Al tiempo que la Organización Mafiosa de la Salud dirigida por la China comunista en la persona de Tedros Adhanom Ghebrediyabolos (porque no merece ser llamado Ghebreyesus –“Siervo de Jesús”, que es lo que traduce su apellido–) Weldegabir impone el terror a una epidemia inflada, y los gobiernos seglares actúan como estúpidos (como en Argentina, que expedientaron de “amenaza para la salud pública” al remero olímpico Ariel Suárez por salir practicar su deporte en el río Luján, mientras Ginés García González, ministro de sanidad, habilitó los entrenamientos de fútbol) y tiranos (en Lumezzane Pieve de Italia, el prof. Angelo Prontera, rector del Instituto Comprensivo Estatal “Polo Oveste”, dispuso norcoreanamente que el menor que presentara fiebre o sintomatología respiratoria en las premisas escolares sería aislado y entregado a las autoridades sanitarias que no a sus padres –medida reversada tras múltiples protestas, pero justificada en la doctrina del “Estado propietario de los hijos” aplaudida por la exministra de sanidad Beatrice Lorenzin–), la obsecuente Iglesia Conciliar busca reabrir sus servicios al público en el marco de la “Nueva Normalidad” que estos le permiten.
En ese sentido, la tienda de artículos religiosos Cotter, en California, presentó el siguiente catálogo de productos (captura de pantalla provista de TRADITION IN ACTION).
Sin entrar en mayor detalle ni analizar todos los productos (porque sólo están tratando de popularizar más los ya existentes misales de fieles, huchas de limosnas con mando a distancia y cuerdas de bancas), destacamos los siguientes como expresión de la “Iglesia Aséptica de la Neonormalidad”:
- Las “pinzas litúrgicas” (que más parecen pinzas de cejas): una triste imitación serializada de las pinzas usadas en la Edad Media (llegaron a constar entre los utensilios litúrgicos de Aviñón para las Misas pontificales; una variante más larga fue usada por San Carlos Borromeo promovió su uso en la Archidiócesis de Milán durante la plaga de 1576).
- El dispensador de hostias (para la “comunión en la mano”): declinamos comentar, el ridículo es evidente.
- Purificadores descartables: una “alternativa” para quienes el escrúpulo de “comulgar en la mano” los supera (el impotable obispón de San Rafael, Eduardo María Taussig Armelín reprobó mediante el Protocolo del 31 de Julio tal uso por parte del presbítero Ramiro Sáenz –sobrino del jesuita neocón Alfredo Sáenz–, exigiéndole que la “comunión” se debe dar sobre la mano desnuda).
- Copas descartables: la única novedad es que sea descartable. De resto, es de uso habitual en las cenas protestantes.
Con esto en vista, estamos claros que la iglesia deuterovaticana sigue adelante EN LA RIDICULEZ. Pero menos mal que en el Novus Ordo Missæ la transubstanciación NO EXISTE NI TIENE LUGAR.
En la ridiculez y de rodillas a la (((ONU))), así está la secta del CV2.
ResponderEliminarAquí los argumentos más importantes que esgrimir, para DESTROZAR la FARSA ABSOLUTA del Covid-19, que NO existe: https://noticiasoficialesdelimperioceltic.blogspot.com/2020/08/la-falsemia-del-covid-19-al-descubierto.html
O se cree en Cristo o se cree en la ONU (léase, Belial...). Así de sencillo.
El artículo mío, ¡que me lo refuten!, si pueden. Desafío a cualquiera, a cualquier científico, académico, a quien sea, no me importa que sea Neil de Grasse Tyson, Michio Kaku, ¡qué me lo refuten!, a ver si pueden...