lunes, 1 de abril de 2024

BERGOGLIO “PARTE PALITOS” CON LA MAFIA DE SAN GALO


En “El sucesor”, su más reciente libro-entrevista (cero y van…) con el opusino méxico-español Javier Martínez-Brocal Ogayar, corresponsal de ABC en Roma, Francisco Bergoglio reveló que en el cónclave de 2005, el cardenal Joseph Ratzinger era «su candidato».
   
Normalmente, los cardenales juran mantener en secreto so pena de excomunión cuanto acontece durante y después del cónclave:
«Todos y cada uno de nosotros Cardenales electores presentes en esta elección del Sumo Pontífice prometemos, nos obligamos y juramos observar fiel y escrupulosamente todas las prescripciones contenidas en la Constitución Apostólica del Sumo Pontífice Juan Pablo II, Univérsi Domínici Gregis, emanada el 22 de febrero de 1996. Igualmente, prometemos, nos obligamos y juramos que quienquiera de nosotros que, por disposición divina, sea elegido Romano Pontífice, se comprometerá a desempeñar fielmente el “munus petrínum” de Pastor de la Iglesia universal y no dejará de afirmar y defender denodadamente los derechos espirituales y temporales, así como la libertad de la Santa Sede. Sobre todo, prometemos y juramos observar con la máxima fidelidad y con todos, tanto clérigos como laicos, el secreto sobre todo lo relacionado de algún modo con la elección del Romano Pontífice y sobre lo que ocurre en el lugar de la elección concerniente directa o indirectamente al escrutinio; no violar de ningún modo este secreto tanto durante como después de la elección del nuevo Pontífice, a menos que sea dada autorización explícita por el mismo Pontífice; no apoyar o favorecer ninguna interferencia, oposición o cualquier otra forma de intervención con la cual autoridades seculares de cualquier orden o grado, o cualquier grupo de personas o individuos quisieran inmiscuirse en la elección del Romano Pontífice» (Const. Univérsi Domínici Gregis, art. 53),
lo cual no fue óbice para que Bergoglio soltase la sopa: «En ese cónclave –el dato es conocido–, a mí me usaron». Él se justificó diciendo: «Antes de continuar te digo una cosa. Los cardenales juran no revelar lo que sucede en el cónclave, pero los papas tienen licencia para contarlo», y reveló que un grupo de cardenales [la “Mafia de San Galo”] intentó bloquear la elección de Ratzinger poniendo su nombre:
«Sucedió que yo llegué a tener cuarenta de los ciento quince votos en la Capilla Sixtina. Eran suficientes para frenar la candidatura del cardenal Joseph Ratzinger, porque, si me hubieran seguido votando, él no habría podido alcanzar los dos tercios necesarios para ser elegido papa».
Martínez-Brocal pregunta si fue para elegir a Bergoglio, pero él negó, diciendo:
«Esta no fue la idea de quienes estaban detrás de los votos. La maniobra consistió en poner mi nombre, bloquear la elección de Ratzinger y luego negociar un tercer candidato diferente. Me contaron, más tarde, que no querían a un papa “extranjero”.
  
Fue una maniobra en toda regla. La idea era bloquear la elección del cardenal Joseph Ratzinger. Me usaban a mí, pero detrás ya estaban pensando en proponer a otro cardenal. Todavía no estaban de acuerdo sobre quién, pero ya estaban a punto de lanzar un nombre».
Bergoglio detalla las fechas:
«El cónclave empezó el lunes 18 de abril de 2005. La primera votación fue por la tarde. Aquella operación fue en la segunda o tercera votación, el martes 19 por la mañana. Cuando me di cuenta por la tarde, le dije a un cardenal latinoamericano, el colombiano Darío Castrillón: “No embromen con mi candidatura, porque ahora mismo voy a decir que no voy a aceptar, ¿eh? Dejame ahí”. Y allí fue elegido Benedicto.
    
Era el único que en ese momento podía ser Papa. Después de la revolución de Juan Pablo II, que había sido un pontífice dinámico, muy activo, con iniciativa, que viajaba… hacía falta un papa que mantuviera un sano equilibrio, un papa de transición. Y es verdad. Si hubieran elegido a uno como yo, que hace mucho lío, no habría podido hacer nada. En aquel momento, no habría sido posible. Yo salí contento. Benedicto XVI fue un hombre que acompañó el nuevo estilo. Y no le fue fácil, ¿eh? Encontró mucha resistencia dentro del Vaticano».
«Con la elección de Joseph Ratzinger, [el Espíritu Santo] estaba diciendo: Aquí mando yo. No hay espacio para maniobras», concluyó.
  
COMENTARIO: Con estas declaraciones al paparazzo wannabe Martínez-Brocal, se confirman las versiones presentadas en un “diario del cónclave” publicado en 2009 por la revista italiana “Limes”, que da cuenta de las votaciones en el cónclave del 2005:
  1. Primera votación (18 de Abril de 2005, 18:00h)
    • Joseph Alois Ratzinger Tauber/Peintner: 47 votos
    • Jorge Mario Bergoglio Sívori SJ: 10 votos
    • Carlo Maria Martini Maggia SJ: 9 votos
    • Camillo Ruini Rizzoli: 6 votos
    • Angelo Raffaele Sodano Brignolo: 4 votos
    • Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga SDB: 3 votos
    • Dionigi Tettamanzi Ciceri: 2 votos
    • Otros: 34 votos
      
  2. Segunda votación (19 de Abril de 2005, 9:30h)
    • Ratzinger: 65 votos
    • Bergoglio: 35 votos
    • Sodano: 4 votos
    • Tettamanzi: 2 votos
    • Otros: 9 votos
      
  3. Tercera votación (19 de Abril de 2005, 11:00h)
    • Ratzinger: 72 votos
    • Bergoglio: 40 votos
    • Darío de Jesús Castrillón Hoyos: 1 voto
    • Otros: 2 votos
        
  4. Cuarta votación (19 de Abril de 2005, 16:30h).
    • Ratzinger: 84 votos
    • Bergoglio: 26 votos
    • Christoph Schönborn von Doblhoff OP: 1 voto
    • Giacomo Biffi Bossi: 1 voto
    • Bernard Francis Law Stubblefield: 1 voto
    • Otros: 2 votos
En su momento, el cardenal belga Godfried Daneels (él mismo miembro de la Mafia de San Galo y protector del hoy laicizado obispón de Brujas Roger Joseph Vangheluwe) sentenció: «Aún no ha llegado el momento de elegir a un Papa hispanoamericano», dos días después que el colombiano Alfonso López Trujillo disuadiese de a sus símiles de votar por Bergoglio porque no había «ninguna auténtica alternativa a Ratzinger» y por lo irónico que el apoyo a un candidato latinoamericano sea precisamente de los cardenales alemanes y estadounidenses».

La “Mafia de San Galo” fue un grupo conformado por Achille Silvestrini Gambarati (cardenal curial), Carlo Maria Martini Maggia (cardenal arzobispón de Milán), Paul Verschuren SCJ (obispón de Helsinki, Finlandia), Jean-Félix-Albert-Marie Vilnet Lévêque (arzobispón de Lila, Francia), Johann Weber (obispón de Graz-Seckau, Austria), Walter Kasper Bacher (obispón de Rotemburgo-Stuttgart, Alemania –posteriormente cardenal–), Karl Lehmann Waldner (obispón de Maguncia, Alemania –posteriormente cardenal–), Godfried Danneels Stoferis (cardenal arzobispón de Malinas-Bruselas, Bélgica), Adrianus Herman “Ad” van Luyn SDB (obispón de Roterdam, Países Bajos), Cormac Murphy-O’Connor Cuddigan (cardenal arzobispón de Westminster, Inglaterra) y su antecesor George Haliburton Basil Hume Tisserye OSB, Joseph Pierre Aimé Marie Doré PSS (arzobispón de Estrasburgo, Francia), Alois Kothgasser Krisper SDB (obispón de Innsbruck, posteriormente arzobispón de Salzburgo –ambas en Austria–), Sviatoslav Shevchuk Krokis (arzobispón mayor de Kiev-Galicia de la Iglesia Grecocatólica Ucraniana) y José da Cruz Policarpo (patriarca de Lisboa, Portugal), que se reunió anualmente desde 1995 hasta 2006 a instancias de Martini y del obispón de San Galo (Suiza) y ex-secretario general del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (no confundir con la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea) Jakob Andreas Ivo Fürer Braegge. El objetivo del grupo era contrarrestar a Juan Pablo II Wojtyła en sus últimos años, luego obstaculizar a Ratzinger (cuya elección no pudieron evitar en 2005, como se ha visto) y hacer elegir a Bergoglio en 2013.
   
La profusión de libros-entrevistas por parte de Bergoglio aumenta la percepción que él está en “modo despedida”, aparte del hecho que las meditaciones del Vía crucis de este año fueran escritas por él mismo (donde suprime la 9.ª estación “Jesús cae por tercera vez” y añade como 11.ª estación “El grito de abandono de Jesús”), y que Jean-Marie Guénois, corresponsal de Le Figaro Magazine, diera cuenta que so capa de “restauración”, en Santa María la Mayor ya le están preparando la sepultura y en el Vaticano suenan varios nombres:
  • Pietro Parolin Miotti (Secretario de Estado)
  • Matteo Maria Zuppi Fumagalli (Arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana)
  • Péter Erdő Kiss (Arzobispo de Estrigonia-Budapest y Primado de Hungría)
  • Pierbattista Pizzaballa Tadini OFM (Patriarca Latino de Jerusalén)
  • Lars Anders Arborelius Unander OCD (Obispo de Estocolmo)
  • Juan José Omella y Omella (Arzobispo de Barcelona y expresidente de la Conferencia Episcopal Española)
  • José Tolentino Calaça de Mendonça TOSD (Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación)
  • Albert Malcolm Ranjith Patabendige Don Hettiarachchige (Arzobispo de Colombo, expresidente de la Conferencia Episcopal de Sri Lanka y vicepresidente de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia)
  • Charles Maung Bo Tin SDB (Arzobispo de Yangón)
  • Luis Antonio “Chito” Tagle y Gokim (Prefecto del Dicasterio para la Evangelización –antigua Propagánda Fide–)
  • Jean-Marc Noël Aveline (Arzobispo de Marsella)
y una constante: «TODO MENOS UN LATINOAMERICANO, TODO MENOS UN JESUITA».

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