Una encuesta realizada por el Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP) para el Grupo Bayard (ente por el cual los Agustinos de la Asunción es propietaria del periódico La Croix) reveló que el 25% de los jóvenes conciliares practicantes franceses aprecian indistintamente tanto el rito roncalliano como el montini-bugniniano (ambas formas del mismo Novus Ordo), y un 67% manifestó no tener nada en contra del rito antiguo.
Según La Croix, esta generación de fieles “bi-rituales” está conformada mayoritariamente por menores de 35 años y residentes en grandes ciudades, donde la oferta litúrgica permite elegir. Lejos de verse como miembros de una “Iglesia paralela” (justificación de la bergogliana “Traditiónes custódes”), muchos de ellos rechazan etiquetas y subrayan la complementariedad espiritual de ambas formas del rito novusordita.
Para muchos jóvenes franceses, el rito antiguo ofrece una catequesis visual y simbólica —los gestos, los colores, el silencio, la orientación litúrgica—, mientras que el nuevo rito aporta homilías más conectadas con la vida cotidiana y un mayor énfasis comunitario.
Cuando no hay ortodoxia ni ortopraxis (como no la hay en la Iglesia Sinodal), da lo mismo que se adopten en todo o en parte los elementos de la liturgia tradicional, quedando solo un adorno arcaico y ridículo.
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