martes, 3 de septiembre de 2019

NOVENA AL SANTÍSIMO NOMBRE DE MARÍA

Novena escrita por un sacerdote escolapio, y editada por Juan Gaspar en Barcelona en 1853. Monseñor José Domingo Costa y Borrás, Obispo de Barcelona, aprobó esta Novena y concedió 40 días de Indulgencia por cada día de la novena.
    
BREVE EXPLICACIÓN
Al venerarse a María Santísima bajo la advocación de Nuestra Señora de las Escuelas Pías, debe su origen a que San José de Calasanz, tomo el sacrosanto nombre de María por escudo de armas para su Instituto, eligiendo a la Señora por su Patrona especialísima, y queriendo que tanto los profesores, como los discípulos de su Escuela, honrasen con devoción singular a la Madre de Dios.
  
La Novena puede ser rezada por cualquier persona y en cualquier tiempo. Soliciten la intercesión de San José de Calasanz, que a través de esta Novena se les conceda la petición solicitada, siempre y cuando esté en la Voluntad de Dios.
  
NOVENA AL SANTÍSIMO NOMBRE DE MARÍA, O SEA, NUESTRA SEÑORA DE LAS ESCUELAS PÍAS
 

Arrodillados delante de alguna imagen o estampa de la Santísima Virgen, se dirá:
 
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quién sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.
 
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Oh piadosísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, dignaos admitir estos obsequios que humildemente consagramos a gloria de vuestro Nombre Sacrosanto. Indignos somos que nos escuchéis, mas vuestra piedad no sufrirá el alejarnos de Vos. Vuestro amor nos atrae, vuestra piedad nos convida, y la multitud de gracias que nos habéis dispensado en medio de nuestras iniquidades, nos obliga y empeña a bendecir con todas las ansias de nuestro corazón, las grandezas admirables de vuestra alma y de vuestras perfecciones y prerrogativas inestimables comprometidas en el Nombre Augusto y venerable que recibisteis del Cielo. Sea bendito por toda la eternidad. Alábenle las criaturas todas, del Cielo, de la Tierra y del abismo. Nosotros por todas, le bendecimos y loamos, esperando poder hacerlo eternamente en la Gloria. Amén
  
JACULATORIA (de autoría de San José de Calasanz): A tu amparo y protección, Madre de Dios, acudimos. No desprecies nuestros ruegos, Y de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita, Defiende siempre a tus hijos.

DÍA PRIMERO - 3 DE SEPTIEMBRE
Oh Virgen Madre MARÍA, cuyo santísimo y augusto Nombre, que significa «Mar de gracia» nos descubre, que el Altísimo se complació en Vos desde toda eternidad, y por lo mismo os preservó de la culpa original, en atención a los méritos previstos del Redentor del mundo, que había de nacer de Vos: recibid el sincero parabién que os damos no sólo por esta primera y especialísima gracia, con que fuisteis enriquecida en vuestra Concepción inmaculada, sino también por todos los demás dones, privilegios, prerrogativas y distinciones que la Beatísima Trinidad se dignó reunir en vuestra alma, para que fueseis verdaderamente un mar inmenso de gracias celestiales. Refluya, Madre nuestra, en nosotros ese piélago soberano y alcáncenos vuestra poderosa intercesión auxilios eficaces, con que solicitemos, obtengamos y conservemos la divina gracia, para que asemejándonos en la santidad a Vos, no desmerezcamos el título de hijos vuestros, y después de celebrar en la tierra las glorías de vuestro Nombre, bendigamos en el cielo con Vos al que vive y reina Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Se repite la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Ahora se rezarán cinco Ave Marías con un Gloria en veneración de las cinco letras que componen el sagrado nombre de MARÍA, y se hará en silencio la súplica de la gracia especial que se solicita.
  
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dulcísima y amabilísima Virgen MARÍA, que os dignasteis tomar bajo vuestra soberana protección el benéfico Instituto de las Escuelas Pías, y honrarle y defenderle con el escudo de vuestro Nombre Sacrosanto; vednos aquí, Señora, y Madre nuestra, que emulando la devoción de vuestro fervoroso y amante siervo San José de Calasanz, nos acogemos también a la sombra saludable de tan Augusto Nombre, confesándole gloria del Cielo, consuelo de los mortales, terror de los Infiernos. Reconoced, ¡oh Virgen bendita!, en nosotros a vuestros hijos, acordándoos que el Unigénito del eterno Padre y también unigénito vuestro no se desdeñó de apellidarnos sus hermanos. Dadnos, os pedimos, una perpetua y devota memoria de vuestro suavísimo Nombre. Sea este como manjar dulcísimo, como sabroso alimento para nuestras almas. Ampárenos en nuestros peligros, en nuestras tribulaciones y angustias, y en la hora de nuestra muerte no pereceremos, si nos hacéis la gracia de que sepamos invocarle devotamente y con fervor. Venga también, oh Madre, sobre nosotros todos cuantos nos hemos congregado para celebrar vuestro venerable Nombre, la bendición divina que alcanzasteis de JESÚS para las Escuelas Pías. Continuad protegiendo esta santa Institución, a sus individuos, discípulos y bienhechores, para bien de la Iglesia y salvación de las almas. Logremos todos por vuestra intercesión una vida penitente, y una muerte santa en el ósculo del Señor. Amén.
  
GOZOS EN HONOR AL SANTÍSIMO NOMBRE DE MARÍA
    
Fuisteis hermosa, MARÍA,
Bello Sol divino la Aurora:
Sednos Madre y Protectora,
Virgen de la Escuela Pía.
    
Arca de setim sois bella,
Labrada con tal modelo,
Que se encierra en ella el cielo,
Según lo anuncia la estrella:
Todos tenemos en ella
Para el cielo norte y guía.
Sednos Madre y Protectora,
Virgen de la Escuela Pía.
     
Una religión fundasteis
Que en la piedad esmerada
Siempre es de Vos auxiliada
Desde que Vos la dotasteis:
A un nuevo José nombrasteis
Por su jefe, Padre y guía.
Sednos Madre y Protectora,
Virgen de la Escuela Pía.
      
Siempre que el rosario os canta
Vuestro escuadrón niño y tierno,
Aterra a todo el Infierno
Y al mismo Demonio espanta,
Al punto al cielo levanta,
Cantando el Ave María.
Sednos Madre y Protectora,
Virgen de la Escuela Pía.
       
En salud y enfermedad,
Virgen Pía os llaman todos,
Pues explicáis de mil modos
Con todos, vuestra piedad:
Halla en su necesidad
Remedio el que en Vos confía.
Sednos Madre y Protectora,
Virgen de la Escuela Pía.
         
Es vuestro auxilio implorado
Medicina a cualquier mal:
No hay accidente fatal
Que Vos no hayáis remediado:
Todo enfermo desahuciado
Halla en Vos la mejoría.
Sednos Madre y Protectora,
Virgen de la Escuela Pía.
         
Fuisteis hermosa, MARÍA,
Bello Sol divino la Aurora:
Sednos Madre y Protectora,
Virgen de la Escuela Pía.
     
℣. Bendito sea el Sacratísimo Nombre de María.
℞. Desde ahora y para siempre.
    
ORACIÓN
Suplicámoste, oh Dios omnipotente, hagas que tus fieles, que se glorían del Nombre y de la protección de la Santísima Virgen María, por su piadosa intercesión, sean librados de todos los males de la tierra y merezcan llegar a los gozos eternos en los cielos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
     
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Inmaculada Concepción de María Santísima, Madre de Dios y Señora nuestra, concebida sin pecado original en el primer instante de su ser. Amén.
  
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
DÍA SEGUNDO - 4 DE SEPTIEMBRE
Por la señal...
Acto de Contrición, Oración preparatoria y la Jaculatoria.
  
Oh Virgen Madre MARÍA, cuyo Augusto Nombre de «Iluminadora» en su significación nos declara haber sido Vos en vuestro nacimiento la brillante Aurora, que anunció al mundo la próxima llegada del Eterno Sol de Justicia, Cristo JESÚS. Seáis bendita, Oh Madre nuestra, por aquella luminosa claridad, con que comenzasteis desde luego a disipar las tinieblas del mundo, iluminándole con los ejemplos de vuestra vida inocentísima y con los beneficios de vuestra ilimitada misericordia. Dignaos, Señora, iluminar nuestras almas con la memoria de vuestras admirables y puras costumbres, y con los celestiales auxilios que nos alcance vuestra solícita piedad. Vuestros ejemplos sean antorcha que guíe nuestros pasos e ilumine nuestras sendas: vuestra misericordia alumbre los ojos de nuestro corazón, para que no durmamos en la muerte del pecado. Aparezca vuestro Nombre sacrosanto en medio de nuestras últimas agonías, y devotamente pronunciado disipe los temores de nuestras almas, ahuyente de nosotros y nuestras habitaciones a los espíritus infernales, y selle los últimos alientos de nuestra vida opaca que, terminada así felizmente, prosigamos cantando vuestras alabanzas por toda la eternidad. Amén.
  
Se repite la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Rezar cinco Avemarías y un Gloria Patri. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
   
DÍA TERCERO - 5 DE SEPTIEMBRE
Por la señal...
Acto de Contrición, Oración preparatoria y la Jaculatoria.
  
Oh Virgen Madre MARÍA, cuyo Nombre Augusto interpretado «Estrella del Mar» nos demuestra que fuisteis por Dios destinada para guía y consuelo de los mortales, mientras fluctuamos por el turbulento mar de este mundo. Ved, Señora, y ved con ojos compasivos cuán terribles son las olas de molestas tentaciones que nos combaten, cuán formidables los escollos de los malos ejemplos que continuamente se presentan a nuestra vista. Y nosotros, débiles, zozobramos a cada paso y perdemos el rumbo de nuestra patria.
  
El cielo se nos oculta, y el abismo se abre bajo nuestros pies, porque pecamos, y después que pecamos, somos acometidos de la desconfianza y de la desesperación. ¡Oh, cuantas veces, Virgen santa, si no hubiera sido por Vos, habríamos desconfiado de la divina misericordia! Bendita seáis, Madre piadosísima, que cual Estrella del mar habéis aparecido en nuestros corazones turbados con la memoria de nuestras culpas, y habéis restituido a nuestras almas la calma y la serenidad. No os ocultéis jamás a nuestra vista, no permitáis que nuestro corazón os olvide, o deje de invocaros con fervorosa confianza. Porque ciertos estamos, ¡oh MARÍA!, que siguiendo vuestra dirección no nos extraviamos, y pensando en Vos no erramos: que con vuestra ayuda no caemos, y que con vuestra protección, nada tenemos que temer; que si Vos nos guiais, no nos fatigamos, y si nos sois propicia arribaremos con felicidad al puerto de la bienaventuranza, donde por siempre cantaremos las glorias de vuestro Nombre. Amén.
  
Se repite la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Rezar cinco Avemarías y un Gloria Patri. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
   
DÍA CUARTO - 6 DE SEPTIEMBRE
Por la señal...
Acto de Contrición, Oración preparatoria y la Jaculatoria.
  
Oh Virgen Madre MARÍA, cuyo venerable Nombre significando «Señora» nos recuerda el dominio que ejercéis sobre las celestiales, terrenas e infernales criaturas. Grande admiración, ¡oh Madre!, consuelo y alegría nos causa el contemplaros Señora universal. Sois Señora de los Ángeles, y ante Vos, humana criatura, se postran reverentes los soberanos espíritus, que muchos siglos antes de que Vos nacieseis, solo se postraron ante el supremo Creador. Pero vuestra santidad casi infinita, y vuestra dignidad de Madre de Dios os ha colocado sobre las celestiales jerarquías. Oh, ¡que grandeza la vuestra, Virgen poderosa! Si os obedecen los Ángeles bienaventurados ¿cuánto de Vos temblarán los espíritus malignos? ¡Y que felicidad para nosotros, que Vos tengáis tal dominio! He aquí, Señora, nuestros ojos se dirigen siempre a vuestras manos. De ellas nos ha venido cuanto bueno poseemos, de ellas esperamos recibir cuanto necesitamos, por ellas queremos ofrecer al Señor cuanto de bueno practiquemos con su gracia. Nuestro corazón suspira por amaros, ansían nuestros labios bendeciros, desea veneraros nuestro espíritu y nuestra alma se complace en suplicaros. Admitid, Señora, nuestros obsequios y ejerciendo vuestro dominio contra los enemigos de nuestras almas, alejadlos de nosotros en la hora de nuestra muerte, para que libres de su tiranía nos gocemos eternamente en vuestra amable servidumbre. Amén.
  
Se repite la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Rezar cinco Avemarías y un Gloria Patri. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
   
DÍA QUINTO - 7 DE SEPTIEMBRE
Por la señal...
Acto de Contrición, Oración preparatoria y la Jaculatoria.
  
Oh Virgen Madre MARÍA, cuyo santo Nombre interpretado «Mirra del mar», nos descubre los frutos admirables de vuestras virtudes perfectísimas. Fuisteis de cierto, Madre nuestra, mirra suavísima y escogida en la presencia del Altísimo. Atraído por su olor, el Rey de la Gloria descendió del seno del eterno Padre a morar en vuestro vientre, y engendrasteis así Vos en el mundo la perla de la inmortalidad. Llena después de amargura en la Pasión de vuestro querido JESÚS, y abrasada en el fuego de la caridad más sublime, exhalasteis una suavidad tan fragante, que embalsamó los cielos y la tierra recreando maravillosamente a sus moradores. La Iglesia se goza aún percibiendo el aroma exquisito de vuestro corazón sacrificado por los pecadores al pie de la Cruz en la cima del Calvario. Oh Madre querida, seamos semejantes a ti los que nos gloriamos de ser hijos vuestros. La memoria de vuestras penas toleradas por nuestro amor, amargue nuestros corazones con la mirra de la compunción y encendidos nuestros pechos en el amor de JESÚS ofendido, destilen esta mirra nuestros ojos en abundantes lagrimas, y destílenla nuestras manos en obras de virtud y penitencia. Seremos entonces buen olor de Jesucristo, y el Señor no rehusará habitar en nuestras almas por su gracia, hasta que logremos con la misma ser coronados de gloria en la feliz eternidad. Amén.
  
Se repite la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Rezar cinco Avemarías y un Gloria Patri. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
   
DÍA SEXTO - 8 DE SEPTIEMBRE
Por la señal...
Acto de Contrición, Oración preparatoria y la Jaculatoria.
  
Oh Virgen Madre MARÍA, que os dignasteis interpretar vuestro sagrado Nombre «Madre de misericordia», a fin de consolar a un siervo vuestro en la hora de su muerte. ¿A quién mejor que a Vos clamaremos nosotros, miserables y desolados, implorando el alivio de nuestros males y miserias? ¿A quien mejor que a Vos, verdadera Madre de misericordia? Oh Madre santa, Madre única, Madre inmaculada, Madre incorrupta, Madre de misericordia, Madre de piedad y de indulgencia, abrid vuestro seno piadoso y recibid en él a los que estamos muertos por la culpa. Hijos pródigos, pero ya arrepentidos clamamos a Vos, y con todas las veras de nuestro corazón llenos de confianza os apellidamos Madre nuestra. Y recordamos ¡oh!, con cuanto agradecimiento, las veces innumerables que nos habéis protegido, defendido y excusado con el divino Padre. ¡Qué fuera ya de nosotros sin vuestra mediación, Madre amantísima! Continuad, Virgen pía, vuestros oficios de maternal misericordia para con nosotros desdichados pecadores. Vos sois nuestro refugio. Vos nuestro consuelo; en Vos está nuestra esperanza durante la vida, y en Vos confiaremos, cuando acercándose el momento de comparecer ante el tribunal de Jesucristo, pida justicia contra nosotros nuestro común enemigo. Haced, oh Madre, que en aquel instante os invoquemos fervorosos y responded piadosa a nuestra invocación; tomad a vuestro cargo nuestra defensa, y aplacado el divino Juez por vuestra intercesión logremos con Vos bendecirle por los siglos de los siglos. Amén.
  
Se repite la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Rezar cinco Avemarías y un Gloria Patri. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
   
DÍA SÉPTIMO - 9 DE SEPTIEMBRE
Por la señal...
Acto de Contrición, Oración preparatoria y la Jaculatoria.
  
Oh Virgen Madre MARÍA, «toda dulzura y toda suavidad», como lo declara vuestro Nombre sacrosanto, ¿Quién podrá dignamente celebrar la dulzura de vuestro trato y la benignidad de vuestra condición? Una sola palabra vuestra llenó de alegría al mundo y regalando dulcemente los oídos del divino Esposo, os hizo al mismo tiempo Esposa suya, Madre de Dios. Saludasteis a vuestra prima Isabel, y apenas vuestra dulce voz resonó en sus oídos, el hijo que llevaba en sus entrañas, dio saltos de gozo y ella misma fue llena del Espíritu Santo. Oigamos, Madre nuestra, también vuestra voz; habladnos, Madre dulcísima, eficazmente al corazón. Ya sabemos, que nos diréis como a los sirvientes de las bodas de Caná: «Haced lo que mi Hijo os diga»: Dadnos, pues, que llegue a los oídos de nuestra alma esta vuestra voz, y dadnos voluntad de cumplirla con prontitud y perfección. Habladnos así mismo, Madre querida, en la hora de nuestra muerte, allí entre los clamores y remordimientos de nuestra conciencia suene vuestra voz en nuestros oídos: cuando en medio de nuestras agonías os digamos: Madre, oigamos de vuestros labios el dulce nombre de hijos, y consolados y reanimados con tal palabra volemos en vuestros brazos a bendecir para siempre vuestro Nombre en las moradas eternas de la gloria. Amén.
  
Se repite la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Rezar cinco Avemarías y un Gloria Patri. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
   
DÍA OCTAVO - 10 DE SEPTIEMBRE
Por la señal...
Acto de Contrición, Oración preparatoria y la Jaculatoria.
  
Oh Virgen Madre MARÍA, cuyo sagrado Nombre nos revela vuestra celestial hermosura. Nosotros, Madre bella, nos complacemos singularmente en contemplaros superior en belleza a todas las criaturas sensibles e insensibles producidas por la sabia mano del Omnipotente. Con indecible gozo de nuestra alma os predicamos hermosa cual la luna en su plenitud y escogida como el sol. Os miramos y admiramos toda linda, toda bella, sin mancha alguna ni sombra de pecado o de ignorancia. Nos congratulamos de tener una Madre que fue siempre objeto de las complacencias del Altísimo; alábenla los astros de la mañana, y cuya hermosura celebran el sol y la luna admirados, con júbilo universal de los hijos de Dios. Oh felicísima, oh bellísima, oh hermosísima sobre todas las hermosuras inferiores al Creador. Cautive, Madre querida, vuestra casta belleza nuestros corazones, y enamorados estos de vuestras gracias singulares, jamás sean presa del amor profano, ni se dejen seducir de la pasajera hermosura de los cuerpos corruptibles. Agrádenos solamente la belleza de la virtud, la hermosura de la gracia, el resplandor de la inocencia, estas bellezas que no pasan con los años, que no se marchitan con la enfermedad, estas bellezas que la muerte perfecciona y eterniza. Amemos, ¡oh MARÍA!, tu belleza celestial, y para poder gozarla conservemos por tu intercesión limpias de toda culpa nuestras almas, a fin de que terminada nuestra carrera mortal, logremos ser eternos admiradores de vuestra belleza en la mansión de los justos. Amén.
  
Se repite la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Rezar cinco Avemarías y un Gloria Patri. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
   
DÍA NOVENO - 11 DE SEPTIEMBRE
Por la señal...
Acto de Contrición, Oración preparatoria y la Jaculatoria.
  
Oh Virgen Madre MARÍA, cuyo sagrado Nombre interpretado por San Juan Crisóstomo: «Gran Milagro», nos revela vuestra suma perfección, y nos enseña a miraros como la criatura predilecta del Altísimo. Así es en verdad, Madre nuestra, con placer indecible lo reconocemos y confesamos. Milagro sois de la gracia que se anticipó a la muerte de Jesucristo para redimiros en virtud suya y librarnos de la culpa original. Milagro sois del divino Espíritu, por cuya soberana operación brillan en Vos juntamente la flor de la Virginidad, y los frutos de la Maternidad, siendo Virgen fecunda y Madre intacta. Milagro sois que al cielo Csombra, contemplándoos criatura y Madre del Creador. Haced, ¡oh Madre!, que la consideración de tanta grandeza vuestra excite en nuestras almas vivos deseos de contemplaros eternamente, y que para conseguir tanta dicha nos resolvamos de una vez a renunciar al pecado y practicar las máximas del Evangelio, cuya fiel y constante observancia nos haga merecedores de gozar de vuestra presencia y bendecir con Vos en el Cielo al que vive y reina Dios por los siglos de los siglos. Amén.
  
Se repite la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Rezar cinco Avemarías y un Gloria Patri. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.

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