Traducción del artículo publicado en RADIO FRANCIA INTERNACIONAL.
REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO: EL CARDENAL FRIDOLIN AMBONGO BAJO INVESTIGACIÓN JUDICIAL
El arzobispo de Kinshasa, cercano al Papa Francisco, está en el punto de mira de la justicia por sus homilías y sus apariciones mediáticas críticas sobre la seguridad y la gestión política del país.
Durante la noche del sábado 27 al domingo 28 de Abril, el fiscal general del Tribunal de Casación ordenó a uno de los dos fiscales generales de Kinshasa que abriera una investigación judicial contra el prelado.
El fiscal general, Firmin M’Vonde, ya había emitido una citación y esperaba, el 22 de Abril en su despacho, al cardenal Fridolin Ambongo, quien, según él, «rechazó la invitación». La archidiócesis, por su parte, replica que esta invitación nunca llegó a sus servicios ni al cardenal.
Por tanto, el fiscal general ordena la apertura de un expediente judicial contra el arzobispo, que podría ser citado en los próximos días. Se le acusa de comentarios sediciosos que constituyen «rumores falsos, incitación a la rebelión de la población y ataques contra vidas humanas».
El arzobispo, miembro del círculo muy restringido en torno al Papa Francisco, no dudó en denunciar, durante la misa de Pascua, el mal gobierno del régimen de Félix Tshisekedi, criticando la mala gestión financiera y la mala gestión de la crisis de seguridad. «La justicia es la primera instancia que viola los derechos de los ciudadanos comunes y aquí pronunciamos discursos como si fuéramos fuertes. La realidad es que el Congo no tiene ejército», declaró, entre otras cosas.
Una agencia de prensa católica le atribuyó recientemente unos comentarios en los que acusaba al gobierno de armar a milicianos de Wazalendo [“Patriota” en suajili, una agrupación de milicias locales, N. del T.] e incluso a rebeldes hutu ruandeses de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda en el este para enfrentarse al Movimiento 23 de Marzo. Comentarios que luego fueron desmentidos por la agencia de prensa.
Para el fiscal, las salidas del cardenal «violan deliberadamente las conciencias». En su carta de instrucción, el Fiscal General advierte al magistrado a cargo del caso: «su inactividad sería considerada un acto de complicidad» y sujeto a procesamiento.
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