lunes, 18 de octubre de 2021

CHINA, CONTROLANDO DIGITALMENTE A LA POBLACIÓN (Y eso viene)

Tomado de LEGIÓN CATÓLICA.
   
   
China construye un enorme sistema de vigilancia digital. El Estado recopila cantidades gigantescas de datos y los ciudadanos participan voluntariamente pues las ofertas son útiles y quienes respetan las reglas son recompensados. Los críticos describen el sistema de vigilancia digital de China como «el proyecto orwelliano más ambicioso de la historia de la humanidad», porque en el Estado convergen cantidades gigantescas de datos. En el denominado «cerebro» de Shanghái, por ejemplo, las autoridades no pierden nada de vista. En pantallas inmensas, pueden conectarse a cualquiera de casi un millón de cámaras. ¿A quién se le cierran los ojos al volante? ¿Quién tira la basura al lado del cubo o no cumple las restricciones por el coronavirus? «A la gente aquí les tiene que ir bien y deben darse cuenta de que la ciudad es muy segura», dice Sheng Dandan, que participó en el diseño del «cerebro». Según las encuestas, donde Occidente percibe riesgos, la mayoría de los chinos ve beneficios. Si los algoritmos pueden localizar a todos los ciudadanos por su cara, su forma de hablar y hasta su forma de andar, los locos del volante, patanes, estafadores y delincuentes no tienen escapatoria. ¿Y acaso China no ha derrotado al coronavirus también gracias a aplicaciones eficaces? Además es muy cómodo hacer todo desde el teléfono inteligente. El que participa y respeta todas las reglas también obtiene un descuento en línea gracias al sistema de calificación social. La comodidad genera aceptación. Eso hace que los macrodatos sean tan atractivos, no solo en China. Sin duda algunas cosas también serán muy codiciadas por Occidente. Pero ¿de dónde proceden los datos necesarios? ¿A quién le pertenecen? ¿Quién puede usarlos? ¿Cómo debe tratar el mundo occidental con la tecnología china? ¿Cooperar, aún en contra de sus valores? ¿O seguir absteniéndose y aceptar que otros definan las normas?

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