Adaptación de la Novena dispuesta por un religioso del Colegio Apostólico de la Santa Cruz de Querétaro (México), y publicada en 1865.
Puesto de rodillas en presencia de alguna Imagen de Cristo crucificado, o de la Santísima Cruz, habiéndote persignado, dirás:
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Te adoro Santa Cruz,
Puesta en el Monte Calvario,
En ti murió mi Jesús,
Para darme eterna luz,
Y librarme del pecado.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, que con tu saludable contacto santificaste el madero de la Cruz, para lavar
con ella y con tu Sangre preciosa las manchas de
mis pecados; me pesa de todo mi corazon de todos
los que contra ti he cometido en mi vida; propongo
una y mil veces la enmienda, y espero en tu piedad
infinita me los has de perdonar, y me propongo la conversión a una vida de gracia.
PRIMERA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todos los nueve
Coros de celestiales espíritus, y doy al Señor con
ellos todas cuantas gracias puedo, porque se dignó
de honrarte, haciendo de ti trono de Su Majestad
Divina para remedio del mundo, crédito de sus milagros y reparo de aquella primera caída, por lo que
seas alabada. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
SEGUNDA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todos los Santos Patriarcas, y doy al Señor con ellos
cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, queriendo que fueses
adorada por las gentes; y lo que es más, de la Reina de los Ángeles con
aquella adoración que solo se debe a su Majestad Santísima, que sea
alabada para siempre. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
TERCERA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todos los Santos Profetas, y doy al Señor
con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, poniendo en
ti el fundamento de la militante Iglesia, adornada de los siete
Sacramentos, y demás misterios que en tu virtud veneramos, porque seas
alabada en los siglos de los siglos. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
CUARTA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todos los Santos Apóstoles, y doy al Señor
con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, haciendo que
en tu virtud se conviertan tantas almas, así de obstinados pecadores,
como de apóstatas y gentiles, que alumbrados de tu luz corrigen sus
errores, confesando una Fe, un Bautismo, una Iglesia, una verdadera Ley y
un Dios y Señor de todo, que sea adorado para siempre. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
QUINTA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todos los Santos Evangelistas, y doy al
Señor con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte,
haciendo que en tu virtud se salve tanto sin número de almas, siendo tú
la llave maestra que a todos les franqueas el Paraíso, para gozarse en
la gloria, cantando a Dios alabanzas por toda la eternidad. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
SEXTA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todos los Santos Mártires, y doy al Señor con
ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, queriendo que en
tu invención milagrosa se halle el más precioso tesoro que venera
nuestra Fe, suscitando en él sus antiguas maravillas con destrucción de
los ídolos, confusión de los gentiles y herejes, y crédito de su loable Providencia, que sea alabada para siempre. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
SÉPTIMA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todos los Santos Confesores, y doy al Señor
con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, obrando en tu
virtud admirable triunfo que en las Navas de Tolosa hizo cantar a los fieles la victoria
con la vista rubicunda de tu Santísima imagen; y
sobre todo por el triunfo que cónsiguió del demonio, quedando éste
confundido y exaltada la Majestad verdadera, que sea ahora y siempre
venerada en la Santísima Cruz. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
OCTAVA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todas las Santas Vírgenes, y muy en especial
con la primera de ellas, y doy al Señor cuantas gracias puedo, porque
se dignó honrarte permitiendo el que fueses restituida con gloriosa exaltación
al mismo lugar en que antes te habias visto exaltada por el Autor de la vida, con el aplauso que hasta hoy hace venerarte como
preciosa reliquia, llenando el mundo de admiración y milagros, para que
así confesemos lo que debemos a Dios en la Santísima Cruz, que sea
adorada para siempre. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
NOVENA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todos los Justos de la tierra y Cortesanos del Cielo, y
doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó de honrarte proveyendo en tu virtud
los muchos frutos que redundan a la Católica Iglesia, en la expulsión de los
demonios, extirpación de las herejías, dilatación de la Fe, exaltación de su Santísimo Nombre y demás misterios que confesamos a honra y gloria
de Jesús, que en la Cruz y con la Cruz sea alabado eternamente. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Antífona: Oh Cruz Santísima, más resplandeciente que todos los astros y más Santa que los Santos; para el mundo célebre, para los hombres amable, que sola fuiste digna de contener en tu madero todo el rescate del mundo: Dulce Leño, dulces Clavos, dulces penas que toleradas en ti por mi Señor Jesucristo, fueron el remedio nuestro: Salva a todos los Cristianos, que en este día repiten tus alabanzas.
℣. Adorámoste, Cristo, y bendecímoste.
℟. Que por tu Santa Cruz redimiste el mundo y a mí que soy pecador.
ORACIÓN
Oh Cruz Santísima, noble entre todos los árboles frondosos, que hermoseas el Jardín ameno de la militante Iglesia: reino del Padre, Cetro del Hijo, sello del Espíritu Santo; honra y gloria del mismo Crucificado, crédito de las maravillas de Dios, esperanza de los cristianos, vida de los muertos, báculo
de los débiles, guía de los ciegos, consuelo de los
pobres, freno de los ricos, padre de los huérfanos,
defensa de las viudas, descanso de los atribulados,
luz de nuestras ignorancias, pregón de los Profetas,
predicador de los Apóstoles, gloria de los Mártires,
abstinencia de los Monjes, castidad de las Vírgenes,
alegría de los Santos, júbilo de los Sacerdotes, seguridad de los Justos, fundamento de la Iglesia, fortaleza de los flacos, medicina de los enfermos, pan de
los necesitados, fuente de los sedientos, abrigo de
los desnudos, triunfo sobre el demonio, muerte del pecado, raíz y causa de todo bien; oliva frondosa, cedro
escogido de Dios, palma encumbrada en el jardín de la Iglesia, ciprés excelso, trono sagrado del Omnipotente Rey, árbol de la vida, y fuente de la
bienaventuranza: adórote, bendígote, alábote y doy a Dios muchas gracias, poniendo debajo de tus misteriosos brazos la necesidad presente..., con
todas las de la Iglesia, para que por tu virtud se
digne el Señor de remediarlas, si ha de ser para servirle, bien de mi alma, aumento de la virtud y crédito de ti misma, que es lo que yo más deseo; y sobre todo una acertada, feliz y dichosa muerte, y que
por ti me reciba el que por ti se dignó de redimirme, que es mi Señor Jesucristo, que con el Padre y
el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos
de los siglos. Amén.
Tres salves a la Santísima Virgen de los Dolores, y la oración siguiente: Soberana Emperatriz de los Cielos, que al pie de la Santísima Cruz padecisteis tan agudos dolores, y por dignación suprema quedaste constituida madre de todas las criaturas, dígnate, afligidísima Señora, de patrocinar mis peticiones, y socorrer las necesidades de mi alma, que yo te prometo no apartarme ya de la Cruz, y acompañarte siempre en tus dolores, sintiendo tantas penas como ingrato te causé con mis pecados; para que así consiga, con tu amparo, y por el Santo Madero de la Cruz, los frutos de la redención, que en ella obró tu Hijo Jesús. Amén.
ALABADO A LA SANTÍSIMA CRUZ
Alabado sea mil veces
El Santísimo madero
De la Cruz, en quien obró
Jesús el remedio nuestro.
Y la sagrada pasión
De Redentor tan Supremo,
Que siendo Dios por esencia,
Murió por salvar su pueblo.
Y los agudos dolores
De la Reina de los cielos,
Que como piadosa Madre
Le acompañó en los tormentos.
Así sea por los siglos,
Y de los siglos eternos:
Para que así para siempre
La Santa Cruz adoremos.
Amén, oliva preciosa,
Amén, escogido cedro,
Amén, encumbrada palma,
Ciprés de la Iglesia excelso.
Amén, árbol de la vida,
Amén, hasta que en el cielo
Por toda la eternidad
Tus alabanzas cantemos.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Gracias. Precisamente estaba buscando una oración especial para este gran día.
ResponderEliminarUna pregunta. La Cruz de Cristo solo se adora el Viernes Santo o también hoy? Entiendo que el resto de los días solo se venera? Gracias
En las fiestas de la Santa Cruz, donde hay reliquias de la Santa Cruz, se hace ostensión de ellas para la veneración, siguiendo la antigua práctica del Santo Sepulcro (donde nació la liturgia del Viernes Santo).
ResponderEliminarHermosisima salutación y alabanzas. Gracias
ResponderEliminarO CRUX AVE SPES UNICA!
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