Novena compuesta a devoción de Doña Teresa Josefa de Salazar y Morales, y publicada en Madrid por Francisco Javier García, en 1760, con las debidas licencias. El Arzobispo de Burgos, Don Onésimo de Salamanca y Zaldívar, se dignó conceder 80 días de Indulgencia por cada día de la Novena cada vez que se rece, pidiendo por las intenciones generales de la Iglesia. Bajo esta misma condición, el cardenal Luis Alfonso Fernández de Córdoba y Portocarrero Guzmán y Aguilar, Arzobispo de Toledo y Primado de las Españas, y el cardenal Francisco de Solís y Folch de Cardona, Arzobispo de Sevilla, concedieron cada uno 100 días de Indulgencia por el rezo de la Novena.
ADVERTENCIA PARA
EJERCITAR CON PERFECCIÓN ESTA NOVENA.
- La primera advertencia es que esta Novena se podrá hacer en cualquier tiempo del año, o en nueve días continuos; pero el tiempo propio de hacerla es empezando nueve días antes del día de la Santa, que es el 6 de marzo, o dándola principio la Víspera de su Fiesta y continuar los ocho días siguientes.
- La segunda es que esta Novena la podrá hacer cualquiera en su casa delante de alguna Imagen de la Santa.
- La tercera es que la persona que la hubiese de hacer, confiese y comulgue el día que la comienza, si pudiere, y si no, otro dentro de ella.
- La cuarta es que el primer día de la Novena determine quien la hiciere el motivo o fin por qué la hace.
- La quinta y última es que la persona que hace la Novena ofrezca a la Majestad de Dios y en reverencia de su querida Esposa Santa Coleta cada día alguna especial obra de virtud, como limosna, ayuno, oír Misa, &c.
NOVENA DE LA ESCLARECIDA VIRGEN SANTA COLETA, DE LA SERÁFICA RELIGIÓN DE NUESTRO PADRE SAN FRANCISCO Y REFORMADORA DE LA ORDEN DE LAS CLARISAS
Puesta de rodillas la persona que ha de hacer la Novena delante de alguna Imagen o Estampa de la gloriosa Santa Coleta, y si no la tuviere, delante de Cristo nuestro Bien o de su Santísima Madre, con profunda humildad y reverencia se persignará devotamente, y avivando la fe de que está presente Dios, levantará a su Majestad el corazón, y dirá las Oraciones siguientes:
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Dios y Señor mío, aquí se postra el peor y menor de los nacidos, no me atreviera yo a hablaros si no viera que de justicia os debo hablar, adorar y amar. Y así Señor, postrado con el mayor rendimiento delante de tu Majestad Soberana con toda mi alma y corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico a ti, mi Dios, reconozco por mi Criador y Redentor, y creo Señor firmísimamente todos los Misterios de nuestra Santa Fe Católica, en que quiero vivir y morir en ti, mi Dios espero me has de perdonar mis culpas, dar tu gracia y perseverancia en ella. A ti Señor, amo sobre cuanto puede ser amado, por tu bondad y misericordia infinita. Doyte Señor, infinitas gracias por tantos y tan singulares beneficios como me has hecho, me haces y me estás haciendo siempre, confesando al mismo tiempo mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, y de todos me arrepiento, y te pido humildemente me perdones. Pésame, Señor, de todo corazón de haberos ofendido: diera la vida, y la daré por no volver a ofenderos. En el alma me pesa, Señor, de haberos agraviado, porque eres mi Dios, infinitamente bueno y digno de ser amado. Propongo firmemente, ayudado con vuestra gracia, nunca más pecar, de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, satisfacer por mis culpas, y procurar en todo agradaros y serviros. Perdonadme Señor, para que con alma limpia y pura os alabe, y saque el fin que intento en esta Novena, por la intercesión de vuestra querida Esposa Santa Coleta, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh Gloriosa Coleta! Amada de Dios por vuestra virginal pureza: con humilde y devoto corazón llego hoy a vuestra presencia, y confiado te suplico y ruego seáis mi intercesora y Abogada para con Dios, a fin de que, por tus grandes virtudes y merecimientos, me alcancéis de su bondad infinita lo que tanto solicito y Vos, Santa mía, no ignoráis. Grande es, amada Coleta, la confianza que en ti tengo, creyendo que vuestro Amantísimo Esposo no se negará a mi influencia si Vos, Santa mía, fuéreis patrocinadora de estas súplicas y a medida de lo mucho que os honro en esta mortal vida, en todo género de virtudes y prodigios, será en el Trono de la Misericordia poderoso vuestro amparo, oída vuestra suplica y dichoso vuestro cordial devoto. Por eso vivo seguro, Madre mía Coleta, de que rogando Vos por mí, espero ser confolado en mi trabajo. Óyeme pues, piadosa Santa ,y rogad a Dios por mí, llegad al Trono de su Santísima Trinidad, representando mi aflicción, y pedid que tenga misericordia de mí. ¡Oh clementísima Santa! Oye mi oración, alcánzame lo que pido y propón mi necesidad, que te encomiendo de lo más profundo de mi corazón, y ruego te acuerdes piadosamente de ella. Hablad a vuestro Esposo y decidle: «Amadísimo Jesús, apiadaos de este humilde esclavo vuestro, y concededle lo que tan fielmente licita. Escuchadle, por la mucha confianza que en ti tiene puesta, sin permitir que vaya desconsolado». Amén.
Aquí se rezarán tres Padre nuestros, Aves Marías y Glorias, en reverencia a la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
DÍA PRIMERO – 25 DE FEBRERO (26 en año bisexto)
¡Oh Benignísima Coleta! Esposa humilde de Cristo en ti resplandeció en grado eminente la virtud de la humildad, fundamento de toda santidad, hermosura de todas las virtudes, guía única, sin la cual toda otra virtud padece naufragio. Aniquilaste, Santa mía, la nobleza de tu espíritu en la presencia de Dios, reconociendo su supremo dominio y grandeza; y con este conocimiento tanto te abatías, que solo deseabas y querías que todos cuantos te trataban y veían te depreciasen como a la más vil y mayor pecadora de las criaturas. Alcanzadme de vuestro Divino Esposo un conocimiento verdadero de mi propia bajeza, y que no desee otra cosa que de todos ser despreciado y olvidado por amor de Dios, para que así mortificadas las pasiones del propio amor, no me arrastren a la perdición; y si es para mayor gloria de Dios y bien de mi alma, alcanzadme del Señor lo que en esta Novena humildemente os suplico. Amén.
Aquí, sin palabras, y con afecto del alma, pedirá a la Santa la merced que desea alcanzar.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh Santísima Coleta! Grande en los dones de naturaleza, grande en los de la Gracia, grande en los dones de la sabiduría y grande en la piedad de los hombres. Salud de los enfermos, Guía de los caminantes, Gozo de los afligidos, Oráculo en las dudas de las más convenientes determinaciones, Proveedora de los necesitados: Pacificadora de las personas enemistadas, Consoladora de nuestras melancolías y tristezas y Protectora de los castos. ¡Oh Soberana Coleta!, cual es tu grandeza, tal sea tu piedad conmigo. Yo, pobre pecador, tengo confianza grandísima en vuestros méritos y seguro amparo, sabiendo que nada de cuanto pido y me conviene os negará vuestro Esposo Jesús. Y pues al presente me hallo con singular anhelo y grave necesidad, he propuesto implorar eficazmente vuestro patrocinio para alcanzar por este medio de la Divina Misericordia el consuelo que deseo, siendo el único fin, Santa mía, en lo que os pido, la mayor gloria de Dios y el más exacto cumplimiento de mi estado y salvación de mi alma. Escuchad, Dulcísimo Jesús, mis ruegos por los altísimos méritos de vuestra gran Sierva Coleta, para que después de esta Novena cante dulcemente el haber logrado lo que en ella fervorosamente he pedido. Amén.
Antífona (del Oficio propio de Santa Coleta): Alábete en los Cielos todo el ejército celestial, alábete siempre el hombre mortal unido a todas las criaturas: exaltada seas por Cristo ante la Divina Trinidad en el Reino de los Cielos, dándote el premio de la recompensa eterna. Ahora que estás reinando, ruega por nosotros, moribundos, que te rendimos tan preciosa alabanza.
℣. La gracia fue difundida en tus labios.
℟. Porque Dios te bendijo eternamente.
ORACIÓN
Oh Señor Jesucristo, que te dignaste adornar a tu esposa la Bienaventurada Santa Coleta con innumerables dones celestiales, suplicámoste nos concedas que merezcamos reformarnos interiormente con el mismo espíritu con que restituyó a su primitiva pureza la Regla Seráfica. Tú que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
Si hubiere lugar, se podrá decir la Letanía de los Santos, o la de Nuestra Señora, por ser esta una devoción con que Santa Coleta se veía libre en todos los aprietos que se halló.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO – 27 DE FEBRERO (26 en año bisexto)
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
¡Oh Prodigiosísima Coleta! Castillo inexpugnable de paciencia, en quien ni las más fuertes olas de la persecución pudieron abrir brecha en vuestra paciencia invencible: padeciste, Santa mía, grandes desolaciones de espíritu, en cuya comparación todo otro trabajo apenas merece el nombre de trabajo, sufriste crueles persecuciones de los demonios, toleraste la envidia de los hombres, que intentaron poner manchas en vuestra gloriosa fama con tanto esfuerzo, que no perdonaron medio alguno que pudiese conducir a sus depravados intentos; pero todo esto tolerarte, Santa mía, con tan caritativo y magnánimo corazón, que siempre volvías bienes por males, beneficios por agravios. Hoy, Santa mía, se halla este pobre siervo vuestro acosado de muchos modos de trabajos, así interiores como exteriores, los que no ignoráis, Madre mía Coleta, por lo cual os suplico solicitéis mi alivio y si conviniere que así padezca, alcanzadme de su Majestad la paciencia y tolerancia que necesito para tan cruel guerra; y si fuere para gloria de Dios y bien de mi alma, alcanzadme del Señor lo que os pido en esta Novena. Amén.
Pedir la merced que se desea alcanzar. Las Oraciones y la Letanía se rezarán todos los días.
DÍA TERCERO – 27 DE FEBRERO (28 en año bisexto)
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
¡Oh Compasiva Coleta! Fue en ti tanta la misericordia, que tuvo en tu corazón generoso su trono, y como en su centro, su descanso. Ninguna cosa nos asimila tanto a Dios como el ser misericordioso, por ser esta virtud muy propia de Dios. Con este conocimiento sin duda copiarte en tu corazón, Santa mía, esta virtud, y la ejercitaste desde el primer día que rayó en tu alma la luz de la razón, con tanto primor, que hasta tus mayores adversarios están publicando tus favores; y si estos lograron la dicha de ser oídos en sus necesidades, ¿cómo podrás permitir, Santa mía, que vuestro Devoto esté tanto tiempo sumergido en el mar de tantas miserias y enfermedades? ¿Cómo no oirás su llanto? ¿Cómo no te compadecerás de sus trabajos? ¡Oh Santa Coleta! Si por no saber corresponder a los muchos beneficios del Altísimo me han sido dados tantos trabajos, os suplico que alumbréis mi entendimiento para conocer el error, y procurar la enmienda de todo: así prometo ejecutarlo; pero para este logro es necesario algún alivio en los trabajos, el que os suplico, amantísima Santa, de lo íntimo de mi corazón, y con especialidad lo que al presente os pido en esta Novena, si fuere para la mayor gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.
Pedir la merced que se desea alcanzar. Las Oraciones y la Letanía se rezarán todos los días.
DÍA CUARTO – 28 DE FEBRERO (29 en año bisexto)
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
¡Oh Prudentísima Coleta! Maestra de Obediencia: cuán perfectamente supiste cumplir con esta tan dificultosa virtud; pues no pocas veces suele el amor propio introducir propios dictámenes con que se vician las demás virtudes. Mirabas a la propia voluntad como a capital enemigo de la perfección, y conociendo en su libre albedrío el peligro, la tuviste siempre cautiva en la fortaleza de la Obediencia. Sacaste de la escuela de la Oración primorosos afectos de ser perfecta obediente, no solo de obra y de voluntad, sino también de entendimiento, sujetando tu juicio a la ajena, y cerrando la puerta a todas las dificultades que podían ofrecer en contrario. Y pues tanto os encumbrareis en esta virtud, haced, Santa mía, que cautivando mi propio juicio al de mis Superiores y Confesores esté siempre rendido a su dictamen, ofreciendo desde ahora comunicar sin reserva alguna todos mis pensamientos, palabras y obras, esperando en todo su dictamen. Y si es para gloria de Dios y bien de mi alma, alcanzadme del Señor, Santa mía, lo que humildemente os pido en esta Novena. Amén.
Pedir la merced que se desea alcanzar. Las Oraciones y la Letanía se rezarán todos los días.
DÍA QUINTO – 1 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
¡Oh Purísima Coleta! Espejo en quien se miran todos los atribulados contra los armiños de la pureza, Rosa hermosísima entre todas las flores, que si esta no se conserva fresca y hermosa, sino entre las espinas, tampoco la castidad se conserva intacta ni se sustenta sino en la esperanza de vida y mortificación. Dios te crió, Gloriosa Santa, para ejemplo prodigioso de la pureza. Yo os suplico, Santa mía, que, pues el Altísimo os dotó maravillosamente de esta virtud en tan alto grado, que todo vuestro cuerpo respiraba purezas, y fuiste preservada con singular providencia para que ni las sugestiones ni pensamientos pudiesen turbar vuestra candidísima castidad, me alcancéis la luz y fortaleza que necesito para vencer todas las sugestiones, que el adversario me pusiere, y gozar de las delicias de esta virtud en pacifica posesión. Y alcanzadme la gracia de resarcir las injurias hechas contra mi Dios, y lo que os pido en esta Novena, si para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.
Pedir la merced que se desea alcanzar. Las Oraciones y la Letanía se rezarán todos los días.
DÍA SEXTO – 2 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
¡Oh Amantísima Coleta! Tan eficaces son tus ruegos y Oraciones, que parece tienes en tus manos y en tu voluntad todos los remedios juntos. Con un contado de tus dichosos dedos, y formando con ellos la Santa Cruz, resucitas los muertos y curas de todas dolencias, con un «quiero» expeles todas las enfermedades. Prodigiosos e innumerables los milagros que hiciste a favor de tus devotos en todo género de enfermedades y dolencias. Haga el Señor, Santa mía, por vuestros merecimientos, uno con vuestro cordial devoto, aliviándome en los trabajos que continuamente padezco, y especialmente en los interiores, desterrando de mí todo pensamiento vano, toda palabra superflua, y obra que no sea muy conforme a mi estado. Y alcanzadme la gracia de resarcir y compensar el perjuicio de las ingratitudes hechas contra su Divina Majestad, y lo que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.
Pedir la merced que se desea alcanzar. Las Oraciones y la Letanía se rezarán todos los días.
DÍA SÉPTIMO – 3 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
¡Oh Benditísima Coleta! Muy privilegiada fuiste en el ejercicio de la virtud infusa de la Fe, estando siempre obsequiosamente rendida a las verdades católicas, sin proponérsete ni la más leve sombra que contradijese a la luz que de tan infalibles verdades tenías. Tan dichosa fuiste, que jamás el Dragón se atrevió a acometerte con sugestiones de infidelidad: fuiste singularmente favorecida de Dios con altísimas ilustraciones de los más dificultosos y ocultos Misterios de la Fe. Suplícote, Santa mía, me alcances una vivísima Fe de todos los Misterios que nuestra Santa Madre Iglesia tiene definidos, y que no tropiece en ninguno de ellos; y si el enemigo me combatiere contra alguna de estas católicas verdades, me alcancéis del Señor que triunfe contra todas sus astucias, y alcanzadme la gracia de resarcir las injurias hechas contra mi Dios, y lo que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.
Pedir la merced que se desea alcanzar. Las Oraciones y la Letanía se rezarán todos los días.
DÍA OCTAVO – 4 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
¡Oh Excelentísima Coleta! La virtud de la esperanza resplandeció y subió en vuestra persona a lo muy elevado de la Santidad, sin que jamás se desmayasen tus fervorosos alientos en la más dificultosa empresa. Esperabas firmísima la fruición del Sumo Bien; pues teniendo hecho bajísimo concepto de tu fragilidad, teníasle altísimo de la Divina Misericordia, áncoras con que te fortaleciste para no naufragar entre los tempestuosos extremos que vician esta nobilísima virtud. ¿Quién venció tantas dificultades como se ofrecieron en la Reforma, sino tu intrépida esperanza? Grandes fueron, Santa mía, los inconvenientes que se ofrecieron, todo el Infierno se armó contra ti para impedir tus designios, de los hombres padeciste terribles persecuciones y calumnias hasta querer derribar tu honor y fama; pero todas estas calamidades no pudieron acobardar tu firmísima esperanza, confiada siempre en la fuerza de los Divinos auxilios. Las muchas culpas, el poco adelantamiento en las virtudes, la poca resignación en la Divina voluntad, han sido estímulo fuerte con que el demonio ha querido perturbarme muchas veces, a que desfalleciese en el remedio de mi salvación. Conozco, Santa mía, son muy cortas mis fuerzas para la penitencia y así, con firmísima esperanza acudo hoy a ti a las aras de tu piedad, para que compadeciéndote de mi llanto, habite en mí la esperanza de la Divina Misericordia, porque sin esta virtud, es infalible la caída. Alcanzadme la gracia de resarcir las ofensas hechas contra mi Dios, y lo que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.
Pedir la merced que se desea alcanzar. Las Oraciones y la Letanía se rezarán todos los días.
DÍA NOVENO – 5 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
¡Oh Gloriosísima Coleta! Cual Águila generosa te remontaste a la más alta esfera de perfección con alas de amor de Dios y del prójimo. Era en tu corazón piadoso esta virtud del amor fuego activo, que no pudiendo ocultarle en la urna y en el Etna de tu inflamado pecho se derramaba así en palabras como obras, causando amorosos incendios en todos los que te trataban; y pues tuviste en tan alto grado el amor de Jesús y de los prójimos, enciende en mi corazón este divino fuego, para que, con el calor de sus llamas, me emplee con todas mis fuerzas en el servicio de Dios y alivio de mis prójimos, y alcanzadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra Dios, y lo que os pido en esta Novena, si es para gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.
Pedir la merced que se desea alcanzar. Las Oraciones y la Letanía se rezarán todos los días.
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