban en el WTC habían sido advertidos antes del ataque. Cuando la tasa de muertos se redujo a sólo un israelí, esta hipótesis se convirtió en una certeza absoluta.
  
Un solo muerto entre 4.000 es una imposibilidad estadística. Incluso si el Ministerio de Exteriores israelí y The Jerusalem Post hubieran calculado muy por encima el número de israelíes que trabajaban o se encontraban en el WTC y la cifra más correcta fuera de sólo 1.000, esto no cambia nada. Aun si sólo unos pocos centenares de israelíes hubieran estado trabajando en el lugar en el momento del ataque, el hecho de que se produjera un solo fallecimiento sería algo estadísticamente absurdo. Las únicas posibilidades lógicas son que en el 11 de septiembre tuviera lugar una gran fiesta judía (cosa que no ocurrió), o que muchos israelíes recibieran una advertencia previa de que se iban a producir los atentados.
   
LA ADVERTENCIA A LOS ISRAELÍES
  
La realidad es que sí se ha demostrado que existió una advertencia previa a los israelíes con anterioridad a los ataques.
  
Newsbytes, un servicio de noticias del diario The Washington Post, publicó el pasado 27 de septiembre del 2001 un reportaje de Brian McWilliams titulado: “Instant Messages To Israel Warned of WTC Attack” (Mensajes instantáneos a Israel advirtieron del ataque contra el WTC):
Funcionarios en la firma de mensajería instantánea Odigo confirmaron hoy que dos empleados recibieron mensajes de texto advirtiendo de un ataque al World Trade Center dos horas antes que los terroristas estrellaran los aviones contra las torres de Nueva York.
 
Citando una investigación pendiente por fuerza de ley, la compañía declinó revelar el contenido exacto del mensaje o identificar al remitente.
 
Pero Alex Diamandis, vicepresidente de ventas y mercadeo, confirmó que trabajadores en la oficina de investigación, desarrollo y ventas internacionales de Odigo en Israel recibieron una advertencia de un usuario de Odigo aproximadamente dos horas antes del primer ataque.
 
Diamandis dijo que el remitente del mensaje instantáneo no era conocido personalmente para los empleados de Odigo. Incluso aunque usualmente la compañía protege la privacidad de los usuarios, los empleados grabaron la dirección IP del emisor del mensaje para facilitar su identificación.
   
Poco después de los ataques terroristas en Nueva York, los empleados de Odigo notificaron a su administrador, quien contactó a los servicios de seguridad israelíes. A su vez, el FBI fue informado de la advertencia por mensaje instsntáneo. Los funcionarios del FBI no estaban inmediatamente disponibles para comentar.
 
El servicio de Odigo incluye una característica llamada Buscador de Personas, que permite a los usuarios buscar y contactar a otros basados en ciertos intereses o demografías. Diamandis dijo que era posible que la advertencia del ataque fue transmitida a otros miembros de Odigo, pero la compañía no ha recibido informes de otros receptores del mensaje.
 
Adicional a la operación de su propio servicio de mensajería por internet, Odigo ha licenciado su tecnología a más de 100 proveedores de servicio, portales, operadores de telefonía móvil y corporaciones, de acuerdo a la compañía.
  
Esto fue confirmado también el 28 de septiembre del 2001 por el periódico israelí Haaretz que publicó un artículo firmado por Yuval Dror titulado: “Odigo Says Workers Were Warned of Attack” (Odigo dice que los trabajadores fueron advertidos del ataque):
Odigo, el servicio de mensajería instantánea, dice que dos de sus trabajadores recibieron mensajes de advertencia dos horas antes del ataque a las Torres Gemelas el 11 de Septiembre, prediciendo que el ataque sucedería, y la compañía ha estado cooperando con las autoridades israelíes y estadounidenses, incluyendo el FBI, tratando de encontrar al remitente original del mensaje prediciendo el ataque.
 
Micha Macover, gerente de la compañía, dijo que dos empleados recibieron los mensajes e inmediatamente después del ataque terrorista informaron a la gerencia de la compañía, que inmediatamente contactó a los servicios de seguridad israelíes, los cuales remitieron al FBI.
 
“No tengo idea de por qué el mensaje fue enviado a estos dos empleados, que no conocen al emisor. Pudo sólo haber sido alguien que estaba bromeando y accidentalmente ellos tuvieron razón. Y no sé si nuestra información fue útil en alguno de los arrestos que ha hecho el FBI”, dijo Macover. Odigo es una compañía basada en Estados Unidos cuyo cuartel general está en Nueva York, con oficinas en Herzliya (Israel).
 
Como servicio de mensajería instantánea, los usuarios de Odigo no están limitados a enviar mensajes solo a personas en sus listas de “amigos", como es el caso de ICQ, la otra reconocida aplicación israelí de mensajería instantánea.
 
Usualmente Odigo protege la privacidad de sus usuarios registrados, dijo Macover, pero en este caso la compañía tomó la iniciativa de proporcionar a los servicios de investigación con la dirección IP originante del mensaje, para que el FBI pueda rastrear al proveedor de servicio de internet, y al emisor actual del mensaje original.
   
Este reportaje, además de mencionar la advertencia previa a Israel, señalaba que el FBI la estaba investigando. Ambos artículos afirmaban que una empresa israelí especializada en el envío de mensajes instantáneos, Odigo, con oficinas en el WTC de Nueva York y en Israel, recibió una serie de advertencias dos horas antes de los atentados.

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