miércoles, 5 de marzo de 2025

TUCHO REAFIRMA QUE NO ES SOBRENATURAL LA OBRA DE MARÍA VALTORTA


El cardenal Víctor Manuel “Tucho” Fernández Martinelli, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, emitió el pasado 22 de Febrero un comunicado sobre los escritos de la pseudomística María Valtorta Fioravanzi (1897-1961), ratificando la postura sostenida por el Vaticano antes y después del Concilio Ladrón sobre la no sobrenaturalidad de sus “revelaciones”:
DICASTERIO PARA LA DOCTRINA DE LA FE
 
Comunicado
Sobre los escritos de María Valtorta
   
La Santa Sede recibe con frecuencia, tanto de eclesiásticos como de laicos, peticiones de aclaración sobre la posición de la Iglesia con respecto a los escritos de María Valtorta, como la obra El poema del Hombre Dios, hoy conocida con el título El Evangelio como me ha sido revelado, y otras publicaciones.
   
En este sentido, reiteramos que las supuestas “visiones”, “revelaciones” y “comunicaciones” contenidas en los escritos de María Valtorta, o en cualquier caso atribuidas a ellos, no pueden considerarse de origen sobrenatural, sino que deben considerarse simplemente formas literarias de las que la Autora se ha servido para narrar, a su manera, la vida de Jesucristo.
    
En su larga tradición, la Iglesia no acepta como normativos ni los Evangelios apócrifos ni otros textos similares, ya que no les reconoce la inspiración divina, remitiendo a la lectura segura de los Evangelios inspirados.
   
Ciudad del Vaticano, 22 de febrero de 2025
Las dudas que han surgido (principalmente entre los novusorditas, pero también por el respaldo que le dieran en el modernismo la pseudoaparición mariana de Međugorje y, en la Tradición el fallecido obispo Richard Williamson) se deben a que Pablo VI Montini abolió el Índice de Libros Prohibidos el 8 de Febrero de 1966. Índice en el que fue incluida la obra de Valtorta en 1959, cuando el prefecto del entonces Santo Oficio era el cardenal Alfredo Ottaviani (quien había sido designado en el cargo por Pío XII), no menos que por adherir al modernismopor sus afirmaciones heréticas y blasfemas, que son parangonables con la serie protestante “Los Elegidos”.

Por supuesto, no deja de ser sorprendente que un pornógrafo y obsesionado con el sexo como lo es “Tucho” reafirme la no sobrenaturalidad de la obra de Valtorta, que se adscribe a la corriente místico-sensual condenada por el Santo Oficio con la instrucción “Inter mala” de 1927 por el cardenal Rafael Merry de Val (alguien totalmente a las antípodas de “Tucho”). Pero ya sabéis lo que dicen, un reloj dañado da la hora exacta dos veces al día.

2 comentarios:

  1. Los pasajes bíblicos testimoniales de Maria Valtorta, coinciden con otros escritos de Beatas autorizadas por la iglesia católica, como María de Agreda, y Catalina de Emerick, y son muy similares, por lo tanto, en mi opinión personal, creo que no se debería juzgar tan severamente sus escritos. Pienso que los peores enemigos de nuestra iglesia católica con todo respeto, están incrustados dentro de ella, y crean mas desconfianza y enconos.

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    1. En esa misma lógica, no se podría rechazar el Libro de Mormón por sus citas bíblicas insertas en él (de hecho, en el original inglés, las citas de la Versión Rey Jacobo son de mejor calidad y coherencia literaria que la fantasía –o más exactamente, el PLAGIO– de José Smith), nonobstante que no hay continuidad ni coherencia en las distintas versiones del mismo a lo largo de la historia.

      El tema es que, en el entorno valtortiano, hay quienes quieren sustituir la Escritura con las obras de Valtorta (cosa que –hasta donde tenemos noticia– ni el más ferviente seguidor de Emmerick o Ágreda ha llegafo a tanto), cuando la doctrina católica es que la Revelación pública, y a la cual se debe obligatoriamente adherir, concluye con el verso 21 del capítulo 22 del Apocalipsis de San Juan, últino de los libros del Canon de las Sagradas Escrituras reconocido desde el III Concilio de Cartago y ratificado por el Concilio de Trento. Y ya con el hecho de ser incluida su obra en el Índice se muestra que no fue tanta la severidad mostrada por Ottaviani, porque María Valtorta podía incluso incurrir en excomunión por escribirlo si hubiese estado en la época de Miguel Antonio Ghisleri OP –posteriormente San Pío V– o, al menos, del cardenal Merry del Val (dicho sea de paso, comentario similar puede hacerse de la “Divina Misericordia” de Faustina).

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