martes, 23 de diciembre de 2025

CLAUDICANTES Y ABANDONANDO EN KIEV

Noticias tomadas de distintas fuentes.
  
1.º LA JUNTA DE KIEV PRIVILEGIA Y HONRA A JUDÍOS Y MUSULMANES ANTES QUE A SU IGLESIA HECHIZA.
  
El 14 de Diciembre, en la Plaza de la Independencia, se encendió el candelabro judío más grande de Europa, informó el alcalde de Kiev Vital Klitschko desde su cuenta de Telegram.
   

A la ceremonia asistieron la embajadora de Argentina Elena Leticia Teresa Mikusinski, los encargados de negocios de las embajadas de Canadá y Bulgaria en Ucrania, y representantes de las misiones diplomáticas de Gran Bretaña y Francia.
  
«La luz de las velas de Jánuca simboliza el espíritu de la libertad, la victoria del bien sobre el mal y la invencibilidad de los pueblos judío y ucraniano», dijo Klitschko, quien le agradeció a los diplomáticos por «estar todos juntos en Ucrania, luchando por su libertad e independencia, por la democracia y el camino libre del Estado ucraniano».

La conducta de Klitschko (y de su superior el presidente en horas extra Vladímir Zelenski) es típica: promover y favorecer el judaísmo para congraciarse con sus mayores financistas: Estados Unidos e Inglaterra.
  
Diez días antes el ayuntamiento de Kiev decidió renombrar una calle y una plaza en honor a los líderes musulmanes Jeque al-Mansur e Imán Samuel en los distritos de Dnipró y Shevchenko respectivamente.
   

En el primer caso, la calle Antón Makárenko (un académico ucraniano forjador del sistema educativo soviético) pasó ahora a llamarse Batallón Jeque Mansur.

El Jeque al-Mansur (en ruso Шейх Мансу́р; originalmente Ushurma/Uşurmek) fue un líder religioso de fines del siglo XVIII que predicó la ley Sharia entre los chechenos, y convocó a yihad contra Rusia en 1784 (una versión afirma que en realidad era el dominico, médico y aventurero piamontés Giambattista Boetti, quien apostató al islam luego del escándalo que causaron sus amoríos con la hija de un pachá en Mosul en la década de 1770, y diez años después, reaparecería en el Cáucaso como profeta de una religión sincrética). Un batallón pro-ucraniano creado en Dinamarca y conformado por veteranos de las Guerras chechenas lleva su nombre.

Una plaza sin nombre, en el distrito de Shevchenko, fue renombrada como Imán Samuel (en árabe الشَّيْخ شَامِل; en ruso Имам Шамиль), tercer Imán del Imanato del Cáucaso desde 1834 hasta su rendición en 1859, cuando fue desterrado a Kiev. Samuel no solo combatía contra los rusos, sino también contra sus compatriotas que no aceptaban ni la Sharia ni la yihad. La iniciativa vino del Congreso pan-ucraniano de los pueblos de Daguestán dirigido por Ahmed Ahmedov, quien combate en el Batallón Imán Samuel a favor de la Junta.

Ese mismo día, también como parte de la “desrusificación” impulsada por la Junta de Kiev, una parte de la calle de la Laura (donde se encuentra el Monasterio de las Cuevas de Kiev) desde la Plaza de la Gloria hasta la calle de los “Batallones de Voluntarios”, fue re-absorbida como parte de la calle Hetmán Iván Mazepa (antigua “Calle del Alzamiento de Enero” durante el período soviético, y antes de ésta “Calle de San Nicolás”), y la otra parte hasta la plaza de la Inundación, fue renombrada Nueva Inundación. Esto a instancias del concejal Timoteo Martinenko-Kushlianski, miembro de la Comisión de Nomenclatura en el Consejo de la ciudad, quien veía la división de la calle y su nombre (asignado a petición del Patriarca Cirilo de Moscú en 2010) como «una afrenta que debía lavarse».
  
2.º FUNCIONARIOS Y DIPLOMÁTICOS UCRANIANOS BUSCAN ABANDONAR EL BARCO (Fuente: RUSSIA TODAY).
  

El Servicio de Inteligencia Exterior ruso (SVR) aseveró que los funcionarios ucranianos tienen previsto huir al extranjero tras la caída del régimen de Kiev, indicando que muchos ya han iniciado los preparativos para ello.

«Según información recibida por el SVR, los funcionarios del régimen de Kiev, tras el inevitable colapso de este, tienen la intención de huir al extranjero. Muchos miembros de la élite ucraniana ya han trasladado a sus familias al extranjero y transferido allí sus bienes financieros», aseveró el organismo. Además, citando datos de embajadas ucranianas en los países occidentales, la inteligencia rusa indicó que cada vez más funcionarios del régimen recurren a sus misiones diplomáticas nacionales en busca de ayuda para obtener permisos de residencia en el extranjero.
  
El SVR destacó que dentro del propio cuerpo diplomático ucraniano también existe la misma tendencia, ya que más del 90 % de los diplomáticos ucranianos decidieron no regresar a su país tras completar sus misiones en otras naciones. «Debido a sus actividades profesionales, son plenamente conscientes de la falta de opciones para poner fin a la crisis en Ucrania en los términos de Zelenski», y de que «el sentimiento entre los patrocinadores occidentales de Kiev dista mucho de ser unánime, especialmente dada la manifiesta intención del presidente estadounidense de reducir el apoyo al régimen corrupto de Kiev», señala el organismo.

«Las “ratas” huyen del barco ucraniano que se hunde», escribe el SVR, subrayando que «Parece ser que los viejos sueños de los “verdaderos” ucranianos de un futuro brillante en Europa están cerca de hacerse realidad. Pero no para todos, sino solo para unos pocos elegidos, y al precio de cientos de miles de vidas truncadas. Además, los propios países europeos se alejan cada vez más del mito del “jardín floreciente”. Es el momento de que los ciudadanos de Ucrania se hagan una vez más la pregunta: '¿Por un futuro así se levantó el “Maidán”?», concluye el comunicado.

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