jueves, 19 de diciembre de 2013

DE LOS TATUAJES Y PIERCINGS COMO SIGNO DE PERTENENCIA AL DIABLO

TATUAJES: laceraciones de la piel dando determinado efecto de dibujo donde sea puesto.
PIERCINGS: perforaciones de la piel para insertar en ellas anillos, cadenas y similares.

Los tatuajes son una burla a Dios por su poder creador. Los piercings son una profanación al templo del Espiritu Santo, que es el cuerpo.
 
Tatuajes y cadenas, pulseras, anillos, etc., en las culturas antiguas:

EGIPTO: Se usaban para determinar ciertas clases sociales pero en especial era para los esclavos, a los que les hacían tatuajes para indicar el rango de servicio y les laceraban el cuerpo para indicar su esclavitud. Los tatuajes eran para siempre y tenían formas de animales o ángeles caídos para indicar que no eran dueños de sí mismos sino de su amo por siempre. Por eso cuando moría el faraón eran enterrados sus esclavos con ellos; se hacían unos ritos donde sus espíritus se les consagraban a los señores de las sombras para que nunca se rebelaran al amo.

En el antiguo Egipto, los tatuajes se usaban especialmente con fines funerarios. De ahí el simbolismo que ellos implican.

CHINA ANTIGUA: En esta cultura se utilizaban más los tatuajes y las pulseras alrededor del cuerpo y eran propias de las clases bajas por ser subyugadas a la realeza. Los marcaban desde su nacimiento con estos signos que por lo general eran dragones o serpientes llamadas fugaces o sea con fuego para indicar que le pertenecían al señor del fuego y si desobedecían las leyes, cuando murieran serian devorados por serpientes infernales. Los tatuajes se usaban de acuerdo al clan perteneciente y para mostrar su poderío: entre más grande fuera el animal tatuado más poder tenían. Hacían ritos de iniciación para consagrarse a los dioses del fuego especialmente.

Los dragones eran uno de los diseños más representados en los tatuajes de la China antigua.

MESOPOTAMIA: En esta cultura era la serpiente el dios esencial, denominado “señor de la tierra y de los mares”, ya que la serpiente puede habitar en ambas realidades. También se le llamaba “señora de la fertilidad y de la oscura noche tenebrosa”, se hacían ritos de bautismo donde las serpientes eran el centro del rito e invocaban al “señor de la noche y dueño de la oscuridad y del fuego que emerge del bajo mundo”; y ahí se marcaban todos, tanto reyes como esclavos. Se tatuaban de forma diferente según la clase social y proclamaban el poder de los espíritus del alto, medio y bajo mundo. Se laceraban sus cuerpos con aretes, anillos o punzones como signo de vencer la propia naturaleza y consagrarse al “señor de las serpientes sabias”, lo mismo los tatuajes hechos con hierros al fuego, que tenían formas de serpientes para pedir la sagacidad de la vida o como decían muy comúnmente “quien pase por el fuego y sea marcado, hágase vencedor de la muerte tenebrosa y sea bendecido por la gran serpiente que todo lo sabe”.
 
Las serpientes y dragones eran objeto de culto en Mesopotamia.

ASIRIA: Los asirios, temidos en las épocas antiguas por su poder militar tendían a rendir cultos a cantidad de dioses. En las poesías asirias es común leer párrafos como los siguientes antes de una batalla: “Alados seres de la noche que todo lo veis, envolvednos con vuestras alas serpentinas, con vuestro fuego poderoso y tenebroso, y hacednos vencedores de la noche, y esclavizadnos el enemigo. Era muy común días antes de una batalla que los soldados lacerasen su cuerpo con garfios e invocaban el poder de las tinieblas para que los hicieran invencibles y se colgaban grandes argollas en sus manos y pies o en el costado del corazón donde también tatuaban serpientes y dragones par vindicar el poder de la vida sobre el enemigo y en defensa de su vida el dragón protector los defendería.
  
En Asiria, los soldados invocaban a sus dioses antes de la batalla con laceraciones. Usualmente, estos dioses tenían alas de serpientes.

CULTURA ROMANA: Entre los romanos, los más tatuados eran los soldados a los que tatuaban bajo fuego o tinta indeleble números y figuras de serpientes o águilas para indicar el rango y la pertenencia a las determinadas legiones romanas. Pero también los esclavos eran tatuados en partes visibles y los eunucos en sus partes íntimas para evitar su fuga. Era común que las esposas del emperador o los gobernantes usaran grandes pulseras como signo de su total sumisión a los que gobernaban, y aunque parecían lujosas en realidad era un disimulo a su esclavitud, por lo general las mujeres de clase alta eran tatuadas con el nombre de su señor en la parte baja del estómago y en sus brazos con las iniciales, y los esclavos usaban grandes anillos en partes esenciales del cuerpo -aun en los dedos de los pies- como signo de esclavitud total. En muchos parecían adornos pero en realidad eran signos de total esclavitud.

Los romanos colocaban a sus esclavos anillos, pulseras o collares con medallones para que no se escaparan. Ítem lo anterior, los tatuajes eran comunes entre los militares.

Lacerar o tatuar el cuerpo en la antigüedad y tanto en las culturas indígenas nunca fue un adorno. Siempre fue o signo de sumisión y esclavitud a los dioses o esclavitud a los amos. Eran como lo decían en la culturas antiguas “posesiones de los dioses de la oscuridad, que son amos del oscuro ser del hombre”.

En la cultura maya, por citar una de las civilizaciones precolombinas, el tatuaje era señal de esclavitud a los dioses de las tinieblas o a los amos. (Escena de la película Apocalypto, dirigida por Mel Gibson).
 
Por eso entiéndase que los tatuajes o piercings nunca han sido adornos en las culturas ni signos de autenticidad, han sido signos de esclavitud y veneración a dioses que en las culturas fenicias llamaban “los dioses incomprendidos de las tinieblas”, pero poderosos amos a quienes deben servirse.
 
Los tatuados y anillados -como lo decían los fenicios-, rinden honor a los dioses que representan sus signos o figuras y están marcados por ellos en su destino presente y su destino eterno.
 
Ser tatuado o anillado es pertenecerle a alguien según el signo o figura utilizado. Hay una alusión del año 553 a de C. en la cultura siro–fenicia que versa así: “Oh dulce trance cuando me marcaste, oh bestia de las profundidades, tu sello es para mí eternidad sin fin por el poder que me das y diriges mi vida, oh ángel de las profundas muertes oscuras”.
 
Alusivo a esto dice un verso del siglo IV escrito por el hereje Contosardi: “Bestia inmunda, que sellas con tu astucia a los que morirán en tu fuego infernal, te burlas del Creador y marcas tu imagen en la piel o laceras los cuerpos, así te pertenecen, inmundo, y no hay quien escape de tu sello maldito”.
SATANÁS EL DIABLO, creador e inspirador de los tatuajes y piercings
 
Los tatuajes, perforaciones, laceraciones y similares son signo de que la persona pertenece eternamente a satanás.

La Virgen Santísima al P. Juan le dice lo siguiente sobre los tatuajes y los piercing o anillados:
La bestia ardida en su furor, sabiendo que el tiempo se le acaba y que no durara mucho su reinado tentará a los hombres a que se burlen del templo sagrado del Espíritu Santo que es su cuerpo, preparando al mundo para su sello infernal.
 
Infiltrará en los jóvenes como generación futura del mundo sus sellos y tatuajes infernales de toda clase y los hará pasar como una moda más de la humanidad en desarrollo, y los jóvenes usarán como algo normal tatuajes con figuras diabólicas y se laceraran su cuerpo con toda clase de formas anilladas en el cuerpo.
 
Todo es el plan macabro del demonio para que luego accedan fácilmente a dejarse sellar e implantar el chip de la marca de la bestia, ya que los tatuajes y anillados son marcas que reclaman un dueño, y no es Dios sino el demonio que se burla de Dios.  
 
Ay mis pobres jóvenes, cómo los consumen las modas y por doquier hay marcas, huellas y sellos satánicos salidos como mensajes en los mass media y en toda clase de ropas de moda y lógicamente en tatuajes y anillados que la sociedad promueve como algo cultural. Nadie vigila, nadie ora, nadie vela, por eso el enemigo ha cogido a los más ingenuos que son los jóvenes y con astucia los hace presa de su infernal plan. 
 
Y eso en todos los niveles: los jóvenes no quieren nada de Dios, solo diversión y placer. Los jóvenes modernos no aman a Dios ni a sus padres, solo viven de rebeldías y placeres y en orgullo diciendo que son dueños de sus propias vidas. Por eso la marca de la bestia en ellos se arraiga con mayor poder porque son presa fácil de lo mundano y fácilmente abandonan a Dios por los placeres de la vida. Orad por ellos”.
 
La Beata Jacinta de Fátima dijo antes de morir: “En el futuro vendrán modas que ofenderán mucho a Nuestro Señor.

El demonio reveló a Aleister Crowley (Líder de la “Ordo Templi Orientis”), y a Antony Lavey (Fundador de la Iglesia de satán”) en las épocas correspondientes:
Sellen y marquen y aten y roben esas almas inmundas con tatuajes y anillos y laceraciones en el cuerpo. Háganlo valiéndose de los medios de comunicación y la manipulación de la mente. Háganlo ya, lo he dicho a mis masones en todo el mundo, ya lo he dicho, mi reino debe implantarse en toda la humanidad y este es un medio aunque pequeño, pero poderoso; que se tatúen los jóvenes y usen anillos en sus cuerpos. Así me burlo de su creador y de su inmundo hijo. Pero mi plan es más amplio: así los preparo para marcarlos con mi sello poderoso donde no se podrán sustraer y cuando llegue ese momento ellos quedaran bajo mis redes inmundas y se dejaran sellar y marcar fácilmente en la mano o en la frente.  
 
Los tatuajes son remedos a la Creación de imagen y semejanza de Dios y quien los hace se burla de su Dios, que no le gusta que lo que Él ha creado sea transformado ni desfigurado, pero mis discípulos en el mundo les hacen ver a los jóvenes que eso es algo lindo y hermoso y los hace valorar más en su personalidad y ellos piensan que son distintos a los demás por usar eso. ¡Qué idiotas! Cuando en realidad lo que hacen es burlarse de su podrido creador, un tatuaje es como si azotaran a ese maldito crucificado en su piel, así como yo lo hice por los tontos soldados de aquella época. Cuando alguien se tatúa o lacera su cuerpo con piercings, es como si azotara a Jesús y le clavara sus clavos, porque eso son esos tatuajes: una burla al cuerpo que es templo de ese Dios que odio tanto, pero nadie piensa en eso. Todos piensan que es moda y se ven hermosos. ¡Qué tontos y estúpidos!
 
Yo me los reclamaré en el último día porque así los voy marcando y aceptaran fácilmente la marca de la bestia que yo les daré para que sean míos en el maldito infierno. Todo es mi plan, y qué bien funciona: le doy a los jóvenes sexo, poder, droga, placer y lo que sea, y ellos acceden a mis inmundicias sin saber que yo estoy detrás de todo esto. Todo lo hago como deseo y esos tontos estarán listos para mi marca fatal y funesta donde tendré mis esclavos y nadie me los podrá quitar. Si los jóvenes estúpidos aceptan fácilmente lacerar y tatuar su cuerpo, no pondrán obstáculos a otras marcas que se les exigirá.
 
¡Ah!, mis masones trabajan bien porque les doy todo el dinero y placer y poder que deseen, y ellos difunden mis porquerías deliciosas sobre el mundo. Hagan eso en los jóvenes, divulguen todo y esos pobres tontos lo harán por moda; pero yo estoy detrás de su estúpida ignorancia y ellos pensarán que saben mucho y que tienen derecho a hacer lo que les dé la gana. Pero soy yo quien juego con ellos, los hago revolucionarios e inadaptados, rebeldes a sus padres y rebeldes a la sociedad, y que se comporten mal en todo y piensan que son auténticos cuando son mis malditos esclavos y son presa fácil de mi reino infernal.
 
Malditos jóvenes, se perderán en mi infierno, pensando que todo lo que hacen lo hacen ellos cuando yo soy el que los muevo a podrirse en el mundo para quemarlos algún día en mi infierno. Tatuadlos y laceradlos para que los jóvenes sean vulnerables ante mi sello y marca que determinará la historia de esta ya podrida humanidad. ¡JAJAJA! Dios, que nació en Belén con su cuerpo puro y santo, desea que todo ser sea como Él: puro y santo, sin mancha; pero yo los llevo a la perdición total, los pudro con mi infierno y tienen que comer mi estiércol maldito.
 
Por eso, este truco me ha funcionado siempre, y no solo marcándolos con mis tatuajes y anillos, sino haciendo parecer a las mujeres hombrecitos y a los hombres mujercitas con sus cabelleras raras y peinados extravagantes. Así me burlo más y más de ese maldito creador crucificado, y le mancho esos templos suyos que ya nos son templos sino prostíbulos de perdición de toda clase de maldades y promiscuidades. Si así son físicamente ¿como serán en su alma? ¡JAJAJA!”
 
“Así consiguió [el Falso Profeta] que todos —pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos— se dejaran poner una marca en su mano derecha o sobre su frente, de manera que nadie podía comprar o vender, si no llevaba marcado el nombre de la Bestia o la cifra que corresponde a su nombre: El 666”. (Apocalipsis XIII, 16-17)

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