lunes, 7 de septiembre de 2020

OTRO INTENTO CONCILIAR DE CORROMPER LA BIBLIA: PARA ELLOS, LA VIRGEN ERA “MADRE SOLTERA”

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO. Textos bíblicos tomados de la versión española de Mons. Félix Torres Amat.
     
Una vez más, la Iglesia Conciliar está intentando corromper la Biblia: Habiendo alterado el Pater Noster y el Ave María, ahora está tratando de “traducir” la noción que Nuestra Señora era una “madre soltera”, pero incluso la ley judía los desmiente: San José y la Santísima Virgen María estaban casados (“desposados”) antes de la Encarnación.
   
Nuevamente, los herejes conciliares están tratando de cargarse el dogma inyectando herejías en sus pretendidas nuevas “traducciones” de la Biblia para consumo de los ignorantes de los idiomas bíblicos. Este modus operándi se ha tornado común desde que el Anticoncilio Vaticano II (1962-1965) exaltara las lenguas vulgares. Antes de él, muchos católicos estudiaban latín, y algunos incluso griego, así que ellos no eran engañados fácilmente.
  
En la tradicional versión inglesa Douay-Rheims (y la española de Mons. Félix Torres Amat) la palabra “desposada” (en latín desponsáta) es usada para describir el matrimonio de María y José. En la Iglesia conciliar, esta palabra ha sido corrompida a “comprometida”. Así mismo, la declaración mariana «yo no conozco ni jamás conoceré varón alguno» ante el Arcángel Gabriel (San Lucas I, 34) ha sido corrompida en «No tengo esposo». Así, ¿cuáles son los hechos?
  
María y José estaban casados (“desposados”) antes de la Anunciación, cuando ambos habían firmado el contrato matrimonial en la primera de las dos partes de la ceremonia de bodas judía. Para los judíos del siglo I, este era el punto definitivo cuando el hombre y la mujer se convertían en esposo y esposa (“esposos”). El proceso de matrimonio judío ocurre en dos etapas distintas: kidushín (קִידּוּשִׁין‎) y nishuín (נִשּׂוּאִין). Una vez que está completo el kidushín, la mujer es legalmente la esposa del hombre. La relación creada por el kidushín podía ser disuelta solamente por la muerte o el divorcio judío.
   
Porque María y José habían completado el kidushín antes de la Encarnación, estaban casados ante la ley judía. Si José hubiera denunciado públicamente a María, ella habría sido apedreada como adúltera porque estaba casada con José, y el Hijo no era suyo. El nishuín, la segunda parte del proceso de matrimonio judío, cuando el esposo lleva a la esposa a su casa, ocurre después.
  
Esta ceremonia de matrimonio en dos partes es descrita en el Evangelio de San Mateo (I, 18): «Pero el nacimiento de Cristo fue de esta manera: Estando desposada su madre María con José, sin que antes hubiesen estado juntos, se halló que habia concebido en su seno por obra del Espíritu Santo». Este verso, al declarar que María y José ya estaban desposados en la Encarnación, declara que el kidushín estaba completo. José estaba planeando disolver el matrimonio privadamente cuando el Arcángel se le apareció y le explicó la verdadera situación: «No tengas recelo en recibir a María tu esposa en tu casa; porque lo que se ha engendrado en su vientre, es obra del Espíritu Santo» (San Mateo I, 20). José entonces completó el nishuín al llevar a María su esposa a su casa.
    
Verdaderos Católicos, la lengua latina ha sido usada desde el comienzo de la Iglesia como protección de la doctrina Católica y Apostólica. Cada palabra ha sido perfeccionada y refinada a un significado exacto por los Padres de la Iglesia como el Gran Doctor San Agustín, los teólogos medievales como el Teólogo de la Iglesia Universal Santo Tomás de Aquino, y teólogos posteriores como San Roberto Belarmino y el Papa San Pío X. La exactitud de la lengua latina es una de las principales razones por las que los herejes modernistas que tomaron el Conciliábulo querían apartar el latín. Ellos no pudieron conseguir su apostasía en latín, porque era demasiado ortodoxo como herramienta. Sólo podían “traducir” sus herejías en la lengua vulgar y hacer parecer que sus herejías estaban siendo enseñadas en la Biblia. Es por eso que las “traducciones” de la Biblia desde los 1960’s no pueden ser confiables y deben ser rechazadas en favor de las versiones tradicionales o, mucho mejor todavía, de la Vulgáta Latína, la cual fue declarada por el Concilio dogmático de Trento como libre de error doctrinal, cosa que no se puede decir que lo sea una “traducción” modernista en lengua vulgar.

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