lunes, 15 de abril de 2024

CHILE: LA “MONJA” QUE ABANDONÓ UN CADÁVER EN UNA MALETA

Elementos tomados de ABC (España), El Mercurio (Chile), InfoBae y Página|12 (Argentina).
  
    
Revuelo en Chile ha causado el “caso de la valija” con un cadáver hallada en la calle Talavera con Eduardo Castillo en la comuna de Ñuñoa (Santiago de Chile) al medio día del 8 de Abril, y que había sido abandonada por una “religiosa”.
    
Según el informe policial que trascendió por los medios, temprano en la madrugada de ese lunes, se vio pasar a una mujer con hábito con una valija [= maleta], que dejó frente a un edificio en la calle Los Talaveras A las 07:12 horas, un recolector a bordo de un triciclo eléctrico tomó la valija. Pero al percatarse que desde su interior expelía un olor a descomposición decidió abandonarla a los pocos metros. Alrededor de las 10:06 horas otro sujeto no identificado abrió la maleta y sacó una bolsa de dentro de la valija y se marchó. Ya a las 12:34 horas, el conserje del edificio se percata que al interior de la bolsa había un cadáver.
   
Posteriormente, se conoció la identidad de la “monja”: Lorenza Patricia Ramírez Barrera (80 años, conocida por sus vecinos como “doña Pati”), que vivía en la calle Los Jardines. Ella declaró que en la valija llevaba los restos mortales de Erica Alejandra Fernández Mora (59), fallecida de cáncer terminal un año antes.
   
Ramírez Barrera se casó en febrero de 1963 con Senén Monares Gómez, de quien enviudó en septiembre del 2008. De acuerdo a información recopilada, ambos tuvieron tres hijos (Paulina, de 60 años; Pamela, de 56; y Agustín, de 49. Una de las dos hijas es quien regresó a la casa de su madre hace unas tres semanas. Fernández Mora, por su parte, no se registra matrimonio ni hijos.
     
Ambas se conocieron en una parroquia donde servían, y resolvieron vestir hábito y vivir como laicas consagradas, aunque según se contó a los medios por fuentes relacionadas al caso, mantenían una relación sentimental, en la que ambas habían hecho un pacto en el cual si alguna de las dos moría, la otra debía cuidarla hasta el fin de sus días, incluso aunque eso supusiera convivir con el cadáver.
   
Fernández murió de cáncer en su su residencia de la calle Suárez Mujica en Abril de 2023, por lo que Ramírez recogió el cadáver y se lo llevó a su casa en la calle Los Jardines donde lo tuvo por un año, hasta que una de sus hijas, que era religiosa, llegó a su casa desde Italia, cuando recobró la lucidez y tomó conciencia de que eso no estaba bien. Y ante el temor que encontrara la maleta, la religiosa decidió dejarla en la vía pública, para que sea encontrada encontrada “y tener un entierro digno”.
   
Ramírez fue imputada como autora de inhumación ilegal, pero quedó en libertad. Fiscalía dice que ante su avanzada edad e irreprochable conducta anterior no hay riesgo de fuga o que no colabore con la investigación, por lo que correspondería una pena menor. Asimismo, se le ordenaron exámenes psiquiátricos, por posible trastorno mental.
    
El fiscal Francisco Lanas de la Fiscalía de Oriente comentó sobre el caso: «No se trata de un cuerpo desmembrado, no hay un crimen organizado, no hay una organización criminal detrás, efectivamente es un caso que no vemos habitualmente». Por su parte, la Archidiócesis de Santiago de Chile emitió un comunicado asegurando que ninguna de las dos figura en los registros del arzobispado de Santiago como religiosa o consagrada.
  

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