1.º ALEMANIA: LA MESA ONDULANTE.
El pasado 30 de Noviembre, el cardenal Reinhard Marx “consagró” la nueva mesa de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Misericordia (María Schutz) en el distrito muniqués de Pasing.
El presbiterio de la iglesia (construida en estilo neorrománico entre 1905 y 1906, y redecorada después de la Guerra Mundial) había sido remodelado según los diseños de Susanne Wagner. Se removió el cancel sustituyéndolo por una plataforma de madera sobre la cual se puso una mesa y ambón de formas ondulantes hechos de piedra artificial de color claro. Toda la remodelación costó 233.126 euros con 60 céntimos, informó la archidiocesis de Múnich y Frisinga.
Según la “artista conceptual”, los contornos ondulantes pretenden hacer eco de los pliegues protectores del manto de María. Las formas redondas y los círculos se usan comúnmente en varias religiones paganas.
2.º FRANCIA: EN EXHIBICIÓN, LAS VIDRIERAS MULTICULTURALES DE NUESTRA SEÑORA.
El controvertido proyecto de vidrieras nuevas diseñado por la “artista” francesa contemporánea Claire Tabouret en asociación con el taller de vidriería Simon-Marq de Réims para la catedral de Nuestra Señora está en exposición en el Gran Palacio de los Campos Elíseos de París.
Desde hoy 10 de Diciembre y hasta el 15 de Marzo de 2026, la exhibición “D’un seul souffle” (De un solo suspiro) presentará al público los bocetos y maquetas a escala real de las vidrieras que remplazarán a finales del año próximo las originales diseñadas por Eugène Viollet-le-Duc y creadas en 1865 por el maestro vidriero Alfred Gérente para las capillas de la nave sur de la catedral, que sobrevivieron intactas a la conflagración del 19 de Abril de 2019.
Apoyado por el arzobispón parisiense Laurent Ulrich George, el presidente francés Emmanuel Macron Noguès decidió unilateralmente retirar las históricas vidrieras, que están protegidas legalmente como monumentos históricos.
Esta medida ignora la Ley de patrimonio y la Convención de Venecia de protección de monumentos históricos, hace caso omiso de los organismos de expertos que nunca fueron consultados, y contradice la ley de restaurar la catedral a su último estado histórico conocido.
La propuesta viene con un precio extraordinario: más de cuatro millones de euros para sustituir vidrieras que no necesitan ni necesitaron ser sustituidas (mientras que, a un año de su reapertura, faltan 190 millones para restaurar la sacristía, las rosetas, las capillas de las naves norte y sur y el presbiterio, por mencionar algunos de los trabajos pendientes). Todo para complacer a un dictador ególatra neoliberal y malhablado de pésimo gusto (no solo artístico, 😉😉).
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