Noticia tomada de EL DEBATE.
El Kurdistán iraquí, un refugio para las minorías religiosas de Irak durante el auge de Estado Islámico, está viviendo una etapa de desestabilización y una oleada de violencia.
Como suele ocurrir en estas ocasiones, las principales víctimas suelen ser las minorías y, en este caso, la minoría cristiana.
Según informa la agencia especializada Asia News, un cementerio cristiano de la aldea kurda de Koya/Koy Sanjaq ha sido profanado, las lápidas derribadas y las tumbas abiertas.
La profanación ha sido duramente condenada por el cardenal Luis Rafael Sako, patriarca caldeo (en comunión con el Papa).
En una nota remitida a Asia News, el cardenal es un «ataque criminar», «moral y religiosamente inaceptable».
El cardenal Sako recuerda en su nota que «los cristianos ya hemos pagado un precio muy alto por conflictos en los que no estamos involucrados», en referencia a la larga guerra civil que asola el territorio iraquí desde hace años.
Asimismo, requirió a las autoridades del Kurdistán que «lleven a cabo una investigación exhaustiva y profesional y pongan a los responsables a disposición de la justicia, para que reciban el castigo que corresponde».
El asalto y profanación del cementerio ha desatado una reacción de indignación entre los cristianos locales y ha enrarecido las relaciones con la comunidad kurda musulmana, con quienes la convivencia había sido siempre buena.
El cardenal desea que se aclare cuanto antes quién es el responsable y las motivaciones del ataque, precisamente, para evitar que se deteriore aún más la convivencia en la región kurda.
Según Asia News, en Koya viven unas 170 familias cristianas que conviven en paz en una población de 700 habitantes. El 9 % de la población cristiana de Koya vive en el distrito de Harmota, donde se encuentra el cementerio profanado.
«Confiamos en que el gobierno regional haga justicia y castigue a los responsables de este crimen atroz», concluyó el cardenal Sako.
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