Y TANTA PROPAGANDA QUE LE DABAN LOS COVIDIOTAS…

Traducción del artículo publicado por Gilad Atzmon para su sitio homónimo, vía THE UNZ REVIEW.

  

EL TERCER AISLAMIENTO DE ISRAEL: ESPECTÁCULO DE UN FRACASO

  

“Tus destructores y asoladores saldrán de ti” (Isaías 49, 17).

   

A comienzos de esta semana, The New York Times alabó el experimento israelí de vacunación masiva. “En la prueba más extendida a nivel mundial hasta ahora, Israel ha demostrado que un robusto programa de vacunación contra el coronavirus puede tener un impacto rápido y poderoso, mostrando al mundo una forma plausible de salir de la pandemia. Los casos de Covid-19 y hospitalizaciones bajaron dramáticamente entre las personas que fueron vacunadas con solo unas pocas semanas… los primeros datos sugieren que las vacunas están funcionando casi tan bien en la práctica como lo hicieron en los ensayos clínicos”.

   

Por una razón u otra, los medios israelíes no son tan entusiastas como el NY Times. En el penúltimo día del tercer aislamiento en Israel, la página israelí más leída, Ynet, tenía el siguiente encabezado: Espectáculo de fracaso: El tercer aislamiento comparado con los anterioes.

El artículo develó la desesperanza y la naturaleza doble de la estrategia y política israelíes frente a la COVID. Ynet señala que, a pesar de las promesas sin fundamento hechas por el gobierno y su primer ministro, después de seis semanas de aislamiento la situación no mejora en absoluto. A pesar que Israel lidera el experimento mundial de vacunación masiva, su tasa de transmisión de la COVID está entre las peores del mundo occidental.

    

El artículo de Ynet destaca que “mañana a las 7:00 AM terminará el tercer aislamiento, mes y medio después de su imposición, y los datos de la COVID son mucho peores hoy en comparación con la situación inicial… en el punto de partida del tercer aislamiento a finales de Diciembre, el porcentaje de pruebas positivas fue de 4,9%, el número de pacientes críticos hospitalizados era entonces 949, y el número de casos verificados era 4.010. Antes del endurecimiento de la cuarentena, el 8 de Enero, el promedio de positivos fue 6,6%, el número de pacientes críticos 949, y el número de casos verificados 7.644.

   

En el pico del tercer aislamiento, el porcentaje de casos positivos alcanzó el 10,2%, el número de pacientes gravemente enfermos escaló a 1.203 y la cifra diaria de diagnósticos de COVID llegó a 10.114. Desde entonces, las cifras han bajado solo un poco. El martes, el porcentaje de positivos era 8,9%, el número de pacientes fue 1.101 y el numero de casos verificados fue 7.183. Incluso el número R [Ritmo reproductivo básico, N. del T.], que determina si la epidemia está expandiéndose, ha llegado nuevamente a 1 en días recientes”.

   

Si no se puede ver el vídeo, clic aquí.

    

El número combinado de israelíes vacunados y de aquellos recuperados de la COVID en el pasado deberían haber provisto a Israel con una inmunidad de rebaño relativamente fuerte, lo suficiente como para derrotar al virus o al menos reducir su tasa de reproducción. Pero los hechos en el terreno sugieren todo lo contrario. El porcentaje de transmisión en Israel es más alto que en cualquier otro lugar. De hecho, la problemática correlación entre vacunación masiva y enfermedad sugiere que mientras más vacunas, más casos de COVID encuentras.

   

Como si no fuera suficiente, no más de dos ciudades están castigadas como ‘ciudades verdes de COVID’. Una de estas ciudades es Rahat, una municipalidad beduina palestina donde la campaña de vacunación es generalmente ignorada. Los israelíes también pueden ver que entre las comunidades verdes del COVID, las aldeas y ciudades árabes israelíes están vastamente sobrerrepresentadas. Nuevamente, esto puede tener algo que ver con su desconfianza general hacia la vacuna. En resumen, si aprendimos algo del ‘experimento israelí’ se puede concluir que mientras menos vacunas, más saludable es tu comunidad como un todo.

   

Considerando el hecho validado de que los vacunados han probado ser relativamente inmunes al menos hasta el presente, la única explicación (puedo pensar) para el repunte de los casos, muertes y mutaciones en los estados vacunados masivamente es la horrorosa posibilidad de que los vacunados estén esparciendo actualmente el virus, y especialmente sus mutantes (particularmente la británica). Esta posibilidad debe ser investigada. Está apoyada por los datos establecidos recogidos en países con vacunación masiva, como los Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos de América, Gran Bretaña y Portugal. Poco después de lanzarse una campaña de vacunación masiva, detectamos un agudo aumento exponencial en casos y, trágicamente, le siguen las muertes.

   

La teoría evolucionista que puede llevar a tal escenario es también lejos de ser demasiado complicada: luchando para sobrevivir, el virus muta y entonces ataca a los que están relativamente desprotegidos (los no vacunados). Hace tres semanas, exploré la posibilidad de un conflicto entre los ‘vacunados’ y los ‘no vacunados’. En ese momento, algunos científicos israelíes plantearon la hipótesis de un posible horrible escenario en el cual los vacunados son identificados como propagadores de algunos mutantes letales y son puestos en aislamiento.

   

En Israel, la inteligencia de las FDI (AMAN) [en hebreo אמ״ן‎, abreviatura de אֲגַף המוֹדִיעִין ‎/Agaf haModín, el Directorio de Inteligencia Militar, N. del T.] también maneja una unidad de investigación de la COVID independiente que estima los riesgos impuestos por la situación y evalúa estrategias relevantes. Más temprano hoy, AMAN publicó su advertencia que en las “semanas venideras se espera un agudo aumento en los casos siguiendo al fin del aislamiento y a la rápida propagación del mutante británico”. AMAN remarcó que “más que nunca, se requiere responsabilidad personal y adhesión a las directrices”.

   

   

Con su decisión de hacerse voluntariamente campo de pruebas de Pfizer, los israelíes nos proporcionan algo de entendimiento invaluable sobre la vacuna y los riesgos que involucra una vacunación masiva contra la COVID. Si, por ventura, notamos en las siguientes semanas que la inteligencia de la FDI se equivocó en su predicción y no hay cambio significativo en el número de casos o muertes, podemos ser capaces de concluir que no es el distanciamiento social el que propaga la enfermedad (en su estado actual) sino probablemente la vacuna misma. Si la morbilidad es reducida y el número de casos disminuye, podemos incluso ser capaces de mirar la posibilidad que actualmente la integración social reduce la transmisión. Si el número de casos aumenta agudamente como predicen las FDI, podemos concluir que la vacuna tuvo muy poco impacto en la inmunidad de rebaño de Israel. De hecho, la campaña fue un espectáculo de fracaso.

   

Ahora se estima que el 50% de israelíes no cree en la vacuna y la razón subyacente. Actualmente los centros de vacunación israelíes están vacíos a pesar de la presión montada por el gobierno y las municipalidades sobre los ciudadanos para que se ‘protejan’ a sí mismos. Muchos israelíes creen que la campaña nacional de vacunación es para servir al objetivo político del primer ministro Netanyáhu: una imagen victoriosa que podría ganarle la siguiente elección y puede salvarlo de sus actuales complicaciones legales.

   

Aquellos que estén familiarizados con la historia judía deberían ser conscientes del rol y prominencia de las narrativas de suicidio colectivo que han formado la historia judía en el pasado. El Antiguo Testamento señala a los hebreos que “tus destructores y asoladores saldrán de ti” (Isaías 49, 17). La mayoría de los judíos tiende a atribuir esta observación divina a los judíos discordantes, pero la historia judía puede sugerir en cambio que son los líderes aceptados por los judíos, tanto políticos, espirituales y religiosos, quienes a menudo conducen a su pueblo a los caminos más desastrosos y trágicos.