La Iglesia en España posee distintos usos y privilegios en materia litúrgica, en parte concedidos oficialmente por los Papas en recompensa por los servicios prestados en la causa de la Fe, y en parte de origen inmemorial.
https://archive.org/details/decretaauthentic03cath
Con la evangelización llevada a cabo por España en el Nuevo Mundo y las Filipinas, estos usos y privilegios hicieron su arribo también, conservándose varios de ellos en la actualidad:
PRIVILEGIOS
ORNAMENTOS CELESTES PARA LA INMACULADA CONCEPCIÓN
Desde los tiempos de San Ildefonso, España ha sido preclara en la defensa de la Inmaculada Concepción de María Santísima: el Milagro de Empel, los votos inmaculistas (el primero tuvo lugar en Villalpando el 1 de Noviembre de 1466) la proclamación como Patrona mariana de España e Indias por el rey Carlos III, y las instancias presentadas por los Reyes en favor de esta verdad de Fe son pruebas de ello. En respuesta, la Santa Sede le concedió Misas y Oficios propios para este misterio.
Por regla general, para las fiestas de la Santísima Virgen se usan ornamentos blancos (en algunos lugares, se usan ornamentos blancos con galón azul). Pero a España y sus dominios, se les concedió el privilegio de usar ornamentos azul celeste (paraménti cerúlei) en la Fiesta de la Inmaculada Concepción, su Octava y las Misas votivas.
Por supuesto, los ornamentos celestes también fueron concedidos a las Dos Sicilias (Carlos III de España fue también rey de Nápoles), Baviera (para la fiesta de Santa María Patrona de Baviera; existe una casulla en ese color), Portugal (para las fiestas de la Inmaculada y la Asunción), y la orden franciscana (que también defendió la Inmaculada Concepción. A la observancia capuchina se le concedió este privilegio por Decreto del 24 de Mayo de 1940). Alemania también usa ornamentos azules para ciertas fiestas de la Virgen.
Célebre fue el conflicto del arzobispo de Sevilla Jaime de Palafox y Cardona con el cabildo catedralicio, porque él quiso abolir el uso de los ornamentos celestes en la Catedral, así como el uso de la tunicela por los acólitos y el baile de los seises en el triduo de las Cuarenta Horas (de ahí que el obispo de Palafox –que fue amigo y prologuista del hereje Miguel de Molinos, por lo que tuvo que retractarse una vez él fue condenado– fuera conocido como “el hombre de los mil pleitos”. La Sagrada Congregación de Ritos, en Decreto del 21 de Enero de 1690, resolvió «ipse procúret habére meliórem, et secrétam informatiónem» (buscar tener mejor y secreta información) al respecto.
Si bien se desconoce cuál es el documento oficial que otorgó este privilegio (porque no se imprimía junto con los Misales, para evitar que otras diócesis lo pidieran, además que por decreto de 1831, el azul celeste y el amarillo están prohibidos en la Misa y en la exposición con el Santísimo Sacramento), hay dos alusiones a este en el decreto 449 del V Concilio Mexicano de 1896:
«Apud nos, paraméntum cœrúlei colóris adhíberi potest ex Apostólico indúlto in Missis Immaculátæ Conceptiónis Beátæ Maríæ Vírginis in ecclésiis quíbus concéssum ab ordinário fúerit» (Entre nosotros por privilegio apostólico, puede usarse ornamento azul en las Misas de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, en las iglesias que el Ordinario lo haya concedido).
y la Sagrada Congregación de los Ritos se reservó la concesión futura, entre otros, de:
«Paraménta cœrúlei colóris permitténdi in Missa de Festo aut votíva Immaculáta Conceptiónis Beátæ Maríæ Vírginis pro regno Hispánico et regiónibus nunc vel olim eídem subjéctis» (Se permite al reino español y las regiones ahora o una vez sujetas a este el uso de ornamentos celestes en la Misa de la fiesta o votiva de la Inmaculada Concepción de Santa María Virgen). (Acta Sanctæ Sedis de 1903, p. 408).
Con todo, un decreto del 12 de Septiembre de 1901 extendió a la Vigilia de la Inmaculada el uso de ornamentos celestes, no así a las fiestas de la Medalla Milagrosa ni de la Aparición de la Inmaculada Virgen María, según se lee en el decreto del 15 de Febrero de 1902.
Infortunadamente, con el Novus Ordo se extendió en muchas diócesis el abuso de extender el color celeste a cualquier fiesta de la Virgen (e incluso en la Tradición hay quienes incurren en él).
SACERDOTE ASISTENTE CON CAPA PLUVIAL: Cuando el obispo oficia en una Misa pontifical solemne, es asistido además del diácono y el subdiácono, por un sacerdote revestido con sobrepelliz, estola y capa pluvial.
Este derecho también lo tienen lo tienen los provinciales franciscanos y carmelitas en virtud de un privilegio, como también los sacerdotes cantamisa (los que recién ordenados celebran su primera Misa).
Para el caso de España, es de uso inmemorial que cualquier sacerdote tenga un asistente “in festis majóribus, necnon áliis solemnióribus, seu quæ cum pompa intra annum cantátur” (en las fiestas mayores, y otras solemnes, o que durante el año se canten con pompa). Este uso fue confirmado por un decreto de la Sagrada Congregación de Ritos a la diócesis de Urgel en 1883.
Aspérges POR SACERDOTE DISTINTO AL CELEBRANTE: El Papa Gregorio XIII, en el Breve Pastorális Offícii cura del 30 de Diciembre de 1623, concedió que en las Misas conventuales celebradas por el Obispo o un sacerdote constituido en dignidad en catedrales, santuarios y templos mayores, otro sacerdote con sobrepelliz y estola (pero sin capa pluvial) acompañado por dos acólitos puede hacer la aspersión con el agua bendita:
«Cum vero in Ecclésiis et Regiónibus Hispániæ vígeat consuetúdo, quod diébus Paschálibus et Festivitátibus celébret Missam Conventuálem Antístes, vel ália persóna principális, et régula Missális ordínet, quod ómnibus diébus Domínicis infra annum Sacérdos, qui celebráverit Missam Conventuálem, éxeat ante celebratiónem Missæ cum pluviáli, vel cappa, et cum ministris ad incipiéndum in Altári majóri Antíphonam Aspérges, et aspergéndum aquam benedíctam pópulo: concédimus quod Antístes, seu ália persóna principális celébrans Missam Conventuálem, praemíssa facére no teneátur, sed illa facére possit quilíbet álius simplex Sacérdos ejus loco, et quod talis Sacérdos non deférat pluviále, sed albam et stolam, vel superpellíceum et stolam, nec procédat associátus cum minístris, sed solum cum Acólythis» [Porque en las Iglesias y las Regiones de España está vigente la costumbre que en los días pascuales y en las festividades en que el Obispo, u otra persona principal, celebra Misa conventual, y la regla del Misal ordena que en todos los domingos del año el Sacerdote que celebrare Misa conventual, al comenzar la antífona Aspérges, salga del Altar mayor antes de la celebración de la Misa con pluvial, o capa, y con ministros, y asperje al pueblo con agua bendita, concedemos que el Obispo, u otra persona principal celebrante de Misa conventual, no tiene que hacer lo anterior, sino que otro simple Sacerdote puede hacerlo en su lugar, y que tal Sacerdote no porte pluvial, sino alba y estola, o sobrepelliz y estola, ni proceda acompañado con los ministros, sino solo con Acólitos].
INCLUSIÓN DEL SANTO PATRONO EN EL Confíteor: El papa San Pío V en el breve Ad hoc nos Deus unxit concedió a los sacerdotes poder incluirn al santo patrono de la Orden o de la iglesia durante el Confíteor:
«In confessióne quóque per Sacerdótem dicénda nominári possit nomen Patróni Órdinis vel Ecclésiæ» [En la confesión, el Sacerdote puede nombrar el nombre del Patrono de la Orden o de la Iglesia].
Cabe aclarar que esto sólo puede hacerlo el Sacerdote celebrante en la Misa, no el ministro o fuera de la Misa, debiéndose emplear en estos casos la forma general.
INCENSACIÓN POR EL ACÓLITO: Por regla general, el diácono es quien hace la incensación al celebrante, los ministros, y el coro en las Misas solemnes. El privilegio concedido por San Pío V consiste en que un acólito turiferario haga la incensación a los ministros y el coro, quedando el diácono para incensar al celebrante.
LAS MANOS VUELTAS AL ALTAR: El Misal Romano Tradicional, en el título Ritus servándus in celebratióne Missæ, cap. V, núm. 1, dice que cuando el Sacerdote extiende las manos, las palmas deben estar una frente a otra: «ita ut palma únius manus respíciat álteram». En España, en cambio, el sacerdote puede tener las palmas de las manos vueltas hacia el Altar, según concedió San Pío V en su pluricitado Breve: «Sacérdos quóque cum manus elévat exténsas, ambas ad Altáre versas, non autem ad ínvicem oppósitas téneat» (El propio Sacerdote, cuando eleve extendidas las manos, que las tenga ambas vueltas hacia el altar, no opuestas entre sí).
PERORACIÓN “Et fámulos tuos”: En anterior oportunidad, la colecta fue abordada como expresión del Meménto del Rey, que en España era precepto desde los tiempos visigodos:
Et fámulos tuos Papam nostrum N. (Ommititur in Oratio Pro Papa, et in Sede Vacante) et Antístitem nostrum N., Regem nostrum N., Regínam, et Príncipem, cum prole régia [N. de E. El bando isabelino durante las guerras carlistas incluía el nombre de Isabel II y luego pasaba directamente al cum prole régia. Durante la Jefatura de Franco, se remplazó la mención del Rey, la Reina y la familia real, con la frase Ducem nostrun Francíscum; y la Comunión Tradicionalista actualmente dice Regéntem nostrum Syxtum Henrícum, cum prole régia], pópulo sibi comísso, et exércitu suo ab omni adversitáte custódi: pacem et salútem nostris concéde tempóribus: et ab Ecclésia tua cunctam repélle nequitiam: et gentes paganórum et hæreticórum déxteræ tuæ poténtia conterántur: et captívos Christiános, qui in Saracenórum potestáte detinéntur, tua misericórdia liberáre, et fructus terræ dare et conserváre dignéris. (Se termina con el cierre correspondiente a la oración que le antecedió, excepto si esta termina en Qui tecum vivit, en cuyo caso es remplazada por la terminación Per eúmdem).
TRADUCCIÓN (aclarando el sentido en algunos lugares)
Guarda, Señor, de toda adversidad a tus siervos nuestro Papa N. (Omitir si se dice la Oración Pro Papa, y en Sede Vacante), nuestro Obispo N., a nuestro Rey N., a la Reina y al Príncipe, con toda la Familia Real, al pueblo a él encargado y a su ejército: concede paz y salud a nuestros tiempos, y destierra de tu Iglesia toda iniquidad, que sean devastadas con el poder de tu diestra las naciones de paganos y herejes, dígnate librar por tu misericordia a los Cristianos cautivos que están detenidos bajo el poder de los sarracenos, y darnos y conservar los frutos de la tierra.
La colecta nació del decreto promulgado en el Concilio de Mérida en el año 666 (Concilio en el cual por primera vez se designa como Arzobispo al obispo metropolitano), donde estableció que en la Misa se hiciese una colecta por el rey cada vez que saliera en campaña.
Luego de los procesos independentistas en América, las nuevas naciones se consideraron herederas del Patronato, con los derechos y obligaciones que ello implica, lo que llevó también a reclamar para sí el Et fámulos tuos. A modo de ejemplo, en el Registro Oficial de la Provincia de Buenos Aires se publicó una carta del 9 de Abril de 1833 donde el obispo de Buenos Aires, Mariano Medrano y Cabrera, respondiendo al gobernador provincial bonaerense y ministro de Gobierno de la Confederación Argentina Juan Ramón González Balcarce, hizo, entre otras, esta modificación: en lugar de “et Rege nostro N.”, los sacerdotes y obispos argentinos debían decir “et hujus Argentínæ províntiæ moderatóre nostro N.” (Y nuestro gobernador de esta provincia argentina N.) en el Te ígitur, mientras el Papa respondía una solicitud sobre el particular. Y en la Colección de Leyes y Órdenes del Perú hasta 1852, se lee una carta del Consejo de Estado al Ministro de Exteriores y Asuntos Eclesiásticos fechada a 30 de Octubre de 1845, donde el secretario del Consejo de Estado cita que en la Gaceta de Octubre de 1821 se publicó un acuerdo de los obispos en el cual se sustituía la mención del rey por “Pátriam nostram Peruviánam, ejúsque gubernatiónem cum pópulo sibi commísso, et exércitu suo” (nuestra patria peruana, y su gobierno con el pueblo confiado a él, y su ejército). Finalmente, el Papa Gregorio XVI, mediante Decreto del 24 de Abril de 1846, concedió para el clero del Perú que la mención del Rey, la Reina, el Príncipe y la Familia Real fuera sustituida por “Rempúblicam et ejus Gubérnium” (la República y su Gobierno), concesión otorgada también por su sucesor Pío IX al Ecuador el 3 de Septiembre de 1847 y a Chile el 19 de Junio de 1873. En el concordato suscrito con el gobierno de Venezuela el 26 de Julio de 1862, aparece la sustitución del rey por “et Rempúblicam nostram cum Prǽside suo N.” (nuestra República con su Presidente N.).
No fue ese el único cambio: el Decreto que concedió el uso del Et fámulos tuos con la frase “Rempúblicam et ejus Gubérnium” a Chile incluye la supresión del inciso “et captívos Christiános, qui in Saracenórum potestáte detinéntur, tua misericórdia liberáre”, insertado mediante Decreto del 13 de Julio de 1675 a petición de fray Francisco de San Marcos, procurador general de los Mercedarios descalzos, cambio que se adoptó en España mediante decreto del 19 de Agosto de 1902. Los obispos chilenos querían sustituir dicho inciso por “et fidéles Christiános, qui ab inimicórum immanitáte ímpie opprimúntur, tua misericórdia liberáre” (dígnate librar por tu misericordia a los fieles Cristianos que están oprimidos por la impía barbarie de los enemigos), pero la Santa Sede no accedió a ello. Y aun en fecha tan reciente como el 27 de Octubre de 1954, a petición de la Nunciatura en España, el inciso “et gentes paganórum et hæreticórum déxteræ tuæ poténtia conterántur” fue remplazado por “et omnes errántes ad unitátem Ecclésiæ revocáre, et infidéles univérses ad Evangélii lumen perdúcere”.
La peroración Et fámulos tuos también existe en Portugal. El Misal Bracarense, por ejemplo, en su edición de 1558, tenía esta fórmula:
Et fámulos tuos Papam, Regem nostrum, Regínam et Príncipem cum omni prole régia, Antístitemque nostrum, et nos ab omni adversitáte custódi; et pacem tuam nostris concéde tempóribus.
TRADUCCIÓNGuarda, Señor, de toda adversidad a tus siervos el Papa, nuestro Rey, a la Reina y al Príncipe, con toda la Familia Real, a nuestro Obispo y a nosotros; y concede paz y salud a nuestros tiempos.
Con la unificación de Portugal a España en 1580, se usó la fórmula española tanto en el Misal Bracarense como en el Misal Romano, añadiendo las palabras “terra márique” (tierra y mar) luego de “exércitu suo”:
Et fámulos tuos, Papam nostrum N., Antístitem nostrum N., Regem nostrum N., Regínam et Príncipem cum Prole régia, pópulo sibi commisso, et exércitu suo, terra márique ab omni adversitáte custódi: pacem et salútem nostris concéde tempóribus, et ab Ecclésia tua cunctam repélle nequítiam; paganórum et hæreticórum supérbiam déxteræ tuæ virtúte prostérne.TRADUCCIÓNGuarda, Señor, de toda adversidad a tus siervos nuestro Papa N., nuestro Obispo N., a nuestro Rey N., a la Reina y al Príncipe, con toda la Familia Real, al pueblo a él encargado y a su ejército de tierra y mar: concede paz y salud a nuestros tiempos, y destierra de tu Iglesia toda iniquidad, que sean devastadas con el poder de tu diestra las naciones de paganos y herejes, y darnos y conservar los frutos de la tierra.
Que se conservó en el Misal Bracarense de 1924, con una forma monárquica:
Et fámulos tuos, Papam nostrum N., Antístitem nostrum N., Regem nostrum N., Regínam et Príncipem cum Prole régia, pópulo sibi commisso, et exércitu suo, terra márique ab omni adversitáte custódi: pacem et salútem nostris concéde tempóribus, et ab Ecclésia tua cunctam repélle nequítiam; paganórum et hæreticórum supérbiam déxteræ tuæ virtúte prostérne.
y otra para la república establecida tras la revolución del 5 de Octubre de 1910:
Et fámulos tuos, Papam nostrum N., Antístitem nostrum N., Populúmque Lusitánum cum exércitu suo, terra márique ab omni adversitáte custódi: pacem et salútem nostris concéde tempóribus, et ab Ecclésia tua cunctam repélle nequítiam; paganórum et hæreticórum supérbiam déxteræ tuæ virtúte prostérne.
Por supuesto, en las demás diócesis de Portugal se usaba el Rito Romano, y esta peroración también se usaba. La coexistencia de estas dos formas en el Misal Bracarense se explica porque Braga era el foco de la militancia derechista y monárquica en Portugal, y sería el 28 de Mayo de 1926 epicentro del alzamiento que conllevó a la creación de la 2.ª República portuguesa. Seis años después, el primer ministro António de Oliveira Salazar dará un cambio ideológico hacia el Estado Novo, creando un gobierno corporativista (general pero erróneamente considerado fascista).
El 19 de Mayo de 1952, con un decreto de la Sagrada Congregación de Ritos se modificó la peroración en Antístitem vel Patriárcham N. (Lisboa es sede patriarcal desde el 7 de Noviembre de 1716, cuando el Papa Clemente XI expidió la Bula dorada En Suprémo Apostolátus sólio, sobrepasando honoríficamente al arzobispo de Braga, Primado de Portugal), Prǽsidens ac Moderatóres cum pópulo sibi commíso et exércitu suo (Presidente y Moderadores, con el pueblo a él encomendado y su ejército); y el 27 de Noviembre de 1957, la peroración fue simplificada, quedando de la siguiente manera:
Et fámulos tuos Papam nostrum N., Antístitem nostrum N., Reipúblicæ Prǽsidens cum Moderatóribis nostris, ab omni adversitáte custódi. Per Dóminum.
Forma la cual es similar a la colecta “Et fámulos tuos summum Pontíficem N., Regem, Regínam et Príncipem cathólicos cum prole régia et nos ab omni adversitáte custódi. Per Dóminum nostrum”, que se encuentra inscrita en una lápida del convento romano de San Pedro en el Monte de Oro, construido por los Reyes Católicos Fernando e Isabel.
USOS Y COSTUMBRES
ORACIONES PROPIAS PARA LOS ORNAMENTOS: España ha contado con unas oraciones propias para los ornamentos sagrados, provenientes de la Liturgia de San Isidoro (rescatado por el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros) y el Misal Toledano de 1551 (codificado por el cardenal Juan Martínez Silíceo), las cuales pueden ser rezadas en virtud del privilegio concedido por el Papa San Pío V con el Breve Ad hoc Nos Deus unxit del 16 de Diciembre de 1570. Las oraciones y rúbricas en este caso son las siguientes, publicadas en 1772 en un libro titulado Rúbricas Generales de la Misa Gótica-Mozárabe y el Ómnium Offeréntium, de la autoría de Francisco Jacobo Hernández de Viera, capellán mozárabe de Salamanca (La traducción de las oraciones proviene del Devocionario Mozárabe, publicado por Jorge Abad y Pérez, capellán Mozárabe en el Seminario San Ildefonso de Toledo, en 1896):
Cuando el Sacerdote quiera celebrar la Misa, dirigiéndose a la Sacristía, se lavará las manos diciendo:Largíre sénsibus nostris, quǽsumus, Dómine omnípotens Pater: ut sicut extérius inquinamenta mánuum abluúntur, sic per te méntium sordes misericórditer emundéntur: et crescat in nobis augméntum sanctárum virtútum. Per Christum Dominum nostrum (Te suplicamos, Señor y Padre Todopoderoso, que concedas abundante gracia a nuestros sentidos, para que como se lavan exteriormente las manchas de las manos, de la misma manera queden limpias misericorcdiosamente por Ti las inmundicias de nuestras mentes y crezca en nuestras almas el aumento de las virtudes santas. Por Cristo Señor nuestro). Amen.Luego se arrodilla ante los ornamentos, y dice cuatro veces el Ave María, encomendándose desde lo profundo de su corazón a la gloriosa Virgen María, para ofrecer el aceptable misterio a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo; y para tenerla como Medianera y Auxiliadora en este sacrificio. Luego hará la señal de la Cruz sobre sí y sobre cada vestido diciendo:In nómine Patris, ✠ et Fílii, et Spíritus Sancti (En el nombre del Padre, ✠ y del Hijo, y del Espíritu Santo). Amen.Ad Amíctum: ORATIO. Pone, Dómine, gáleam salútis in cápite meo, ad expugnándas et superándas omnes diabólicas fráudes; omniúmque inimicórum meórum sævítiam superándam. Per Christum Dóminum nostrum (Pon, Señor, en mi cabeza el yelmo de la salud para rendir y triunfar de todos los engaños diabólicos, y para vencer la sevicia de todos mis enemigos. Por Cristo Señor nuestro). Amen.Ad albam. ORATIO. Índue me, Dómine, vestiménto salútis ac túnica justítiæ et induménto lætítiæ circúmda semper. Per Christum Dóminum nostrum (Vísteme, Señor, con vestidura de salud y túnica de justicia, y rodéame siempre con manto de alegría. Por Cristo, Señor nuestro). Amen.Ad cíngulum. ORATIO. Præcínge, Dómine, cíngulo fídei et virtúte castitátis lumbos mei corpóris, et extíngue in eis humórem libídinis, et júgiter máneat in me tenor tótius cástitatis. Per Christum Dóminum nostrum (Ciñe, Señor, los lomos de mi cuerpo con cíngulo de fe y con la virtud de la castidad, y apaga en ellos el fuego libidinoso, para que permanezca en mí continuamente el culto de toda castidad. Por Cristo Señor nuestro). Amen.Ad manípulum. ORATIO. Mérear quǽso, Dómine, deportáre manípulum justítiæ et ferre cum patiéntia, et illud cum exultatióne deferéndo, cum tuis Sanctis portiónem accípiam. Per Christum Dóminum nostrum (Merezca yo, te suplico Señor, soportar el manípulo de la justicia y llevarle con paciencia, pues llevándolo con alegría, recibiré la herencia con tus Santos. Por Cristo Señor nuestro). Amen.Ad stolam. ORATIO. Redde mihi, Dómine obsécro, stolam immortalitátis quam perdídi in prævaricatióne primi paréntis; et quia cum hoc ornaménto, quámvis indígnus accedére ad tuum sanctum præsúmo mystério, præsta ut cum éodem lætári mérear in perpétuum. Per Christum Dóminum nostrum (Suplico, Señor, me devuelvas la estola de la inmortalidad, que perdí en la prevaricación del primer padre; y porque con esta vestidura intento acercarme aunque indigno a tu santo Misterio, haz que merezca alegrarme con el mismo por toda la eternidad. Por Cristo Señor nuestro). Amen.Ad casúlam. ORATIO. Jugum tuum, Dómine, suáve est et onus tuum leve: præsta ut sic illud deportáre váleam, ut conséqui possim tuam grátiam. Per Christum Dóminum nostrum (Tu yugo, Señor, es suave y tu carga ligera; haz que de tal manera pueda llevarlo, que pueda conseguir tu gracia. Por Cristo Señor nuestro). Amen.Después que el sacerdote se ha vestido, diga:℞. Pater, peccávi in cœlum et coram te, jam non sum dignus vocári fílius tuus. Fac me sicut unum de mercenáriis tuis. (Padre, pequé contra el cielo y delante de Ti, ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo. Hazme como a uno de tus jornaleros).℣. Quánti mercenárii in domo patris mei abúndant pánibus, ego áutem hic fame péreo; surgam et ibo ad patrem meum et dicam ei (Cuántos jornaleros en la casa de mi padre tienen el pan de sobra, y yo me estoy aquí muriendo de hambre: Me levantaré, e iré a mi padre, y le diré).℞. Fac me sicut unum de mercenáriis tuis. (Hazme como a uno de tus jornaleros).Kýrie, eléison. Christe, eléison. Kýrie, eléison.Pater noster, qui es in cœlis. Sanctificétur nomen tuum. Advéniat regnum tuum. Fiat volúntas tua: sicut in cœlo et in terra. Panem nostrum quotidiánum da nobis hódie. Et dimítte nobis débita nostra: sicut et nos dimittímus debitóribus nostris. Et ne nos indúcas in tentatiónem. Sed líbera nos a malo (Padre nuestro, que estás en los cielos. Santificado sea tu nombre. Venga a nos el tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal).℣. Ab occúltis meis munda me, Dómine (De mis delitos ocultos, límpiame, Señor).℞. Et ab aliénis parce servo tuo (Y de los ajenos perdona a tu siervo).℣. Dómine, exáudi oratiónem meam (Oye, Señor, mi oración).℞. Et clamor meus ad te véniat (Y llegue a ti mi clamor).Orémus.ORATIODeus, qui de indígnis dignos, de peccatóribus justos et de immúndis facis mundos, munda cor meum et corpus meum ab omni sorde et cogitatióne peccáti, et fac me dignum atque strénuum sanctis altáribus tuis minístrum: et præsta, ut in hoc altári ad quod indígnus accedére præsúmo, acceptábiles tibi hóstias ófferam pro peccátis et offensiónibus et innúmeris quotidiánis meis excéssibus, et pro peccátis ómnium vivéntium et defunctórum fidélium et eórum, qui se meis commendavérunt oratiónibus, et per eum tibi meum sit acceptábile votum qui se tibi Deo Patri pro nobis obtúlit in sacrifícium, qui est ómnium ópifex, et solus sine peccáti mácula póntifex: Jesus Christus Fílius tuus Dóminus noster, qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti, Deus, per ómnia sǽcula sæculórum (Oh Dios, que haces indignos dignos, de los pecadores justos, y de los inmundos limpios, purifica mi corazón y mi cuerpo de toda inmundicia y pensamiento de pecado, y hazme ministro digno y diligente para tus santos altares; haz también, que en este altar, al cual aunque indigno intento acercarme, te ofrezca hostias aceptables por mis innumerables pecados y ofensas y excesos de todos los días, y por los pecados de todos los fieles vivos y difuntos, y de aquellos que se encomendaron a mis oraciones, y sea mi voto aceptable por Aquel que se ofreció en sacrificio por nosotros a Ti, Dios Padre, que es el Hacedor de todas las cosas y solo sin mancha de pecado Pontífice, Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo, Dios por los siglos de los siglos sin fin). Amen.
BONETE: Aunque al sombrero que usan los sacerdotes se le llama indistintamente birreta, en España este nombre se le da a los romanos, que son cuadrados con tres crestas planas, mientras que el español, que es circular con cuatro picos salientes, se le llama bonete. A cada grado, le corresponde una decoración de bonete diferente:
- Seminarista, Subdiácono y Diácono: Sin borla, aunque en algunos lugares se usa borla azul para los seminaristas.
- Sacerdote: Borla negra. Los párrocos suelen tener borla morada (en algunos lugares, borla encarnada).
- Canónigo: Borla verde (roja en algunos cabildos).
- Obispo: Bonete y borla morada (aunque por lo general, desde el Concilio Vaticano I, usan la birreta romana, como los cardenales).
Cuando el sacerdote es doctor, la borla corresponde al título que tenga: blanco (teología), encarnado (derecho seglar; combinado con verde en el caso del derecho canónico), o celeste (filosofía). Los prelados menores, aparte de la borla, tienen un ribete bordeado de cordoncillo del mismo color que la borla.
Otra particularidad es que por la borla en el bonete se distinguía al párroco, como se aprecia en esta foto del párroco y coadjutor de Bolívar (Vizcaya) en la década de 1940.
FIADOR: El fiador es un cordón rematado con borlas que se usa para cerrar el alba, la sobrepelliz o el roquete. Mientras en el resto del mundo se cierran estos ornamentos con lazos, en España se cierran con fiador.
USO DE LA TUNICELA POR LOS ACÓLITOS: Por lo menos desde el siglo IX, cuando se reintrodujo en Occidente la Tunicela (túnica de seda estrecha con mangas largas, decoración sobria y sin collarín usada por los subdiáconos en Misas no penitenciales –en cuyo caso usan casullas plegadas, como estableciera San Gregorio Magno–), existe en España la costumbre que los acólitos ceroferarios, cruciferario y turiferario usen tunicela en Misas solemnes y procesiones. Hoy en día, muchas hermandades de Semana Santa tienen acólitos que usan tunicela en las procesiones (rojo, morado o negro para los pasos de Cristo; celeste o blanco para el paso de la Dolorosa), lo que en años recientes ha sido tema de debate entre liturgistas y cofrades, reviviendo la centenaria polémica entre el arzobispo De Palafox y Cardona y el cabildo catedralicio sevillano (que al ser deferida a la Sagrada Congregación de Ritos, varios obispos expresaron que el uso de dalmática por ministros legos o clérigos de órdenes menores –sin que por ello se entienda que se esté suplantando al diácono– era una costumbre. Si bien mediante decreto del 21 de Enero de 1690 la Sagrada Congregación de Ritos resolvió al respecto que los acólitos no debían usar dalmáticas, el hecho que en el siglo XIX hayan grabados de viajeros ilustrando procesiones en que los acólitos lleven dalmática permite concluir que una vez más, “la ley se acata, pero no se cumple”). Es de advertir que en algún momento se llegó a confundir la dalmática con la tunicela (como se llegó a confundir la sobrepelliz con el roquete), como se lee en el inventario de la dotación y ajuar de la fiesta de la Inmaculada de 1656, que en existencia habían «siete dalmáticas de raso azul y blanco con sus cenefas de brocatel para los ceroferarios y turiferarios, con sus albas de ruan y faldones de dicho raso, cíngulos, cordones de seda blanca y azul» (RAMÓN DE LA CAMPA CARDONA, Un ejemplo de patronazgo nobiliario en la catedral de Sevilla: la capilla de la Concepción Grande y Don Gonzalo Núñez de Sepulveda. En El comportamiento de las Catedrales españolas. Del Barroco a los Historicismos, Germán Antonio Ramallo Asensio, coord. Murcia 2003, pp. 425 ss.), cuando son ornamentos totalmente distintos. Quizá la controversia del arzobispo tuvo origen en esta confusión.
El padre Gregorio Martínez de Antoñana CMF en su Manual de Liturgia Sagrada de 1957, es claro en señalar que es legítimo que el turiferario pueda usar tunicela en Corpus, pero cuando es en procesión de penitencia (como es el caso de las procesiones de Semana Santa), la tunicela debe ser morada.
EVANGELIO LEÍDO DESDE EL PÚLPITO: El Evangelio es leído en el lado izquierdo del altar, y el púlpito (donde los hay) es usado para el sermón, que puede ser pronunciado o no por el celebrante (en cuyo caso, debe quitarse la casulla y el manípulo, y ceñirse el bonete).
Muchas iglesias en España y América tienen dos púlpitos: uno para el Evangelio y otro para el sermón (ejemplo, las catedrales de Granada y Lima). Incluso, algunas contaban un tercer púlpito para la Epístola. Este arreglo, que en el resto de Europa había desaparecido a partir del siglo XII (e incluso, el Misal de San Pío V de 1570 preceptúa que en las Misas solemnes, el subdiácono sostiene el evangeliario mientras el diácono lo proclama), fue conservado en España con el breve Ad hoc nos Deus unxit tantas veces mencionado. El que tenga mejor fábrica y/o esté revestido con un paño del color del día, ése es el del sermón.
Arciprestal de Santiago Apostol de Villena (Alicante), antes de 1936. Actualmente sólo quedó el púlpito del sermón.
Este arreglo, que en el resto de Europa había desaparecido a partir del siglo XII (e incluso, el Misal de San Pío V de 1570 preceptúa que en las Misas solemnes, el subdiácono sostiene el evangeliario mientras el diácono lo proclama), fue conservado en España con el breve Ad hoc nos Deus unxit promulgado por San Pío V el 16 de Noviembre de 1570. El que tenga mejor fábrica y/o esté revestido con el color del día, ése es el del sermón.
CUCHARILLA: En España y algunos países de Sudamérica (rara vez en Italia, y en algunos lugares en Alemania e Inglaterra), la cucharilla (en latín cóchlear) se usa para añadir agua al vino en el cáliz. Su uso comenzó en la Edad Media, para evitar que con la vinajera se fuera más agua de lo permisible (qué tan permisible, era de debate: el Concilio de Tribur en el 895, presidido por el arzobispo Hatto I de Maguncia, dispuso una parte de agua por dos de vino; el sínodo de Bresanona de 1318 y el Ordo Románus XV, por su parte, ordenan que sólo sean tres gotas de agua). Un decreto de la Sagrada Congregación de Ritos de fecha 6 de Febrero de 1858 asegura que su uso no está prohibido.
En España (donde se hallaron ejemplares de origen romano-visigodo), la cucharilla solía estar sujeta a una cinta que se termina por la otra punta en una borla o en una medalla; dicha cinta se colocaba sobre el purificador, haciendo colgar la cucharilla por un lado y la borla por el otro. En Alemania y en los países germánicos la cucharilla va sola, por eso se la pone dentro de la copa del cáliz, sobre el purificador que, a causa de ello, debe ser hundido en el centro, hasta el fondo de la copa. En algunos lugares la cucharilla se coloca en la bandeja de las vinajeras.
En todo caso, su uso es el mismo: el sacerdote o el ministro vierte vino de la vinajera en el cáliz; deja la vinajera y con la cucharilla toma un poco de agua de la otra vinajera y la echa en el cáliz mientras dice la oración; tras ello, deja la cucharilla.
AGUAMANIL PARA EL Lavábo: Los sacerdotes en España usan para el lavado de las manos el lavabo con aguamanil. En el resto del mundo católico, esto es usado solo de prelados para arriba, usando los demás la vinajera del agua y un plato de cristal sencillo.
DOBLE CORPORAL: En España, se usaban dos corporales: el corporal propiamente dicho, hecho de lino sencillo; y uno muy almidonado, con bordado y encaje.
PORTAPAZ: El portapaz es un cuadro con una imagen religiosa (los ha habido también con reliquia) que tiene en su parte posterior un asa para sostenerlo. Sirve para dar a los fieles el signo de paz en un modo honesto, religioso y rápido.
Este instrumento parece haber nacido en Inglaterra, puesto que es mencionado en los estatutos del arzobispo de York Walter de Gray en 1248 y los del sínodo diocesano de Exeter en 1287. El cardenal Luis Bona dice que este objeto se difundió por los franciscanos. En España, por el Breve Ad hoc Nos unxit Deus, San Pío V concedió el privilegio que pueda llevar la paz al Coro un Acólito con el portapaz (normalmente lo hace el subdiácono).
El modo de hacerlo un acólito es el siguiente: puesto al cuello un velo humeral del color del Oficio, toma el portapaz con la derecha envuelta en dicho velo y se pone de rodillas detrás del Diácono, el cual, después de haber recibido la paz del Preste y haberla transmitido al Subdiácono, besa el portapaz diciendo: Pax tecum, y el acólito responde: Et cum spiritu tuo. Enseguida va al Coro y lo da a besar empezando por los más dignos, haciéndoles reverencia y diciéndoles Pax tecum al presentárselo.
A los magistrados y personas destacadas se da la paz con el portapaz por el mismo que la recibió del preste, después de que se hubiere dado a los del Coro. Antes de darla a besar lo limpia con el velo y depués de besada hacen ambos inclinación de cabeza.
En las misas cantada y rezada, besado el altar, junta el preste las manos y besa el portapaz que, arrodillado a su derecha, le presenta el ministro, al que dice: Pax tecum, a lo que responde el ministro: Et cum spíritu tuo. Inmediatamente, con el portapaz delante del pecho se dirige a los que han de recibir la paz, sin hacer previa inclinación a ninguno. Al presentar el portapaz dice: Pax tecum, a lo que le responde el que va a besarlo: Et cum spíritu tuo, y ambos se despiden con inclinación de cabeza.
Aunque su uso se ha pasado a olvido en el Novus Ordo, aún se ven de vez en cuando. La muestra, este diácono en Santiago de Compostela.
MUCETA PARA LOS PÁRROCOS, Y MANTELETE CON BOTONES PARA LOS OBISPOS: La muceta es una capa corta usada por los prelados, encima del roquete, o la sotana, simbolizando que ellos son ante todo labradores de la viña del Señor y deben cumplir humildemente su función. Su color indica el rango:
- Canónigo (morada o negra. Algunos canónigos, abades y rectores de basílica usan muceta negra con ribete y botones rojos).
- Arzobispos y Obispos no cardenales, Administradores Apostólicos, Vicarios Apostólicos, Prefectos Apostólicos, Prelados territoriales, Abades territoriales (morada).
- Cardenal (rojo escarlata).
- Papa (granate de seda en verano; terciopelo rojo ribeteado de armiño blanco en invierno; sarga roja durante Misa de difuntos; damasco blanco en Pascua).
En España, los párrocos pueden usar muceta. Salvo disposición particular, la muceta es negra ribeteada de morado (como los Prelados de Honor y los Prelados de Su Santidad).
Por su parte, el mantelete es una vestidura en forma de capa con dos aberturas para sacar los brazos, que llega un palmo más abajo de las rodillas, y se usa sobre el roquete y bajo la muceta. El mantelete es una insignia que significa jurisdicción limitada: cuando un obispo se encontraba en una diócesis que no es la suya o ante el Papa, o era obispo auxiliar, usaba el mantelete. Los protonotarios apostólicos numerarios usaban también mantelete.
El mantelete tiene vueltas de seda. En España, en cambio, tiene botones.
BASTÓN DE MANDO: En conexidad al mantelete, usado por los obispos españoles e hispanoamericanos dentro y fuera de su diócesis hasta inicios del siglo XX (aunque algunos se veían hasta los años 60), la manera de distinguir cuál tenía jurisdicción era el bastón de mando: el que lo tenga, ése es ordinario del lugar.
Los bastones de mando se usaban para los retratos oficiales y en eventos civiles, y tenían un cordón rematado en bellotas de color verde y oro, o morado y oro.





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