Oh Príncipe Victorioso, humildísimo guardián de la Iglesia de Dios y de las almas fieles, que con tal caridad y celo tomáis parte en tantos conflictos y ganáis tan grandes victorias sobre el enemigo, por la conservación y protección del honor y la gloria que nosotros todos debemos a Dios; os rogamos acudáis a nuestra asistencia, porque estamos continuamente asediados con tan grandes peligros por nuestros enemigos, la carne, el mundo y el diablo. Y, como fuisteis un líder para el pueblo de Dios durante el desierto, sed también nuestro fiel líder y compañero a lo largo del desierto de este mundo, hasta que nos conduzcáis seguramente hacia la tierra dichosa de los vivientes, en esa Patria bienaventurada de la cual estamos exiliados. Amén.
COMBATIENDO SIN TREGUA EN TODOS LOS FRENTES PARA QUE CRISTO REINE. «VIVAT JESU, AMOR NOSTER, ET MARÍA, SPES NOSTRA!»
domingo, 1 de noviembre de 2020
ORACIÓN DE SAN LUIS GONZAGA A SAN MIGUEL ARCÁNGEL
Oh Príncipe Victorioso, humildísimo guardián de la Iglesia de Dios y de las almas fieles, que con tal caridad y celo tomáis parte en tantos conflictos y ganáis tan grandes victorias sobre el enemigo, por la conservación y protección del honor y la gloria que nosotros todos debemos a Dios; os rogamos acudáis a nuestra asistencia, porque estamos continuamente asediados con tan grandes peligros por nuestros enemigos, la carne, el mundo y el diablo. Y, como fuisteis un líder para el pueblo de Dios durante el desierto, sed también nuestro fiel líder y compañero a lo largo del desierto de este mundo, hasta que nos conduzcáis seguramente hacia la tierra dichosa de los vivientes, en esa Patria bienaventurada de la cual estamos exiliados. Amén.
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