Devoción dispuesta por el Doctor Don José María Zelaa e Hidalgo, presbítero secular del Arzobispado de México, a solicitud de una religiosa del convento de Santa Clara de Jesús de Querétaro; reimpreso en Barcelona por la Viuda e Hijos de don Antonio Brusi en 1838. El Ilmo. y Rmo. Sr. D. Fray Damián Martínez de Galinzoga OFM, dignísimo Obispo de Tarazona, por su Decreto de catorce de octubre de 1797, concedió por propia facultad, y por la que tiene de los Ilmos. Sres. Obispos de Puebla y de Oaxaca, ciento veinte días de Indulgencias por cada vez que se rece con la debida devoción este ejercicio, pidiendo en la forma acostumbrada por la paz y concordia, y demás necesidades de nuestra Madre la Iglesia.
DÍA DOCE DE CADA MES, CONSAGRADO A LA GLORIOSA VIRGEN SANTA CLARA DE ASÍS
Puesto
de rodillas delante de alguna Imagen de Santa Clara, se hace la señal
de la cruz, y se comienza con el siguiente Acto de Contrición:
Por la señal ✠ de la santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos líbranos, Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Clementísimo Dios y Señor mío Jesucristo, amorosísimo Redentor de mi alma, yo me postro ante vuestra infinita Majestad y grandeza, como la más vil de todas las criaturas; yo me humillo ante vuestra divina presencia confundido de ver que en vez de emplearme desde la hora en que comencé a conoceros, en vuestro divino servicio, he gastado toda mi vida en vuestras ofensas. A mí me pesa, Dios mío, de haber pecado, me duelo de todo corazón de no haberos amado como Vos lo merecéis, siento en lo más intimo de mi alma el haberos ofendido. ¡Oh Señor! Yo os suplico por vuestras entrañas llenas de misericordia, y por los méritos de vuestra fiel Esposa y mi abogada la gloriosa Santa Clara, que no os acordéis de los yerros e ignorancias de mis pasados años (Delícta juventútis meæ, a ignorántias meas ne memineris, Psal. 24, 7), y me concedáis la gracia de poder llorar mis culpas, de no volver a cometerlas jamás, y de amaros toda mi vida, hasta la muerte, y por toda una eternidad. Amén.
ORACIÓN
Oh gloriosísima Virgen y bienaventurada Santa Clara, abismo de gracias, compendio de prodigios y Esposa singular de Cristo Sacramentado; yo os pido y suplico, que pues merecisteis tantos favores en este mundo de vuestro Esposo JESUS, interpongáis por mí vuestros ruegos, a fin de que su divina Majestad me conceda los bienes que humildemente imploro en este día: haced que sean oídas mis súplicas y peticiones, y que tengan buen éxito mis ruegos: alcanzadme de Dios todos los bienes de alma y cuerpo, y que sea libre por vuestra intercesión, principalmente en este mes, del peso de mis culpas, y de las asechanzas del demonio, para que fortalecido y puro en el espíritu, siga lo restante de mi vida, de modo, que merezca gozar de vuestra amable compañía en las delicias de la gloria. Amén.
Ahora se rezan con la mayor devoción posible tres Padre nuestros y Ave Marías con Gloria Patri, a la gloriosa Santa Clara, y luego esta oración:
Oh flor de las Vírgenes, dulcísima Santa y gloriosa Madre mía Santa Clara, Esposa de Jesucristo, yo os ruego humildemente que recibáis benigna, como obsequio de mi devoción, estos Padre nuestros y Ave Marías, y me alcancéis de vuestro amado Esposo verdadera contrición, entera confesión de mis pecados, y penitencia final en la última hora de mi vida. ¡Oh dulce y purísima Virgen, Esposa escogida, fervorosa amante de Dios!, a vuestro patrocinio me acojo, para que me ayudéis en todas mis necesidades y angustias: válgame vuestro amparo contra todos mis enemigos, y vuestro socorro en la aflicción, vuestro refugio en la tribulación, y vuestra ayuda en todos mis conflictos. ¡Oh patrona, Madre y ahogada mía! Sed para mí muy particular Intercesora en el tribunal de Dios, para que su divina Majestad no me condene según merecen mis pecados; sino que mediante vuestra sagrada intercesión, consiga su gracia, y su amistad. Interponed vuestros ruegos, para que se duela de mí, para que tenga misericordia de los miserables que están en pecado mortal, y para que libre de sus penas a las Almas que padecen en el Purgatorio, para que todos en tu compañía cantemos las misericordias de Dios vivo en la celestial Jerusalén. Amén.
Ahora se reza una Salve, con la siguiente:
DEPRECACIÓN
Bellísima Rosa,
Cándida Azucena,
Fragrante, y hermosa,
Que en tu bello oriente
Cual fiel mariposa,
Al divino amante
Buscaste oficiosa:
Haz que yo te busque
Hoy, y no haga cosa
Con que no le agrade
Como tú su esposa.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurada Clara.
℟. Para que nos hagamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Rogámoste, Señor, que a nosotros tus siervos, que hacemos memoria del natalicio de su bienaventurada Virgen Santa Clara, nos hagas por su intercesión participantes de los gozos eternos, coherederos de tu Unigénito Hijo, que contigo vive y reina los siglos de los siglos. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
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