¡Señor Jesús, carpintero de Nazareth! Vos que fuisteis un trabajador como yo, sadme a mí y a todos los trabajadores del mundo el privilegio de trabajar como Vos lo hicisteis, de tal modo que cualquier cosa que hagamos sea para provecho de nuestros compañeros y para mayor gloria de Dios. Venga a nuestras fábricas, a nuestras tiendas, a nuestras casas y a nuestras callesvuestro reinado. Dadnos el pan nuestro de cada día, y que lo recibamos sin envidias ni injusticias. Dadnos también a nosotros, trabajadores duramente abrumados por el peso del trabajo, el refrigerio de vuestro amor. Que nunca hagamos nada contra Vos. Enseñadnos vuestro modo de trabajar, a fin de que cuando lo aprendamos y practiquemos, podamos descansar en paz con todos nuestros compañeros de trabajo. Amén.
Cortesía del hno. Pablo Canela.
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