Noticias tomadas de diversas fuentes.
1º. MEDIO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ITALIANA DEFIENDE PELÍCULA PEDÓFILA “Cuties”.
Avvenire es el sitio informativo de la Conferencia Episcopal Italiana, fundado en Milán en 1968. Su crítico de televisión y cine Andrea Faggioli vio adecuado escribir una apología a la película pedófila “Cuties”, en respuesta a que fueran recogidas más de 600.000 firmas contra su emisión por la cadena Netflix, y que las desuscripciones han aumentando en las últimas semanas (negrillas propias del original):
EL BOICOT: Cuties ES UN FILM DURO, PERO EDUCATIVOLos espectadores que están indignados con Netflix lanzando una campaña de sabotaje contra la plataforma online por el filme Mignonnes, conocido con el título internacional Cuties, o no la han visto o se han limitado solo al afiche. De otro modo no la han entendido o la han visto con ojos equivocados. El filme de la directora franco-senegalesa Maïmouna Doucouré no gira en torno a una «escandalosa sexualización de adolescentes» ni obviamente «incentiva la pedofilia», como en cambio han escrito algunos entre los 600 mil firmantes de una petición contra el coloso de la distribución de películas y series de televisión vía internet. Sin embargo, como ha revelado el domingo Massimo Calvi en un comentario en ‘Avvenire’, la sospecha es que la obra fuera promovida por Netflix precisamente jugando ambiguamente sobre algunos contenidos específicos. Cuties es de hecho un film duro, muy duro. Es uno basado en una realidad, aquella de las chicas de 11–12 años dr las cuales a veces ni los padres se dan cuenta, o no quieren darse cuenta. Una reflexión insertada en un contexto mucho más complejo a través de la historia de Amy, chica de 11 años originaria del Senegal, que vive con la madre, la tía y el hermano en un suburbio de París esperando el retorno de su padre que, emtre tanto, se hizo polígamo al casarse con otra mujer.Amy presencia los sufrimientos de su madre y sufre ella misma la ausencia del padre y por laa rígidas reglas impuestas por la religión islámica y por las tradiciones familiares. Tiene dificultades para integrarse en el ambiente escolar y en relacionarse con sus coetáneas, hasta que se hace amiga de Angélica, una vecina, que hace parte de un grupo de baile moderno formado por cuatro chavalas. Amy se convertirá en líder presionando al grupo hacia una danza siempre más audaz. Y en esto radica el punto controvertido porque la directora no fuerza para nada la mano sobre el aspecto sensual, sino que busca evidenciar con un cuadro contradictorio, su inocencia, el hecho que son niñas (una es fea, una es gorda, una tiene espinillas…) que hacen cosas fuera de su alcance, que no se atreven nunca a llegar a las últimas consecuencias.Hablan, también con lenguaje vulgar, pero después demuestran no saber nada del sexo o de preocuparse si son consideradas equivovadas. Por lo demás Amy se encuentra en medio de dos culturas completamente diferentes, enfrentando presiones fuertemente contrarias en un momento de la vida particularmente complicado como es el paso de la infancia a la adolescencia. Advierte incluso un contraste sobre el ideal de belleza femenil. Para Amy todo lo que hace, sin tener plena conciencia, es una forma de rescate frente a su propia familia, su propia cultura y frente a quien la discrimina a través del racismo o el matoneo. Sin embargo, ella siempre es tremendamente combatida, hasta el bellísimo final en que, con el juego de saltar la cuerda, se descubre por lo que es: una niña todavía.El problema, luego, no son estas chicas que por ciertas cosas crecen demasiado rápido sin tener la madurez suficiente o las necesarias defensas inmunitarias. El problema es el mundo que les hemos creado alrededor, con padres ausentes (todas las chicas tienen a cuestas familias complicadas), con las redes sociales que te empujan a creer existir y ser alguien sólo por el número de me gusta que recibes, con la facilidad con que pueden acceder en internet a formas (en aquel caso sí) de sexualidad equivocada y con el celular que se convierte en el único medio para crear igualdad. Todo esto lo deja claro la directora, incluso si el film no puede presentarse a todos. Pero, si se lee y se presenta correctamente, Cuties puede convertirse en un film educativo.
El problema es que en una de las muchas escenas de baile altamente sexualizadas de esta película, muestran a una bailarina que exhibe completamente su pecho desnudo (lo que por ley constituye pedopornografía ilegal). En otra escena Amy (Fathia Youssouf Abdillahi) observa un video musical de rap donde mujeres desnudas representan actos sexuales heterosexuales y lésbicos a través del baile. Estos actos son imitados por las niñas, mientras la cámara se acerca a sus partes íntimas.
Faggioli calla que las críticas no vienen solamente del círculo religioso o conservador. Por ejemplo, la representante del Estado de Hawái ante la Cámara por el Partido Demócrata Tulsi Gabbard trinó el 11 de Septiembre, día posterior al estreno de la película de marras:
«La pornografía infantil de “Cuties” ciertamente alentará el apetito de los pedófilos y animará el tráfico de niños. 1 de cada 4 víctimas de trata de personas son niños. Le pasó a la hija de 13 años de una amiga. Netflix, ahora eres cómplice».
Y la periodista Alyssa Rosenberg del Washington Post, aunque defiende la cinta, reconoce
«Puedo ver cómo los espectadores pueden ser desalentados por la forma en la que Doucouré (la directora) filma las rutinas de danza, usando acercamientos de los cuerpos de las jóvenes actrices para mostrarnos sus habilidades como bailarinas y hacernos sentir deliberadamente mareados».
Con todo esto, queda claro que sólo hay un tipo de individuos a quienes les puede parecer bueno este tipo de productos: LOS PEDÓFILOS. La Conferencia Episcopal Italiana defiende esta filmación. A buen entendedor…
2º. ARCHIDIÓCESIS DE VIENA PROMOCIONA INICIAR LOS NIÑOS EN LA INMORALIDAD (Fuente: GLORIA NEWS).
Durante casi tres años, el sitio web Familienallianz.net ha estado luchando contra la arquidiócesis de Viena a causa de materiales de enseñanza basados en la pederasta “Pedagogía de la Diversidad” del activista pedófilo Helmut Kentler.
La arquidiócesis administra sus jardines de infantes y centros de ayuda extraescolar –850 empleados y 6.000 niños– a través de la Fundación San Nicolás, la cual tiene su personal capacitado por la asociación de propaganda homosexualista Selbstlaut.org, que publica, por ejemplo, “materiales de enseñanza” para niños de 6-12 años que describen prácticas sexuales entre niños (NOTA DE MILES CHRISTI: En razón de la modestia, no mostramos la imagen).
De 16 “descripciones de familias” presentadas, solamente dos muestran la familia normal con padre, madre y niños: una familia con ocho niños calificada como “una familia sin control de la natalidad” y una familia con dos niños presentada como “la llamada familia ´normal´ o 'natural'”.
San Nicolás produjo con el sitio web Selbstlaut un “concepto de educación sexual” que es utilizado en las escuelas diocesanas. Este concepto está imbuido con la ideología de género y recomienda “auto-experiencia sexual” para los niños.
La liberal educadora y profesora de educación sexual Karla Etschenberg, a quien el sitio web FamilienAllianz.net le pidió que analizara el concepto, lo clasificó como “peligroso para los niños”.
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