sábado, 8 de marzo de 2025

PREFACIO DE SAN JUAN DE DIOS

San Juan de Dios (atribuido a Joaquín Gutiérrez; Colección de Arte del Banco de la República de Colombia).

La Orden Hospitalaria, fundada en 1572 siguiendo la espiritualidad y apostolado que iniciara San Juan de Dios en Granada (España), poseía este Prefacio propio para su fiesta y Misas votivas, en el que se describe cómo, ardiendo en el amor de Cristo antes y después de su conversión, ejerció la caridad este santo, tanto en lo material como en lo espiritual (todo lo contrario y a la visconversa de Teresa Calcutense):

LATÍN
Vere dignum et justum est, ǽquum et salutáre, nos Tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus, qui mirábilis in Sanctis tuis, nova per eos in Ecclésia semper instáurans exémpla virtútum, in Beato Patri Nostro Joánne exímium nobis cœléstis Misericórdiæ Tuæ Minístrum tribuísti. Hic enim vere discípulus Unigéniti Fílii Tui Dómini Nostri Jesu Christi, quem pro tótius mundi salúte míttere dignátus es, ómnibus ómnia factus, ad animárum corpórumque médelam in omnes divínæ suæ Caritátis ignem effúdit. Misericórditer esuriéntem áluit, recreávit sitiéntem, coopéruit nudum, hóspitem éxcepit, ministrávit infírmo, deténtem non derelíquit in vinculis, et cunctórum fuit páuperum Adjútor et Parens. Per ipsum pátuit errántibus via, lumen cœcis, periclitántibus levámen, afflíctis solátium, et jugis in sua prole ægrotántibus pietátis hospítium. Et ídeo cum Ángelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cúmque omni milítia cœléstis exércitus, hymnum glóriæ tuæ cánimus sine fine dicéntes: Sanctus…

TRADUCCIÓN
Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios omnipotente y eterno, admirable en tus Santos, que instaurando siempre en la Iglesia ejemplos nuevos de virtudes por su medio, nos concediste en nuestro bienaventurado Padre San Juan un eximio ministro de tu celestial misericordia. Este es el verdadero discípulo de tu Unigénito Hijo Jesucristo nuestro Señor, que te dignaste enviar para la salvación de todo el mundo, haciéndose todo para todos para la curación de las almas no menos que de los cuerpos, extendiendo en todos el fuego de su divina caridad. Él misericordioso alimentó a los hambrientos, recreó a los sedientos, vistió a los desnudos, recibió a los forasteros, sirvió a los enfermos, no abandonó en su cadena a los detenidos, y fue auxilio y padre de todos los pobres. Por él se abrió camino a los que estaban en el error, los ciegos recobraron la luz, fue apoyo a los que estaban en peligro, consuelo a los afligidos y por medio de sus hijos procuró un asilo de perpetua caridad a los enfermos. Y por eso, unidos con los Ángeles y Arcángeles, con los Tronos y las Dominaciones, y con todos los coros de la milicia celestial, cantamos un himno a tu gloria diciendo sin cesar: Santo…

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